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#No me cansaré, Temporal y Voces, lo nuevo del MUAC

Cultura UNAM/René Chargoy

Dos nuevas exposiciones y una pieza acusmática multicanal se inauguraron el sábado 10 de noviembre en el Museo Universitario Arte Contemporáneo (MUAC). #No me cansaré. Estética y política en México, 2012-2018 es una de ellas,y muestra algunas de las prácticas artístico-estético-políticas que surgieron de movilizaciones recientes en la Ciudad de México, mismas que cristalizaron en su momento los reclamos de grupos diversos “en un país en el que la violencia subsume y desborda al Estado”.

A la entrada de la exposición se lee que “la conmemoración de los 50 años del Movimiento Estudiantil de 1968 es la coyuntura necesaria para cuestionarnos dónde nos encontramos”. Desde estas materialidades, “artivistas urbanos” convocan a interrogar un tiempo convulso que simultáneamente ofrece posibilidades de resistencia.

Son gramáticas visuales que nos detienen a pensar los procesos sociales vivos y en constante mutación, los cuales interpelan las complejas y oscuras realidades de un México hondamente dolido. Presentación de herramientas y estrategias para entender la transformación de prácticas políticas y la materialidad con la que se hace visible su reclamo. Urgencia e imaginación prolongada en un mapa confeccionado con hilos de colores y que nos conduce por diez años de conexiones sociales, trazo de líneas y nodos que dan cuenta de la viralización de movimientos sociales específicos.

También es un encuentro con la subversión de los símbolos nacionales con la idea de generar la desidentificación y dar acta de nacimiento a los nuevos sujetos políticos. A esto se añaden mapeos, cartografías y bases de datos que informan sobre la violencia contemporánea y hacen referencia al contrapoder de la ciudadanía.

Impresiones risográficas para visualizar los rostros de los 43 estudiantes desaparecidos de Ayotzinapa; y contiguamente la exhibición de bordados como memoriales ciudadanos para visibilizar a las víctimas de la violencia: “Elementos del Ejército Mexicano mataron a presunto infractor. Reynosa Tamaulipas 23/03/2107”… “Un matrimonio formado por dos maestros fue ejecutado en Guachochi, Hidalgo del Parral, Chihuahua. 24/03/2011”… “Un hombre fue encontrado muerto envuelto en una cobija a cuadros rojo, negro y blanco. Culiacán, Sinaloa. 30/12/2010”… Bordados como actos simbólicos de restitución.

En otro punto, dispositivos gráficos de siluetas a escala para hacer presentes a los cuerpos de quienes nos hacen falta. A unos cuantos pasos, fotografías de cuatro esculturas sembradas de manera colectiva y anónima en sitios neurálgicos del Paseo de la Reforma. Antimonumentos para recordar a los normalistas desparecidos; a los infantes de la guardería ABC víctimas de un incendio con rastros de corrupción y negligencia; a los 65 mineros literalmente abandonados en Pasta de Conchos; a dos jóvenes asesinados, como tantos miles más.

Enseguida, testimonios de la intervención de Arte Amable y performance poético en la señalética de la estación del metro Patriotismo, fugazmente rebautizada como Matriotismo, lo mismo que de la estación Tlatelolco a la que se le agrega 2 de octubre no se olvida. Y a un lado, memes que no los tiene ni Obama, dispositivos ideológicos para compartir masivamente por las redes sociales; y pegadito a ellos los mapas de feminicidios en México, geolocalización de los casos que aparecen en la prensa nacional y ahora reunidos en una plataforma de software abierto.

De todo esto y más va No me cansaré, exposición colectiva en la que participan César Martínez, Contingente Láser Tag, Fuentes Rojas, Redretro Sistema de Transporte Onírico, Data Cívica, Horizontal, Rexiste, Geocomunes, María Salguero, Ruta Antimonumentos por la Memoria, Juan Pablo Avendaño, Siempreotravez, Casa El hijo del ahuizote, Sandra Calvo y Yutsil Cruz. Las curadoras son Helena Chávez Mac Gregor, Sol Henaro y Alejandra Labastida. Permanece hasta el 31 de marzo del próximo año.

Residencias artísticas y sus prácticas

La otra exposición inaugurada el sábado 10 se titula Temporal. Programa de residencias, en la que “se pretende reflexionar sobre la práctica de las residencias artísticas desde la colaboración entre individuos y la hospitalidad”. Cuatro artistas se dedicaron a realizar una obra nueva con sus respectivos procesos de trabajo e investigación, para plasmar cada quien a su manera preguntas “en torno a las condiciones y problemáticas de dignidad humana, supervivencia y legalidad”. Perspectivas formales y conceptuales diversas para “posicionarse en tiempos de incertidumbre social, política y ecológica”.

Antonio Bravo realiza una investigación de campo, que consistió en trabajar la siembra y cosecha de maíz y frijol durante el temporal de 2016 y 2017, en el municipio de Tepexi de Rodríguez, Puebla. Son claras las señales: la agricultura de temporal depende del comportamiento de las lluvias y el cambio climático genera mayor incertidumbre. Desde su experiencia corporal, Bravo genera enunciados que expresa en Lecciones de cosecha, materializadas en fotografías, dibujos y esculturas de tierra

Otra de las artistas residentes es Núria Güell, quien en colaboración con jóvenes menores de edad, víctimas de explotación sexual, selecciona cuadros de escenas bíblicas “que acompañan de comentarios en audioguías sobre las relaciones desiguales de poder y violencia entre mujeres y hombres en nuestra sociedad”. Parte de estas obras originales pertenecen al acervo del Museo Nacional de San Carlos.

Por su lado, Marwa Arsanios reflexiona en un video sobre el trabajo del hogar y su representación en los medios de comunicación en México: “Desde las condiciones legales de desigualdad y desvalorización salarial hasta el racismo que atraviesa esta labor fundamental sobre la cual se construye la economía neoliberal”.

Y un cuarto residente, Cristóbal Sarro, desarrolla una investigación en el Laboratorio de Fisicoquímica de la UNAM, “en la que elabora un pigmento negro a partir de residuos óseos animales, con el que continúa su exploración técnica del dibujo anatómico animal”. La curadoras son Alejandra Labastida y Daniela Pérez. Esta exposición es una coproducción con el Museo Amparo de Puebla y se mantiene abierta al público hasta el 31 de marzo de 2019.

Códigos sonoros de pastoreo

En el marco del Festival Vértice. Experimentación y Vanguardia se incluye Voces, pieza acusmática multicanal de la compositora Alejandra Hernández, cuya obra se enfoca principalmente en la música electroacústica y la interdisciplina. Es la confección de un imaginario acústico de las zonas montañosas de Cantabria en el norte de España, caracterizado por el sonido que emiten los cencerros para llamar al rebaño.

“La pieza parte de una investigación en Cantabria con dos de los últimos afinadores de cencerros que sobreviven en la zona, Ángel López y Pepín. Es el resultado del registro y la manipulación digital del sonido de los instrumentos que permite a la comunidad entablar un lenguaje común de códigos sonoros.

 Voces se compone de masas sonoras cuya fuente es la fuerza del yunque y el martillo, contrastantes con sonidos que nos colocan en espacios definidos donde la conversación, el pastoreo y el llamado del cencerro reclaman la ilusión del movimiento. Curaduría de Roselin Espinosa para escucharse en privado hasta el 10 de febrero del año venidero.

 

Este material se comparte con autorización de UNAM Global

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