La madres de mujeres y niñas víctimas de crímenes de odio, acompañadas de organizaciones civiles, salieron en grupo a la vía pública de Ciudad Juárez, Chihuahua. Llevaban pintura en colores rosa y negro para trazar sobre los postes de la Avenida Tecnológico, por donde transitaría el Papa Francisco, las cruces que se han convertido en símbolo de feminicidio.
Un día después de trazadas, el 16 de febrero, las cerca de 40 insignias fueron borradas, al igual que los mensajes de “Justicia” y “Ni una más” que las acompañaban. Los gobernantes deseaban ocultar esta realidad, que en Chihuahua ha cobrado la vida de más de 2 mil mujeres, al pontífice que hoy visita Chihuahua.
La pintura roja con que las autoridades parcharon los desperfectos, según su concepción, no logró maquillar por completo las cruces; algunas de ellas aún sobresalen.
Otra acción gubernamental de maquillaje de la realidad consistió en el fallar al compromiso de colocar sobre esta misma avenida los espectaculares que dan cuenta de los ofrecimientos de recompensa a quien brinde información sobre el paradero de cinco (Brenda Castillo, Mónica Alanís, Grisel Ventura, Bertha Vidal y María Pérez) de las casi 300 mujeres desaparecidas en la entidad fronteriza desde 2008.
Imelda Marrufo, coordinadora de la Red Mesa de Mujeres, denuncia que Héctor Leal Larios, director de Servicios a la Comunidad de la Procuraduría General de la República, se había comprometido a colocar estos espectaculares en distintos lugares de Ciudad Juárez desde la semana pasada, sin embargo, pese a lo pactado no lo hizo precisamente en los puntos por los que el Papa transitaría.
Para la coordinadora de la red integrada por 10 organizaciones civiles, estas acciones, borrar las cruces y omitir colocar los espectaculares, tienen la intención clara de ocultar la realidad de la violencia que se vive en Chihuahua.