Osvaldo Bayer: el mejor de todos

Mario Bravo [1]

Marcelo Valko [2], amigo y discípulo de Bayer, me recomendó llegar puntual a la cita con el autor de Severino Di Giovanni. Idealista de la violencia; no antes ni después sino a las 18 horas. Seguí su consejo y estuve afuera de la casa de Osvaldo a las 17 horas; mucho tiempo para esperar, así que ingresé a un café que se halla frente al Tugurio de Bayer. Faltando cinco minutos para las 18, pedí la cuenta y crucé hacia la calle Arcos.

Toqué el timbre y esperé. Al cabo de unos minutos, un hombre de 89 años de edad abrió la puerta y me invitó a pasar a su hogar. Ya adentro, le dije a Bayer que no deseaba llegar con las manos vacías, por lo cual había llevado una botella de vino tinto. Gustoso, me preguntó si abriríamos la botella en ese preciso momento; creo que los besos, abrazos y las copas de vino nunca deben rechazarse, así que afirmé a su propuesta y mientras yo preparaba la grabadora de audio, él caminó hacia su cocina, trajo dos copas y el quita-corchos.

Antes de iniciar la charla y una vez que serví el vino; él dijo Salud, chocamos nuestras copas y me pareció que ese detalle ya había valido el esfuerzo de viajar hasta Buenos Aires.

Y comenzó la charla.

MB: ¿Cuál es el papel del intelectual, del hombre de letras, del escritor en América Latina?

OB: Bueno, el papel del intelectual es estar bien metido en la sociedad y luchar por la igualdad. Luchar para que no haya pobres y ricos, para que realmente todos tengan escuela y todos tengan trabajo. Esa tiene que ser la labor del intelectual. Por supuesto, escribir lo que se le da la gana; debe tener toda la libertad que se merece.

MB: ¿Quién espera que lo lea?

OB: ¡Todo el pueblo! Todo lector, de todas las clases… (Ojalá…).

MB: Usted no escribe para un público universitario, académico, solamente…

OB: No. Tengo un lenguaje periodístico, trabajé 14 años en periodismo…

MB: La forma de contar las historias es distinta si uno está pensando en un público académico, a que si uno está pensando en un obrero… ¿Cómo fue descubriendo ese oficio y esa forma de contar?

OB: ¡Totalmente! A través del periodismo, ahí me exigían un lenguaje claro para todo el mundo. De ahí aprendí. Se puede decir exactamente lo mismo, los mismos sentimientos en idioma periodístico que en idioma clasista, digamos.

MB: En esta relación entre pensar y hacer, hay quienes solamente se quedan en escribir, en pensar mucho desde la academia; usted es de esos pocos tipos que actualmente piensa, escribe pero que también pone el cuerpo: cuando hay que salir a la calle, sale a la calle.

OB: Siempre…siempre.

MB: ¿Cómo entiende esta relación entre pensar y hacer?

OB: Y bueno, el intelectual tiene ese deber. Tiene que representar también a las masas, tiene que representar los intereses de las masas, del pueblo en general; si no, ¿para que lo lean los aristócratas? ¡No tiene sentido!

MB: ¿Usted en qué momento habrá entendido esta labor? ¿En qué momento la abrazó? ¿En cuál momento la hizo suya?

OB: En el periodismo…

MB: Quizás en aquel primer viaje a la Patagonia, algo le despertó seguramente… ¿Qué vio allá? ¿Con qué se encontró?

OB: Sí. La Historia patagónica…terrible historia patagónica. La masacre de los obreros en el año 21’, 1500 obreros sacrificados, peones rurales. Hecho cometido por un presidente elegido por el pueblo: Hipólito Irigoyen. Eso no lo hizo un conservador…

MB: Su libro La Patagonia rebelde…

OB: Es justamente eso. Cuatro tomos dedicados a esa matanza. Creo que he dejado todo al desnudo. Se hizo una película después, tuvo mucho éxito. [3]

MB: Más allá de lo que usted escribió allí; la investigación, encontrar archivos, ir en búsqueda de la verdad… ¿qué le hacía sentir al Osvaldo Bayer de entonces?

