Foto: Sam Muñoz

“Justicia para las víctimas y familiares”, demandó la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH) ante el linchamiento de dos jóvenes encuestadores en Ajalpan, Puebla, el pasado 19 de octubre.

El organismo instó a la realización de una “investigación seria y profesional” para encontrar a los responsables y que éstos sean castigados conforme a la ley lo establece, sin impunidad y con una “reparación integral del daño”.

Las víctimas fueron dos jóvenes acusados de secuestrar menores en Ajalpan, donde alrededor de 2 mil personas se reunieron para exigir a las autoridades que presentaran a los “delincuentes”, luego de que habían sido detenidos en el momento que supuestamente intentaban robar a una niña, lo que resultó falso.

Ante esto, aunado a las nueve acciones similares que han ocurrido en el estado, la CNDH rechazó todas las formas de violencia de la ley o contra ley, así como su “deseo” porque los gobiernos estatal de Puebla y municipal de Ajalpan detengan este tipo de actos violentos que evitan la reorientación del tejido social.

Habitantes del lugar aseguran que posteriormente se corrió el rumor de que los jóvenes ya habían sido liberados, por lo que inició su persecución y la gente entró al palacio municipal para llevarlos a la plaza central, mientras que otros pobladores arremetían contra las patrullas al acusar a las autoridades de no actuar ante la delincuencia.

Las víctimas fueron sacadas a golpes hasta el centro, donde además fueron violentados con machetes al mismo tiempo que recibían insultos. Unos minutos después, cuando ya estaban bañados en sangre, los encuestadores comenzaron a ser rociados con gasolina y uno de los habitantes acercó el fuego a sus cuerpos, que inmediatamente empezaron a arder.

Varios de los pobladores se alejaron del lugar mientras escuchaban los gritos de dolor de los jóvenes, y otros permanecieron cerca de ellos para tomar fotografías y videos con sus teléfonos mientras continuaban las ofensas hasta que se escuchó el silencio en la plaza.

Además, el edificio municipal también fue incendiado, por lo que los agresores irrumpieron el palacio para extraer equipos de cómputo, mobiliario, documentos y despensas que se encontraban dentro de las instalaciones de Desarrollo Integral de la Familia.

La mayoría de los que participaron en los disturbios eran jóvenes que se cubrieron la cara con paliacate, y la policía estatal no se hizo presente hasta tres horas después de que fueran linchados los dos hombres.