Integrada por 180 organizaciones, pueblos, comunidades y barrios de distintas regiones del país, de las cuales 97 están en resistencia contra algún proyecto de despojo y depredación contra la tierra y el territorio, la campaña se dividió en nueve regiones: Península, Occidente, Norte, Guerrero, Chiapas, Ciudad de México, Zona centro, Veracruz y Oaxaca.
Iniciada en abril de 2016, la Campaña Nacional en Defensa de la Madre Tierra y el Territorio, concluye su primera etapa un año después con un acuerdo común: “la lucha de los pueblos, comunidades y barrios, continúa” y en un pronunciamiento conjunto emitido el 10 de abril alzan la voz para seguir exigiendo la cancelación de los proyectos de muerte que transgreden sus derechos y le dicen a los dueños de las grandes transnacionales que con sus proyectos arrancan y destruyen la vida en cada rincón de México y el mundo: “No tienen el permiso de los pueblos, por tanto, peligran sus inversiones”.
A continuación el pronunciamiento del cierre de la primera etapa de la Campaña Nacional en Defensa de la Madre Tierra y el Territorio
PRONUNCIAMIENTO
Campaña Nacional: En Defensa de La Madre Tierra y El Territorio
Hace un año, en abril de 2016, iniciamos la Campaña Nacional en Defensa la Madre Tierra y el Territorio. Representantes de pueblos originarios, comunidades campesinas, barrios, colectivos y organizaciones de diversos rincones de nuestro país nos unimos para alzar la voz y denunciar públicamente el despojo, las afectaciones y violaciones a nuestros derechos que estamos sufriendo con la implementación de proyectos de empresas capitalistas, que sin consulta y sin permiso se instalan en nuestros territorios.
En las lunas y los meses que ha durado la Campaña encontramos, desde nuestras resistencias, la mayor de nuestras coincidencias: luchamos por la defensa de La Vida. La Tierra la entendemos como nuestra Madre, porque recibimos todo de ella. Es la Vida por la que luchamos y, mirándonos en la misma lucha, hemos decidido caminar juntos, desde el recorrido de nuestros territorios, a un mismo compás, entendiendo que el futuro de las siguientes generaciones solo podemos garantizarlo con unidad y el abrazo solidario de quienes han acompañado nuestras luchas.
Vivimos y coexistimos con el sistema capitalista que todo lo vuelve mercancía. Dinero y acumulación de riqueza es lo que ofrece, con la transformación de los bienes naturales en bienes de consumo. El capitalismo toma de la naturaleza, arranca y destruye, para transformar lo que hay en ella en los nuevos espejitos que hace más de 500 años nos trajeron desde Europa. Envoltura llamativa, aplicaciones creativas que nos hacen creer que necesitamos, un poco de ingeniería, otro poco de mercadotecnia, y ya: un producto nuevo a un precio increíble, que nos hará la vida más fácil o más divertida o más inteligente… la Vida que nos quita la otra Vida…
La voracidad de este sistema no tiene límites ni marcos legales que puedan contenerla. Todo lo desgarra, todo lo destruye. Es insaciable, quiere más y más riqueza a costa del sufrimiento de los pobres y de la Madre Naturaleza: las crisis económicas y la crisis ambiental que provoca, son gasolina para que funcione. Su voracidad altera los equilibrios naturales, provoca disputas, enfrentamientos, guerras entre pueblos y comunidades; provoca desastres naturales al alterar los patrones climáticos con la destrucción de bosques, ríos y montañas.
La explotación y devastación de la naturaleza en manos de unas cuantas empresas nos está matando. Envenenan el agua que bebemos, contaminan el aire que respiramos, modifican genéticamente las plantas que nos curan y las frutas y verduras que comemos; con sus químicos y plaguicidas envenenan nuestros cuerpos, contaminan la leche de las madres que amamantan a sus hijos, los metales pesados usados en la minería y procesos industriales nos provocan enfermedades en la piel, distintos tipos de cáncer y un sin fin de otras enfermedades que desconocemos, provocando intensos sufrimientos que no pueden aliviarse sino con la muerte que nos traen.
Sabemos lo que las empresas buscan y cómo hacen sus proyectos.