OB: Me hacía sentir la injusticia. Lo que fue una enorme injusticia que nunca fue esclarecida; nunca se mandó una investigación de por qué se había hecho esa matanza. Y mi libro quedó ahora como testimonio de todo eso. Pero también los gobiernos se han ido por otro lado…está bien que han pasado muchos años, pero al nunca haberse tratado tendría que haberse creado una ley especial en el Congreso para investigar ese suceso de la Patagonia. Porque todavía viven muchos de los protagonistas, tanto de los militares como de los estancieros.

MB: Parece que en la historia siempre ganan los mismos. El intelectual en esta historia de vencedores y vencidos, deberá tomar algún partido, ¿no?

OB: Claro que sí, siempre. Es lo que exigí pero no fui escuchado.

MB: Con La Patagonia rebelde, con su Severino Di Giovanni y otros tantos libros más, parece que Bayer está obsesionado con la Historia. No la de arriba que cuentan historias a modo para los vencedores sino otro tipo de Historia, más de los de abajo. ¿Hay una obsesión o una pasión inclusive de usted por la Historia?

OB: Es que ahí está la vida, justamente ahí está la vida…la gente que hace a la vida. La gente que marca a la sociedad lo que tienen que hacer. Para mí son los héroes de la sociedad, entonces los pongo en relevancia.

MB: A pesar de que el poder dice que los héroes están a caballo en Diagonal Norte. [4]

OB: Estamos manoteando para sacar ese monumento. Hemos logrado sacar el nombre de Roca a muchas calles en la Argentina…

MB: Y no sólo Roca; también el Coronel Rauch, por ejemplo.

OB: Sí, claro.

MB: Cualquiera pensaría que esto es una cosa sin importancia, algo banal.

OB: Sí, en general la gente piensa eso: “Déjelo, son cosas del pasado. Para qué nos vamos a meter. Déjelo, la gente está acostumbrada a hablar de la Avenida Roca. No se puede cambiar el nombre ahora…”.

MB: Walter Benjamin decía “Si el enemigo vence, incluso los muertos no estarán a salvo. Y el enemigo sigue venciendo.” Pareciera que usted ha encarado una lucha para hacerle justicia incluso a los que ya no están más.

Bayer hace una pausa. Adentro del tugurio casi no se escucha el ruido de la calle ni los autos que transitan a pocos metros de su casa. Es como una guarida o una cueva en donde habita un hombre del futuro.

Bebemos un poco de vino. Aprovecho la pausa para mirar con calma la casa de Bayer: noto encendida la calefacción, aunque no sería necesaria en este momento, creo que la calidez y amabilidad de mi compañero de charla alcanzan para ser abrigo.

En Argentina ya es primavera, pero ciertos (¿buenos?) aires enfrían la vida de los habitantes de esta Ciudad de la Furia, tal como la bautizara otro genio.

El sabor del vino en los labios nos motiva a continuar la plática.

ANARQUISTA A LOS 89 AÑOS DE EDAD…

MB: Usted es un anarquista de 89 años…

OB: Sí, en tres meses cumplo noventa.

MB: ¿Cómo se llega a los 89 años con esta posición anarquista que no solamente es política, sino que es una forma de vida?

OB: Es difícil y más teniendo una familia numerosa. Yo estuve casado (soy viudo actualmente) y con cuatro hijos y sufrí un largo exilio. Ocho años de exilio estuve en Alemania, perseguido. Perdí todos mis bienes, sin embargo seguí la lucha y sigo la lucha.

Estoy metido acá en la casita que era de mis padres.

MB: Osvaldo Soriano denominó esto como El tugurio. Mirando rápido se ve que es una forma austera de vivir…no es precario sino austero; no es lo mismo. Pareciera que es necesario vivir como se piensa y como se dice…

OB: Así es. Es lo que hago yo.

MB: ¿Cuál es ese otro mundo que Osvaldo Bayer sueña? ¿Por qué mantenerse anarquista hasta los 89 años de edad? ¿Cuál es ese otro mundo con el que Osvaldo Bayer sueña?

OB: La igualdad en libertad. Jamás una dictadura del proletariado. Pero la igualdad de todos, ese es mi sueño. Y la paz eterna, con lo que soñaba Kant.

Bayer interrumpe la entrevista y me pregunta ¿Otro traguito?, a lo cual le digo, sin pensarlo dos veces: sí.

Se le ve cómodo, mirando fijamente con sus ojos color azul.

