No es fútbol, es sororidad

Irides

Foto: Este lunes, cientos de personas se concentraron en la plaza madrileña de Callao en apoyo a Jenni Hermoso y las campeonas del mundo. (Álvaro Minguito)

La primera vez que entendí lo que era el machismo vi cómo una ráfaga de experiencias y palabras se estrellaban delante de mis ojos. Nunca imaginé que sería la razón por la que tantas mujeres tenemos que luchar.

Tenía pensado escribir sobre este tema en marzo, pero no podía caer en el error de olvidar que el feminismo es una batalla constante. Hemos presenciado cómo una ola de mujeres -y algún hombre- han salido con fuerza a defender a Jenni Hermoso por el beso no consentido y las declaraciones posteriores de Luis Rubiales que hemos tenido la desgracia, y la suerte, de presenciar, porque si no lo hubiera visto todo el mundo, seguramente no se hubiera creído a la jugadora.

No sé si es peor el bochornoso discurso que el presidente escupe con rabia o los presentes que aplaudieron apoyando al señor Rubiales; esto demuestra que aparte de echarle, hay que fumigar la RFEF. Si no fuera porque fue un acto formal estoy segura de que en esa sala hubiera retumbado un enérgico “lololololololo”.

Espera, yo no he venido a hablar de este hombre.

Nos hemos cogido de la mano entre todas para repetir, de una vez por todas, que no vamos a permitir más abusos de poder ni agresiones hacia nosotras, por muy normalizadas que estén

No puedo evitar emocionarme cuando veo a tantas personas movilizarse por Jenni, y ver cómo el #SeAcabó inunda las redes sociales. Desde las risas incómodas después de lo sucedido hasta las firmes declaraciones de las ganadoras mundiales y otras jugadoras. Nos hemos cogido de la mano entre todas para repetir, de una vez por todas, que no vamos a permitir más abusos de poder ni agresiones hacia nosotras, por muy normalizadas que estén.

“Jenni, hermana, aquí está tu manada” es una de las frases que se pudo escuchar en la manifestación espontánea delante de la sede de la RFEF. Esto nos ha demostrado una vez más que el feminismo es una fuerza imparable que contra todo pronóstico siempre va a luchar por todas las mujeres. En este caso, por un fútbol libre de violencias machistas. Más marimachos y menos machirulos. Y como escribe Irene Zugasti, Rubiales Rubiales de esta no sales.

¿Qué ocurre cuando no hay nadie mirando? Luego se preguntan por qué insistimos tanto en la importancia de una educación en derechos humanos y feminista

Aunque no podemos olvidar que hay miles de mujeres que no cuentan con este apoyo y no tienen pruebas grabadas para “demostrar” la agresión. Además, si hay hombres que se permiten hacer esto en público, ¿qué ocurre cuando no hay nadie mirando? Luego se preguntan por qué insistimos tanto en la importancia de una educación en derechos humanos y feminista.

No escribo porque esto no se haya dicho antes. Escribo exactamente por todas las veces que se ha gritado y nuestras quejas han pasado desapercibidas. O ignoradas. Pero parece que todavía no se han dado cuenta de que somos más, y de pequeñas aprendimos eso de por mí y por todas mis compañeras.

La primera vez que escuché la palabra sororidad me hizo gracia cómo las letras bailaban entre mis dientes. So-ro-ri-dad. Nunca imaginé que sería la razón por la que ahora puedo hablar sin morderme la lengua.

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