Dr. Alfredo Sandoval Villalbazo, académico del Departamento de Física y Matemáticas de la Universidad Iberoamericana Ciudad de México e Investigador Nacional Nivel II (SNI). Twitter: @Fred_FisMat
Más allá de cumbres políticas, declaraciones optimistas y eventos comerciales bienintencionados, la ciencia dura muestra que la lucha contra el calentamiento global antropogénico se sigue perdiendo. La causa física de este fenómeno es el aumento en los niveles de gases de efecto invernadero que se ha dado a partir de la Revolución Industrial. Debido al riesgo identificado por científicos desde finales del siglo XIX, desde mediados del siglo XX se han venido cuantificando con precisión las concentraciones de dióxido de carbono, el cual es el principal causante del efecto. En este contexto, los resultados acumulados durante el año 2019 son poco esperanzadores.
La evolución de las concentraciones de CO2 se visualizan por medio de la llamada ‘Curva de Keeling’, la cual se obtiene a partir de la lectura diaria de los niveles de este gas en el observatorio situado en el volcán Mauna Loa, Hawai, Estados Unidos. Un análisis de los datos recabados a lo largo de un año muestra el estancamiento referido: en mayo se alcanzaron los mayores niveles registrados en la historia moderna.
Asimismo, el promedio anual superó las 408 partes por millón, valor prácticamente idéntico al registrado durante el 2018.
El intervalo de concentraciones mostrado en la curva anual de CO2 tiene un valor mínimo aproximado de 407 partes por millón, mientras que el valor máximo superó las 415 unidades. La curva exhibe un comportamiento oscilatorio estacional que se ha repetido durante siglos. Sin embargo, la acción humana ha hecho que esta curva “se monte” en una recta de pendiente positiva durante los últimos 70 años.
La meta por alcanzarse corresponde a un descenso en los niveles hasta un valor aproximado de 275 partes por millón (cifras previas a la Revolución Industrial). Es evidente que esta meta es inalcanzable en las próximas décadas, máxime que el tiempo de permanencia del CO2 en nuestra atmósfera va desde los 50 hasta los 200 años1.Los llamados por parte de la Organización de las Naciones Unidas para reducir drásticamente las emisiones de CO2 de manera inmediata están sustentados en la ciencia dura y no deben ser ignorados por motivo alguno. Las generaciones futuras observarán detalladamente nuestra actuación en estos años y la crítica resultante probablemente sea devastadora.
Referencias:
1 Raymond T.Pierrehumbert,”Infrared radiation and planetary temperature”, Physics Today 64, 1, 33 (2011).http://physicstoday.scitation.org/doi/10.1063/1.354194
2Los datos diarios correspondientes a la curva de Keeling se actualizan diariamente a través de la cuenta de twitter @Keeling_curve
Para leer más artículos del Dr. Alfredo Sandoval, consulte su libro ‘Ciencia de botepronto: divulgación científica coyuntural al servicio de la ciudadanía’.
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