LOS AMIGOS (Y LOS HÉROES…)

MB: En todo este recorrido de lo que me cuenta en estos minutos, eso le trajo problemas, ¿no? Más de un exilio…En aquel primer exilio cuando usted llega al Aeropuerto de Ezeiza abordando ese avión de Lufthansa: ¿en qué pensaba y qué sentía al arribar a suelo argentino?

OB: En que volvía a conseguir mis derechos. Y así lo sentí y así lo logré: terminé con el largo exilio. Pero salvé la vida y la de mis hijos y mi mujer, mientras que otros compañeros perdieron a sus hijos, a sus mujeres en los allanamientos que se hacían en las casas, con tiroteos y eso.

MB: Una de esas bajas importantísimas para el bando al cual usted pertenece, fue Haroldo Conti, por ejemplo.

OB: Claro, fue un héroe del pueblo, un auténtico héroe del pueblo.

MB: ¿Usted era amigo de Haroldo? ¿Qué recuerda de él?

OB: Sí, lo visitaba en el Delta, en donde tenía una casa muy linda.

MB: Otro tipo austero, ¿no?, que no iba tras los premios ni el dinero.

OB: Era el mejor, el mejor de todos.

Le propuse una dinámica. Le lanzaría algunos nombres y él respondería lo primero que se le viniera a la mente.

MB: Severino Di Giovanni

OB: Severino Di Giovanni fue un valiente y un generoso pero equivocado, se equivocó en el método. Querer hacer la Revolución a balazo limpio. Pero me gustó su personalidad y cómo supo morir valientemente. Pero equivocado en su método. Y fue una desgracia porque hubiera sido un gran dirigente obrero.

MB: Murió muy joven, ¿no?

OB: Sí, 29 años.

MB: Y al final del día, la prensa y el poder lo demonizaron como si fuera un monstruo.

Bayer me pregunta si he leído el libro de su autoría y le respondo que recién lo estoy consiguiendo. Me comentó que él no tenía ejemplares actualmente pero que, en todo caso, me conseguiría uno. Así es la generosidad de este hombre.

MB: América Scarfó. [5]

OB: Una mujer de esas que no se encuentran nunca o que se encuentran siempre (sonríe). Valiente, siguió a su amante y lo siguió en todo. Una mujer maravillosa. Pude conversar con ella…murió hace poco.

MB: Amor y Política se juntaron en ella. Digamos que no era el prototipo de la mujer sumisa, débil, a la sombra del hombre…

OB: Sí, completamente. ¡Tan joven…18 años!

MB: Hace un rato usted mencionó que Haroldo (Conti) era el mejor de todos, pero esa categoría también se la disputa Rodolfo Walsh. En el caso de Walsh, usted ha dicho que él encarnaba el deber del intelectual. ¿Cómo lo recuerda?

OB: Sí, claro. Era un hombre generoso, magnífico, gran capacidad artística…un gran escritor. Insuperable. ¿Lo leyó?

MB: Sí, Operación Masacre.[6]

Ese día en Corrientes y Avenida 9 de julio, ustedes se encontraron. Fue la última vez que usted miró físicamente a Walsh. Ninguno de los dos sabía que él caminaba hacia la muerte. Han pasado más de 40 años desde aquel momento. ¿Bayer cómo recuerda ese momento, en la 9 de julio y Corrientes encontrándose a Walsh?

OB: Con una gran emoción. Una gran emoción dentro de un gran peligro. Sin embargo, nos juntamos y nos fuimos a tomar un cafecito como si nada hubiera pasado. ¡Qué lindo! ¡Qué hombre…!

MB: Los dos estaban en las listas de los posibles asesinados…

OB: Haroldo Conti, Rodolfo Walsh y yo éramos los más perseguidos. Yo por mi libro de La Patagonia Rebelde y la película.

MB: Me imagino que los dos sentían miedo. El miedo no es que se arroje al tacho de la basura.

OB: Miedo pero no nos íbamos del país, nos quedábamos en el país, pese a que eran asesinados casi todos. Nos quedábamos. Al final tuve que irme porque yo tenía a mi familia y no quería dejarla sola. Yo me fui por mi familia, si no me hubiera quedado.

MB: ¿Cómo se encara el miedo? ¿Cómo hacer que el miedo no provoque que te quedes debajo de las sábanas y dejes de escribir?

OB: Se olvida. Se trata de olvidar el miedo, se trata de hacer la vida común, la de siempre. Pero llega el momento en que uno no tiene trabajo, se sabe perseguido y no hay la posibilidad de seguir viviendo acá. Por eso me fui al exilio.

