El pasado 13 de noviembre se cumplieron nueve años de la masacre de Viejo Velasco, municipio de Ocosingo, Chiapas, donde grupos de civiles armados, acompañados por la entonces Policía Sectorial, funcionarios y servidores públicos, asesinaron a cuatro personas y desaparecieron a cuatro más, “provocando crímenes de lesa humanidad como ejecuciones extrajudiciales, desapariciones forzadas y desplazamiento forzado, mismos que hasta hoy continúan en impunidad”, denuncian en un comunicado familiares de víctimas sobrevivientes de la matanza.
En memoria de las víctimas, la asamblea de la organización Xinich inició en cada una de las comunidades donde están presentes una jornada de oración y anunciaron un ayuno que durará 13 domingos, teniendo como reivindicación las siguientes demandas: castigo a los verdaderos culpables de la masacre de Viejo Velasco, búsqueda de los desaparecidos, retorno de los miembros de la comunidad Viejo Velasco, quienes hasta hoy se encuentran viviendo en desplazamiento forzado, cancelación de las órdenes de aprehensión aún vigentes en contra de cinco de Tseltales y Choles originarios de la comunidad Nuevo Tila, y alto al despojo del territorio y a la construcción de la presa Boca del Cerro.
Los hechos
El día 13 de noviembre del 2006, a las 6:00 horas, en un contexto de reubicaciones forzosas y desalojos violentos de decenas de poblados indígenas asentados en la zona de la Reserva de Biosfera Montes Azules, un grupo de aproximadamente 40 personas civiles, provenientes de la comunidad Lacandona, Nueva Palestina y Frontera Corozal, armados y vestidos con uniformes tipo militar y de seguridad pública, entraron de manera violenta a la comunidad Viejo Velasco, acompañados por 300 elementos de la entonces Policía Sectorial dependiente de la Secretaría de Seguridad Pública del estado de Chiapas, con armas de alto poder conocidas como «cuerno de chivo» y R-15. Iban acompañados por 5 Fiscales del Ministerio Público, 2 peritos, el Comandante Regional Zona Selva de la Agencia Estatal de Investigación con 7 elementos a su mando y un representante de la Secretaría de Desarrollo Social.
De inmediato rodearon la comunidad integrada por indígenas Tseltales y Choles, allanaron las casas, robaron las pertenencias y cometieron la masacre, con un trágico saldo de 4 personas muertas (entre ellos Filemón Benítez Pérez, Antonio Mayor Benítez Pérez y María Núñez González) y 4 más desaparecidas, (Mariano Pérez Guzmán, Miguel Moreno Montejo, Pedro Núñez Pérez y Antonio Peñate) todas ellas de Viejo Velasco.
“Larga ha sido nuestra lucha por tener un pedazo de tierra y mantener a nuestras familias. En reiteradas ocasiones el mal gobierno nos llamó invasores, delincuentes, necios e intransigentes porque no quisimos la reubicación, no quisimos entregar nuestras tierras ni los invaluables bienes naturales de nuestra madre Tierra a la comunidad Lacandona y a las manos del mal gobierno y de empresas multinacionales”, detallan en el comunicado del aniversario luctuoso.