La mercantilización de los bienes naturales comunes da a las empresas capitalistas gigantescas ganancias económicas, por lo que anhelan entrar a nuestros territorios y mandar en ellos; por más de 500 años han pretendido legalizar el despojo continuo de nuestras tierras y territorios mediante distintas estrategias legaloides. En los últimos años promovieron y lograron, con la complicidad del gobierno, modificar las leyes que deberían protegernos; han hecho las reformas que les protegen y les dan impunidad para arrebatarnos nuestras formas y medios de vida, para extraer y sacar nuestros bienes naturales comunes transformándolos en riqueza para ellos: llevan el agua, llevan la madera, llevan los metales preciosos como el oro y la plata, llevan el petróleo y el gas; traen a sus especialistas para explorar, extraer y llevar la riqueza de la biodiversidad de nuestras selvas, bosques y montañas; llevan los saberes de medicina tradicional de nuestros pueblos, para las farmacéuticas que los transformen en medicamentos que venden al precio de sus ganancias … a esto llaman progreso y desarrollo… ¿y qué nos dejan? Nos dejan la destrucción de nuestros bosques y selvas, contaminación de ríos y mantos acuíferos, enfermedades por uso de pesticidas y químicos dañinos para la salud; nos dejan migajas de sus grandes ganancias, engañándonos como si nos dieran salud, educación y trabajo; nos dejan ideas que nos llevan a un modo de vida diferente al nuestro, nos llaman a la libre competencia y al libre comercio, al consumo desechable de refrescos, alimentos chatarra, tecnologías obsoletas que requieren de nuevas inversiones y más gastos… comprar y comprar, vender y vender… a todo le ponen precio, todo se puede vender, todo se puede comprar, claro, se puede, para quien tenga dinero…y ¿dónde se saca el dinero?
Queremos la vida buena y un México libre, igualitario y fraterno
Explotándonos han hecho su riqueza; despojándonos han ocupado nuestros territorios; con elecciones viciadas y fraudulentas se han hecho del poder en cada municipio, en cada estado, hasta ocupar los tres poderes de la Unión. Nos han arrebatado el poder del pueblo, el poder de gobernarnos a nosotros mismos. Todo lo quieren y todo lo toman. Pretenden el gobierno total y absoluto de nuestro país, a toda costa, a cualquier precio; han violentado la paz y el orden público, las leyes y a las instituciones, los derechos de las personas y de los pueblos originarios; y lo que han hecho, es un desastre que hoy nos tiene en el caos, en la inseguridad, en la violencia, en la muerte, en las fosas clandestinas…
Pero nosotros queremos La Vida. La Vida Buena para nuestros pueblos, para todas y todos los mexicanos. No queremos proyectos que nos dejan muerte. No seremos más sus esclavos modernos. Queremos la Vida. Amamos la Libertad y queremos Igualdad, igualdad en el trato entre hombres y mujeres, igualdad de oportunidades, igualdad ante la Ley y la Justicia. Nuestra Justicia y nuestras leyes, basadas en el respeto al ser humano. Vivimos la fraternidad y queremos seguirla viviendo en nuestros territorios, en nuestras fiestas, compartiendo nuestras alegrías. Somos portadoras y portadores de tradiciones milenarias y defender lo sagrado es nuestra encomienda.
En el compartir nos hemos reencontrado y ahora nos reconocemos. La Campaña que iniciamos hace un año nos acerca, porque tenemos el mismo sufrimiento. Tenemos el sueño de un país mejor, sano y fuerte, con autoridades legítimas que en verdad vean por el bien de su pueblo. Con la Campaña en Defensa de la Madre Tierra y el Territorio, otra vez nos hacemos visibles: Aquí estamos, presentes.
Pero los malos gobernantes y los dueños del dinero pretenden que hacer creer que no estamos, que no existimos. Ni nos ven ni nos escuchan. Creen que lo que quieren hacer, lo pueden, porque tienen el dinero para hacerlo, para pagar a diputados y senadores que acomoden las leyes en su beneficio; con dinero sucio pagan y corrompen a los gobernantes, que hacen prosperar sus proyectos multiplicando sus ganancias; pagan a los funcionarios para que sean serviles a sus intereses, a la policía para que los proteja y reprima a quienes nos oponemos a ellos, persiguiéndonos como si fuéramos delincuentes; compran jueces y magistrados, y modulan el juicio de las mayorías con el veneno que administran desde los medios de comunicación que pagan y controlan. Si no es como sus trabajadores o empleados, no existimos para ellos. Somos sus audiencias pasivas obedientes al consumo de sus productos chatarra. Nos desprecian y nos tratan como tales, creen que hemos claudicado y que no podemos tomar nuestras propias decisiones… Pero se equivocan. Con la Campaña Nacional en Defensa de la Madre Tierra y el Territorio, otra vez nos hemos manifestado: Existimos y no queremos más un México sin nosotras, sin nosotros, pero la realidad es que queremos un México sin ustedes, los del poder.
Con respeto valoramos cómo compañeras y compañeros del Congreso Nacional Indígena han recogido la palabra indignada de casi medio centenar de pueblos originarios que viven en nuestro país que están siendo afectados y violentados por los proyectos capitalistas que les están imponiendo en sus territorios. Han puesto a la luz la violencia ejercida contra ellos por parte de las empresas, con la anuencia, consentimiento y el apoyo de los distintos niveles de gobierno, del mal llamado gobierno de nuestro país. Pero le decimos a los empresarios, a los dueños de las compañías que vienen a nuestros territorios, no se confundan…
No tienen el permiso de los pueblos y peligran sus inversiones
Si el mal gobierno otorga a las empresas y trasnacionales permisos y concesiones para sus proyectos, que quede claro que nosotros no lo damos. Esos gobiernos no nos representan; de ninguna manera hemos dado nuestro consentimiento, ni lo daremos. Mucho nos han robado en más de 500 años. No queremos nada con los explotadores, nada queremos con los saqueadores. Queremos la riqueza de nuestro país para nuestras generaciones futuras, no para la bolsa de los ricos de otras naciones. Por eso “¡No! No damos nuestro consentimiento”. Las inversiones que hacen para sus proyectos son bajo su propio riesgo. Nos violentan, nos provocan, agotan nuestra paciencia. Queremos respeto, queremos paz y tranquilidad en nuestros territorios.