Nos servimos un poco más de vino. Era necesario después de charlar sobre estos temas.

MB: Che Guevara

OB: El Che Guevara es insuperable, el más valiente de los valientes. ¿Qué se puede decir del Che Guevara? Hablar de su honestidad y su coraje, su desprendimiento ante la vida: darse para una causa. Mi modelo… aunque yo no tengo la fuerza de él, por supuesto.

MB: ¿Cuál sería la virtud que usted más rescata en el Che?

OB: El coraje civil. Ponerse siempre enfrente de todo.

MB: Usted lo conoció en Cuba.

OB: Sí, gran impresión me causó.

MB: Recuerdo que usted ha contado que en aquella reunión, el Che les habló dos horas o un poco más de tiempo sobre cómo hacer la Revolución en América Latina. Ha llovido bastante desde aquel año; Osvaldo Bayer, aquí en su Tugurio, ¿cómo recuerda esa reunión?

OB: Como una especie de obra romántica. Nos contó, nos relató cómo hacer la Revolución. ¡Qué cosa romántica! ¡Qué cosa fácil para él!: Poner la cara nada más, salir a la calle.

Tal vez hay que hacer eso, no pensar demasiado.

MB: En el Che intuyo que hay un gran acto de amor para hacer lo que él hizo. No sólo es la política sino creo que el amor también.

OB: Sí, y una fe en su ideología. Una fe total en su ideología.

MB: Osvaldo Soriano.

OB: Un gran tipo, un gran personaje, un hombre de mucho humor para la vida. Lástima que se nos murió tan joven, a los 62 años… ¡las cosas que hubiera escrito todavía! Sus libros son magníficos. Fue mi mejor amigo, sin ninguna duda.

MB: Usted lo recibió en Alemania durante algún momento, ¿no?

OB: Sí, siempre venía a visitarme. Él vivía en Holanda y en Francia. Y venía siempre a visitarme, se pasaba los fines de semana; a veces, se quedaba una semana en casa. Fueron momentos magníficos. ¡Qué hombre profundo y con mucho humor siempre!

MB: ¿Es real esa anécdota del cuidador de patos? [7]

OB: Sí. (Sonríe).

Noto que sus ojos azules guardan algunas lágrimas que no alcanzan a caer por sobre sus párpados. Le veo emocionado al hablar de sus amigos y de sus héroes. Habla de ellos como si eso hubiera sido ayer. Y así me lo hace sentir.

En sus palabras parece que el Che murió hace dos días o que Soriano llamará en cualquier momento por teléfono y Bayer le jugará alguna broma. Todos ellos no parecen estar muertos si escuchas sus vidas a través de las palabras de Osvaldo. Tal vez la muerte se puede combatir a través de las palabras: tal vez el conjuro contra la muerte es hacer que la vida sea palabra, que la palabra sea memoria y fuego.

AMÉRICA LATINA

MB: ¿Qué le dice el momento actual en Latinoamérica y este Golpe de Estado hacia la presidenta en Brasil? ¿La llegada de Macri a la Argentina?

OB: Muy difícil, es un periodo muy difícil. Hemos retrocedido más de medio siglo; al año 30’. Parece mentira de los argentinos… ¡con tantos héroes que hemos tenido en la lucha en las calles! ¡Tener a Macri como presidente es increíble!

MB: ¿Por qué será que eso obtenido en las elecciones tras la llegada de los Kirchner no se pudo mantener? ¿Era un liderazgo únicamente y no habían bases organizadas?

OB: El argentino es así, el argentino en sí es conservador. Le gusta la gente rica; si puede vota a la gente rica porque por algo son ricos. Es así, muy superficial, si no es inexplicable esto de que se haya elegido a Macri, un tipo que no tiene nada para ser presidente ni para ser político. Un boludo que se la pasaba haciendo deporte en toda su vida y de repente el pueblo argentino lo vota, después de todas las experiencias, de tantos héroes populares que tuvo la Argentina. Increíble, yo no lo podía creer. Yo creía que la Argentina no volvía más hacia atrás, sin embargo, cuando votó lo hizo siempre a conservadores o radicales.

Nos servimos más vino…

MB: ¿Macri gobernará todo su periodo o se va antes?

OB: Yo creo que lo echan antes, yo creo que va a haber una reacción porque es demasiado conservador para una Argentina que ya tiene sus experiencias.

