Foto: La palestina Ahed Tamimi a los 16 años de edad
El 15 de diciembre de 2017 los soldados israelíes allanaron la casa de Ahed Tamimi y le dispararon a su primo en la cabeza a corta distancia, rompiéndole el cráneo. Ahed y su prima corrieron afuera para enfrentarse al ejército, que merodeaba por el jardín de su casa. Un video de Ahed abofeteando a uno de ellos se volvió viral.
En respuesta a la provocación, los miembros de los medios de comunicación israelíes centraron su atención en su apariencia física: ya era una conocida activista, el impacto de sus rizos rubios, los ojos azules y la piel clara de Ahed formaron la base de una investigación clasificada, realizada hace dos años, entorno a si su familia era real, o se si se habían juntado con fines propagandísticos.
Ahed Tamimi, la joven palestina que fue arrestada por abofetear y humillar a soldados israelíes – Viñeta [Mahmoud Hendawi]
Una explicación de la obsesión con el aspecto de Ahed es que no encaja bien con el estereotipo de las mujeres de Oriente Próximo impuestas en los medios de comunicación: que se sienten más cómodas limpiando la casa familiar que participando en debates públicos sobre quién debería ser el próximo primer ministro. Que la gente hable sobre el aspecto de las mujeres, la forma de su cuerpo y la ropa que visten en lugar de la sustancia de su trabajo y la calidad del mismo, es algo a lo que ocurre en todos los lugares del planeta, por desgracia.
Los partidarios de Ahed la comparan con Rosa Parks y Juana de Arco. Se ha convertido en un símbolo de resistencia y es un claro ejemplo de la naturaleza asimétrica del poder entre los ocupados y los ocupantes. De apenas 17 años, Ahed se enfrenta a 10 años de prisión por cargos que incluyen asalto agravado, mientras que el soldado que le disparó a su primo ni siquiera recibió una amonestación menor.
La sentencia a la que Ahed se enfrenta no resulta sorprendente porque Israel está haciendo lo mejor para sofocar a esta nueva generación de activistas, hombres o mujeres, enjuiciando a entre 500 y 700 niños palestinos cada año. Solo el año pasado mataron en Palestina a 14 niños.
Ahed es sólo una más de entre una serie de jóvenes activistas que defienden los derechos humanos en todo Oriente Próximo. Bana Al-Abed tenía solo siete años cuando el régimen sirio intensificó el año pasado su ataque contra Alepo, lanzando indiscriminadamente bombas de barril y ráfagas de fusil que mataron a numerosos civiles y a las personas que vinieron a rescatarlos, destruyendo también los centros médicos improvisados dónde debían ser tratados.
Bana realizó un tuit cuando su casa fue destruida en un ataque aéreo y su familia se estaba quedando sin comida y agua. Finalmente se fue a bordo de los autobuses de evacuación, desde entonces se ha establecido en Turquía y ha obtenido un contrato para escribir un libro donde detalla sus experiencias. La revista Time ha dicho que Bana es una de las 25 personas más influyentes en internet.
A pesar de los intentos de desacreditar los tuits de Bana, que llevaron a su madre a admitir que ella le había ayudado a escribirlos, estos mostraron de manera urgente la realidad de la vida para los niños en la Siria devastada por la guerra. Dentro de Alepo Bana fue una de las aproximadamente 7,5 millones de niñas y niños que crecen sin conocer nada más que de la guerra.
Hay 2,4 millones de niños que viven como refugiados y 6,000 escuelas inutilizadas. UNICEF emitió el 20 de febrero una declaración en blanco diciendo que ya no tienen las palabras adecuadas para describir el sufrimiento de los niños. Más de 1,000 niños han sido heridos o asesinados durante los primeros dos meses de 2018.
Nada Al-Adhal, de Yemen, tenía solo 11 años cuando huyó de su casa para evitar que la casaran con un hombre de 26 años. El matrimonio arruinaría sus posibilidades de estudiar, tal y como les dijo a los espectadores en un video que recibió 8 millones de visitas en los primeros meses después de su publicación. Dijo que “preferiría morir” antes que ser forzada a un matrimonio infantil.
Ahora, con 15 años, Nada ha fundado el “Instituto Nada para los Derechos Humanos”, que lucha contra el matrimonio infantil de niñas, el trabajo infantil y los niños soldados. Un estudio reciente estima que más del 65% de las niñas yemeníes se casan antes de los 18 años, en comparación con el 50% de antes del conflicto. No existe una edad legal para el matrimonio en Yemen y en 2009 se rechazó un proyecto de ley para establecer la edad mínima en 17 años.
Bana, Ahed y Nada son parte de la próxima generación de mujeres de Oriente Próximo que están luchando por los derechos humanos, pero ciertamente no son las primeras en hacerlo. A pesar de los intentos de los periodistas occidentales de enmarcar la Primavera Árabe como la primera vez que las mujeres de la región se involucraron políticamente, éstas fueron fundamentales para expulsar a los británicos de Egipto en 1919, lucharon contra los franceses en Argelia hasta la década de 1960 y en Palestina en 1948 .
Sus historias ponen rostros humanos a la tragedia y traen a casa el coste real de la guerra y el abuso. Es vital que las escuchemos.
Fuente: Amelia Smith, Middle East Monitor en Español