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No pagan pero qué tal pegan: jubilados veracruzanos son reprimidos al reclamar por sus adeudos

Eliana Gilet

La movilización de los pensionistas y jubilados veracruzanos comenzó en Diciembre, cuando llegó la noticia de que a algunos de ellos no se les pagaría las pensiones correspondientes al mes de Noviembre.

El 18 del último mes del año 2015 se lanzaron a las calles. “Eso era algo por lo que había que protestar”, explica Adriana Chávez, jubilada de la Universidad Veracruzana y vocera de la Coalición de Pensionistas Independientes del Estado de Veracruz (Copipev), una de las organizaciones que representa al sector de ex trabajadores del Estado. No fue la única.

El lunes, frente al palacio de gobierno del estado, ubicado en la capital, Xalapa, había integrantes de la Asociación Civil Mejor calidad de vida para pensionados y jubilados. Había integrantes de la Coalición de Orizaba, de Xico, de Poza Rica de Hidalgo, de Coatzacoalcos, del puerto de Veracruz.

“Hay que tener en cuenta que las compensaciones que paga el estado a quien ha trabajado toda la vida para él son bajísimas. Hay casos que no superan los 3500 pesos. Si ni siquiera se cuenta con eso para pagar las medicinas, porque hay gente muy mayor. O para comer, ¿cómo sobreviven? La indignación empezó por allí.”

Para el momento en que les comunicaron a los veteranos que tampoco había dinero para los aumentos que les adeudaban desde el enero anterior, ya volaban de cólera. Así como ajusta los salarios de muchos de los trabajadores de la enseñanza, que son estatales, el gobierno debe ajustar en igual proporción la jubilación de los ex trabajadores de la ídem. Así como dejó a más de 35 mil trabajadores sin ajustarles el salario que les corresponde por ley, dejó a los jubilados del rubro. “Esa deuda es retroactiva y está pendiente desde comienzos de 2015. Es un retroactivo por el que también estamos peleando.”

El 10 de Diciembre los jubilados habían logrado que la Secretaría de Finanzas y Planeación del estado (SEFIPLAN) firmara un compromiso de pago con un calendario en que se irían haciendo los depósitos: al día siguiente se pagarían los adeudos de noviembre, el 14 y 15 la nivelación y entre el 18 y el 23 las pensiones de Diciembre y los aguinaldos.

Para eso habían tenido que tomar las instalaciones de la SEFIPLAN.

Cuando se instalaron el lunes en las afueras del palacio de gobierno y armaron un cordón humano, mano con mano, de esas que ya trabajaron toda la vida, pero no están agotadas. Lo que estaba agotado eran todos los plazos de pago a los que el SEFIPLAN se había comprometido.

“También decidimos bloquear los accesos a los bancos, entre las 11 de la mañana y las 4 de la tarde, monitoreando que nos llegara la pensión. De los trabajadores de gobierno ninguno se dignó a salir a atendernos, estaban en su convivio anual según nos dijeron.”

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Otros jubilados algo hartos de la falta de respeto hacia las canas que peinas, enfilaron hacia las entradas de la ciudad a cortar el tránsito de ingreso. Ahí sí les hicieron caso.

“Se comunicó con nosotros Flavino Ríos Alvarado, el Secretario de Gobierno del Estado de Veracruz y llamó al diálogo. El martes una comisión de representantes de los jubilados subió a negociar y a plantear nuestro reclamo por los sueldos impagos de noviembre, por el retroactivo de enero y a esa altura, por los aguinaldos que tampoco habían llegado.”

La Secretaría de Estado firmó una minuta, un compromiso en que se comprometía a pagar (véase facsímil del documento). La plata todavía no había llegado cuando sí lo hizo la policía en la tarde del miércoles 23.

Víctimas del vaciamiento. De fondo, proyectando su sombra sobre los reclamos, está el Instituto de Pensiones del Estado. “Nos dicen que el IPE está quebrado y por eso no hay recursos para cubrir sus deudas, pero el IPE no está quebrado, el IPE está vaciado que es una cosa bien distinta.”

Según publicó la revista Proceso en Octubre de este año: “La Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP) tiene tasada la deuda pública de Veracruz en 44 mil millones de pesos, de los cuales 3 mil 500 millones fueron heredados por el ex – gobernador Miguel Alemán (accionista de Interjet). Fidel Herrera (actual cónsul en Barcelona y antecesor de Javier Duarte, actual gobernador) subió la deuda a 11 mil millones de pesos, pero en estos 57 meses de gobierno de Duarte los pasivos se dispararon a 44 mil millones.”

Las principales deudas son precisamente con el IPE y con la Universidad Veracruzana, de dónde han pellizcado fondos para cubrir los agujeros económicos endémicos de las sucesivas administraciones.

“El IPE es la caja chica del gobierno de Veracruz” explican los jubilados, didácticamente. “Lo que reclamamos es que rindan cuentas, que digan dónde está el dinero de las pensiones de los trabajadores.”

El IPE se capitaliza con los aportes que hacen las más de cien mil personas que trabajan para el estado de Veracruz, además de otros tantos aportes que hacen los patrones.

A mitad de julio de este año, la Cámara de diputados local aprobó una nueva ley para el IPE con el propósito de capitalizarla. ¿Cómo lo hicieron? Aumentando las cuotas del salario de los trabajadores, que pasaron del 12 por ciento al 20 por ciento del salario y a su vez, aumentando la edad jubilatoria a los 65 años. Es decir, los trabajadores aportan más de su salario y trabajarán por más tiempo.