MB: Como la del 2001…las Asambleas barriales.

OB: Claro. Y el mismo peronismo que es discutible, es una especie de fascismo argentino pero que la gente lo votaba. Existiría por lo menos una política social importante. Pero ahora con votar a Macri…es imposible. Desde la década del 30’ no votaba a los conservadores.

MB: Pero también esa izquierda electoral habrá tenido sus errores…

APOYO A AYOTZINAPA

MB: Pareciera muy similar la historia de las Madres de Plaza de Mayo y lo que ahora los padres y madres de Ayotzinapa viven y padecen pero también resisten. ¿Osvaldo Bayer qué mensaje podría darles a estos padres que buscan a sus hijos?

OB: Apoyar a sus hijos y ayudarlos principalmente. Acompañarlos, no dejarlos solos y comprender por qué era la lucha de ellos. Pensar que son idealistas (los normalistas) y hay que apoyar el idealismo en el mundo.

LA ÚLTIMA Y NOS VAMOS…

MB: ¿Para Osvaldo Bayer qué es la vida? Ahora con 89 años, ¿la vida de qué va? ¿Qué es?

OB: La vida es algo indefinido. Yo no me lo explico: ¿quién nos creó? Pero ya que estamos y no sabemos, trabajemos para todos, para la comunidad, para que no haya niños con hambre, para que la gente -por lo menos en el periodo corto que vive- sea feliz. Nada de guerras ni nada de egoísmos. Eso es lo que quiero ya.

MB: No se puede ser feliz individualmente…

OB: No se puede ser feliz individualmente. Se es feliz cuando reina la igualdad entre todos.

Terminó la charla. Le pedí que me firmara un par de libros de su autoría y realicé algunas fotografías al Tugurio.

Me acompañó a la puerta. Mientras caminábamos por el largo y estrecho pasillo que conduce a la salida de su casa, noté que de las paredes se inclinan acechantemente muchos libros y papeles.

-Un día estos libros se le caerán encima…-le bromeé.

-Será una bella muerte. –respondió y sonrió.

Al paso de los minutos, entendí que había estado charlando con un bello ser humano. Anarquista de 89 años de edad, puntual como pocos, cálido, generoso, amable e incansable.

Larga vida a Bayer.

Notas:

1. Psicólogo social mexicano. Profesor universitario en la UNAM.

2. Psicólogo social argentino, autor de Cazadores de Poder (2015), Los indios invisibles del Malón de la Paz (2007) y Pedagogía de la desmemoria (2010), entre otros. Se dedica a la investigación acerca de genocidio indígena. Es uno de los mejores discípulos de Bayer; no sólo por la alta calidad de sus investigaciones sino porque junto a su maestro comparte virtudes como la solidaridad, amabilidad, calidez y sencillez.

3. Se refiere a la película titulada La Patagonia rebelde (1974), dirigida por el cineasta argentino Héctor Olivera.

4. Hago referencia a la estatua del General argentino Julio Roca, quien en el año de 1879 dirigió la denominada Conquista del Desierto, expedición que, según las investigaciones de Bayer, resultó ser un genocidio en contra de los pueblos originarios de la Argentina. Roca aún conserva su estatua en el centro de Buenos Aires, en la calle Diagonal Norte, a pesar de los intentos de Osvaldo para que sea retirada y suplantada por el monumento a La Mujer originaria.

5. América Scarfó fue la compañera y cómplice de vida de Severino Di Giovanni. Recomiendo ampliamente la lectura de la nota que Bayer escribió en Página 12, el 27 de agosto de 2006, tras la muerte de Scarfó. Véase el siguiente enlace web: http://www.pagina12.com.ar/diario/elpais/1-72094-2006-08-27.html

6. Libro escrito por Walsh en el año de 1954.

7. Bayer siempre relata que Soriano alguna vez tuvo un empleo de cuidador de patos en un lago. Y entonces, cada tanto perdía a alguno para que sus jefes asumieran que sí era importante su labor y no lo despidieran.

Este material periodístico es de libre acceso y reproducción. No está financiado por Nestlé ni por Monsanto. Desinformémonos no depende de ellas ni de otras como ellas, pero si de ti. Apoya el periodismo independiente. Es tuyo.

Otras noticias de internacional  

Una Respuesta a “Osvaldo Bayer: el mejor de todos”

Dejar una Respuesta