A un año de iniciada la Campaña Nacional en Defensa de la Madre Tierra y el Territorio acordamos concluirla en esta que llamamos una primera etapa. Los pueblos, comunidades campesinas, barrios, colectivos y organizaciones continuamos en pie de lucha. Con la fuerza y determinación de nuestro pueblo recuperaremos la Vida Buena que merecemos. Sabemos y podemos gobernarnos; sabemos y podemos cuidarnos en nuestra seguridad y en el ejercicio de nuestros derechos; sabemos cómo hacer nuestros acuerdos y cómo hacer que se cumplan y respeten.
La mayoría de nuestras luchas enfrentan escenarios complejos que exigen estrategias diversificadas del movimiento social y el apoyo de sectores diversos de la sociedad civil. La Campaña ha ofrecido espacios y oportunidades de articulación con colectivos y organizaciones diversas, que incluyen a músicos y artistas, académicos, maestras y maestros, investigadores, centros y comités de derechos humanos, medios de comunicación libres y alternativos, periodistas, y muchas otras personas que tienen sus propios espacios y dinámicas organizativas y que luchan por un México mejor. Nos hemos escuchado con el corazón abierto, haciendo nuestras las demandas de otras geografías, incluso más allá de México, estrechando lazos solidarios que nos hacen asumir y difundir la lucha de los distintos pueblos, comunidades, barrios, colonias, colectivos y organizaciones, luchas todas en defensa de la Vida, de la Madre Tierra y el Territorio.
El gobierno criminaliza nuestras luchas y a quienes en ellas participamos; viéndolas unidas y articuladas trata de infiltrarlas y dividirlas; nos vigila, nos persigue y nos reprime con más fuerza, enajenando de su pueblo a las mexicanas y mexicanos que acuerpa en las policías, el ejército y marina, en las fuerzas armadas de México, usándolas como carne de cañón de las maltrechas instituciones que el Estado sigue desgastando al enfrentarlas con el pueblo. Nos han golpeado, nos han llevado a la cárcel, nos han secuestrado y desaparecido, nos han matado, nos han llevado a fosas clandestinas, pero no nos callan ni podrán callarnos, porque esto ya comenzó…
Reiteramos que, si bien vivimos en un México en el que pareciera que los derechos humanos y los derechos de los pueblos son letra muerta y que no hay modo de hacerlos valer, no renunciamos a ellos y seguiremos luchando por su vigencia hasta que llegue a ser una realidad para todas y todos los mexicanos. La Autonomía, la Libre Determinación y el Territorio, son parte de nuestros derechos; los hemos conquistado y están plasmados y establecidos en estándares jurídicos internacionales que el Estado Mexicano ha firmado y ratificado. No abandonaremos las trincheras en las que la injusticia nos ha colocado. Nuestro compromiso de defender la Vida es inquebrantable, y la defendemos con la vida misma, exigiendo el respeto que nos merecemos y construyendo desde nuestros territorios el México que queremos: un país en el que los pueblos dejemos de ser objetos de la alienación capitalista.
Seguiremos fortaleciendo nuestras formas de vida y de organización comunitaria, los procesos colectivos de toma de decisiones, nuestras culturas en las que el respeto por la vida es la norma que nos guía; nuestros gobiernos autónomos que manden obedeciendo; nuestros idiomas en los que continuaremos hablándole a los corazones del Cielo y de la Madre Tierra; nuestras semillas nativas y sus múltiples formas y colores; defendiendo y protegiendo nuestros sitios sagrados, haciendo que perdure el aroma del copal en nuestras ceremonias y haciendo oír nuestras voces y diseminando nuestra palabra que es la palabra de la Madre Tierra.
¡ALTO A LA VIOLENCIA CONTRA LOS PUEBLOS ORIGINARIOS, LA MADRE NATURALEZA Y EL PUEBLO DE MÉXICO!
LA PRESENCIA DE EMPRESAS Y PROYECTOS EN TERRITORIOS DE LOS PUEBLOS ORIGINARIOS NOS VIOLENTA
EL GOBIERNO QUE DEFIENDE A LAS EMPRESAS CAPITALISTAS NO ES DEL PUEBLO: ALTO A LA REPRESIÓN
MANIFESTAMOS Y REITERAMOS NUESTRO DERECHO Y NUESTRO COMPROMISO DE SEGUIR DEFENDIENDO LA VIDA
México, 10 de abril de 2017
¡ZAPATA VIVE, LA LUCHA SIGUE!
CAMPAÑA NACIONAL EN DEFENSA DE LA MADRE TIERRA Y EL TERRITORIO
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!Periodismo independiente sí pero con ética por favor!