No sólo eso. La nueva ley del IPE establecía que las jubilaciones también pasarían a capitalizar el Instituto. Esas mismas personas que ya habían aportado de sus salarios cuando eran trabajadores. Les obligaban a pagar dos veces.

“Más de diez mil jubilados iniciamos un amparo contra esa reglamentación que querían imponernos. La Suprema Corte de Justicia de la Nación estableció que eso era inconstitucional, junto a otros tres artículos de la ley y el parlamento tuvo que echarlos para atrás.”

Adentro y afuera. Todo eso traían recorrido los jubilados cuando se les desató la represión encima. “A las once de la mañana estábamos citados a una reunión con Ríos Alvarado, sus secretarios y representantes del IPE. Nos hablaron durante tres minutos. Nosotros estábamos muy enojados por los sucesivos incumplimientos y se lo dijimos al Secretario de Gobierno. Él se limitó a tomar su teléfono celular y marcharse de la reunión.”

Afuera, el clima era tenso. Norma Trujillo es una de las tantas periodistas veracruzanos que cubría la protesta. Forma parte del Colectivo Voz Alterna, que menos de un mes atrás ya había recibido otros palos: dos de sus reporteros (Roger López y Raziel Roldán) fueron atacados por la policía mientras cubrían las manifestaciones de los maestros que resisten la aplicación de la “evaluación punitiva” de la Secretaría de Educación, como han acordado en llamarla. No sólo ellos, “al menos 11 reporteros sufrieron agresiones e intimidaciones por parte de fuerzas de seguridad del estado y de civiles que participaban en los cordones policiales en varios puntos de Veracruz”, como reportó este medio en ese momento.

“Estoy indignada por lo que está pasando. No fui a la única a la que golpearon los policías, pero sí me llama la atención la forma en la que sucedió. Yo estaba cubriendo, haciendo mi trabajo en la protesta, cuando me vi que venía una multitud de policías a tratar de disuadir la manifestación, querían que los jubilados dejaran de bloquear la calle a como diera lugar.”

Los ánimos de todos estaban caldeados por la tomada de pelo de haberles prometido el dinero de sus jubilaciones, por el que trabajaron décadas, en dos oportunidades incumplidos.

“Una vez que Ríos Alvarado, el secretario de gobierno se había retirado de la negociación, nos empezaron a llegar mensajes de nuestros compañeros que estaban afuera, de que había llegado la policía y los estaba reprimiendo. No sólo incumplieron los acuerdos, sino que nos mandaron a la fuerza pública cuando reclamamos. Nos levantamos de la mesa. No hay diálogo posible con la policía encima.”

Afuera ya todo era caos. “Lo que le importaba al gobierno era que en estas fechas que la población anda de compras de Navidad, que las vías y avenidas estuvieran despejadas.” Según los relatos, la manifestación de los vetes logró parar Xalapa entre 5 y 8 horas del martes 22.

“Entonces mandaron a la fuerza pública a desbloquear. Llegaron y golpearon. Vi incluso cómo atacaron a un hombre con muletas al que le faltaba una pierna. No fueron sólo golpes, los policías dieron choques eléctricos a la gente.”

Hubo un segundo momento represivo cuando se presentó en el lugar un delegado de la Comisión Estatal de Derechos Humanos. “Lo que le interesaba era saber si se cumplía o no el acuerdo entre el Secretario de Gobierno y las organizaciones de jubilados. No veía en ese momento las violaciones a los Derechos Humanos que se habían cometido contra personas que todas superaban los 60 años y les habían dado descargas eléctricas.”

La gente se molesta con la presencia del hombre de los Derechos Humanos y quiere que se vaya. Intenta entrar al recinto donde se está dando la reunión, o más bien, no se está dando y la gente lo sigue. Vuelven a ocupar entonces la calle Juan de la Luz Enriquez.

“Según nuestro reporte hay 5 personas heridas de ese momento. En mi caso, – cuenta la reportera – me llamó la atención que habiéndome retirado del lugar más álgido para platicar con quienes allí estaban, ví como uno de los jefes de la policía da la orden de que se me acerquen. Al principio no pensé que era para mí, pero cuando me rodearon y encapsularon me di cuenta. Me empujaban para que me fuera. Les dije que era periodista pero no me dieron tiempo a sacar mi identificación cuando me dieron una descarga eléctrica en el brazo. Te inmoviliza. Aún tengo los dedos doloridos y apenas los puedo mover.”

“Ya han reprimido a jóvenes, a estudiantes, a campesinos, a cañeros, a periodistas. Sólo le faltábamos nosotros”, reflexiona Chávez cuando salió de la reunión fallida y vio el panorama que había en la calle.

El gobierno comunicó en una circular que hasta febrero no se va a pagar el retroactivo adeudado. Que los jubilados van a tener que esperar. El problema es que ya no pueden hacerlo. Se convocaron para el próximo 6 de enero, en el mismo lugar, a las puertas del gobierno del Estado, en la plaza que la gente rebautizó Regina Martínez, la periodista asesinada en Xalapa, el 28 de abril de 2012. Ante la “nula voluntad de diálogo del gobierno estatal”, seguirán peleando por lo que les corresponde tras años de aportes y de trabajo. Sería un buen regalo de Día de Reyes que no lo hicieran solos.

Foto principal: Colectivo Voz Alterna

Facsímil de la minuta tomado de http://lajiribillajarocha.com.mx/mosno.php?nota=14787

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