Palestina: El fútbol con una sola pierna

ABC de España

Comienza a rodar el balón y los jugadores se emplean a fondo desde el pitido inicial. No parece un entrenamiento. El termómetro supera los 35 grados y el sol pesa sobre la hierba artificial. Asfixia. A todos, menos a los dos porteros, les falta una pierna y fuerzan al máximo las jugadas apoyados en muletas. Los deportistas lucen la camiseta naranja oficial con el logo de la recién nacida Asociación Palestina de Fútbol para Amputados (PAFA, por sus siglas en inglés) en el pecho. Corren y sudan en busca de la victoria seguidos muy de cerca por su entrenador, Khaled Al Mabhouh, que no para de corregir y dar órdenes a todos, desde al mayor, de 42 años, al más pequeño, de solo 13. El objetivo, como en todos los partidos de fútbol del mundo, es marcar un gol más que el adversario, pero allí están los dos guardametas, mancos, para impedirlo.

El partidillo es lo que los 16 miembros de este equipo bautizado como ‘Héroes Fútbol Club’ esperan con ganas cada semana, pero antes deben superar un exigente entrenamiento con ejercicios de todo tipo para ayudarles a ganar habilidad y resistencia. El calor aprieta en Deir Al Balah, campo de refugiados del centro de Gaza, y cada quince minutos se detiene el juego para que los futbolistas se hidraten.

«No ha sido sencillo, pero estamos aquí y es solo el comienzo. Gaza llegará a competir en certámenes internacionales para deportistas amputados», afirma con rotundidad Fuad Abu Gallium, fundador de la asociación a quien se le ocurrió la idea tras ver un partido entre jugadores amputados de Inglaterra y Turquía. «Mi madre perdió la pierna en la guerra de 1948 y en Gaza, después de las últimas guerras, hay muchos jóvenes discapacitados por culpa de las bombas y disparos. Aquí tienen una oportunidad de mirar hacia delante», señala este hombretón desde la banda. No pierde detalle de lo que ocurre en un campo de hierba artificial que alquilan una vez por semana. La asociación también se encarga del transporte de los jugadores desde diferentes puntos de la Franja y del equipamiento y ahora busca ayuda para comprar muletas aptas para la competición, ya que las normales se rompen fácilmente.

Khaled Al Mabhouh no deja un minuto de respiro a los suyos y regaña a algún fotógrafo que osa cruzar la línea de banda y meterse en el campo. Juegan ocho contra ocho y cada semana revisan vídeos en YouTube para conocer las reglas de un juego que es nuevo en Gaza. Saben que los equipos en otras federaciones de fútbol para amputados se componen de 7 futbolistas, no de 8, que no se pueden emplear prótesis y que mezclar tantas edades no es reglamentario… pero esto es Gaza y acaban de empezar. «La mayoría son víctimas de la guerra de 2014 y se han pasado cuatro años tirados en la cama, en la Franja no es fácil salir adelante. Esta actividad les ayuda desde el punto de vista físico y psicológico y, si logramos competir en el extranjero, lograremos también superar el bloqueo impuesto por Israel. Es una doble victoria para nosotros», reflexiona desde el banquillo Nooman Abu Shamla, miembro de la junta directiva de la PAFA.

«Ser como Cristiano»

El descanso da una tregua para entrevistas. Wahid Rabah bebe agua. A sus 42 años, este ex agente de seguridad de la Autoridad Nacional Palestina (ANP) del campo de refugiados de Al Bureij es el mayor del equipo y juega en el centro del campo. «Aunque lo que me gustaría es ser delantero, como Cristiano Ronaldo», confiesa este gazatí de corazón madridista que perdió la pierna en el ataque de un dron israelí en 2006 en la Operación Lluvia de verano, que el ejército lanzó tras el secuestro del soldado Guilad Shalit. Casado y padre de tres hijos, espera al entrenamiento semanal «para ir mejorando y elevar el nivel del equipo». «Ver que hay más gente en tu misma situación te ayuda muchísimo».

Se reanuda el partido. Poco a poco han ido llegando aficionados a esta cancha situada muy cerca de la verja de separación con Israel. Hoy no es día de protesta, hoy toca fútbol. En cuanto rueda el balón, vuelven los gritos de Al Mabhouh corrigiendo a sus jugadores. Es un entrenador exigente, no admite distracciones. No se libra nadie. Ibrahim es un rayo por la banda, un extremo difícil de parar. De su bota sale un centro preciso que un compañero empalma en forma de volea y envía el balón a la red ante la impotencia del «Víctor Valdés» gazatí. ¡Golazo! Todo el equipo corre a abrazar al goleador.

Balón al centro. El partido no ha terminado y esto es mucho más que un juego para estos 16 deportistas que vuelan sobre sus muletas y se transforman durante dos horas cada semana en los auténticos héroes de la hinchada local.

 

Heridos y amputados

El «Héroes F.C.» ha comenzado su andadura en un momento especialmente duro para la Franja después de que al menos 136 personas hayan muerto a causa de los disparos de Israel y más de 13.000 hayan resultado heridas en las protestas de la «Gran Marcha del Retorno» que se convocan cada viernes en la verja de separación desde el 30 de marzo, según los datos del ministerio de Salud local.

Los francotiradores han dejado un ejército de discapacitados con disparos muy precisos a las extremidades inferiores, lo que ha obligado a realizar numerosas amputaciones, al menos 54, y ha saturado el sistema de salud gazatí debido a unas heridas complejas de tratar porque precisan varias operaciones y provocan «discapacidades físicas muy serias», según Médicos Sin Fronteras (MSF), organización que ha reforzado su presencia en Gaza para dar respuesta a la gravedad de la situación provocada por Israel.

 

Fuente: ABC de España

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