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Niña mapuche: “Me pegaron con un garrote en la cabeza y a mi mamá la tenían casi desnuda en el piso”
Naomi, de 11 años, relata lo que vivió en la mañana del martes 10 de enero cuando las fuerzas de la policia y gendarmería ingresaron en la Lof del departamento de Cushamen.
Confirma y detalla la represión a mujeres y niños
Por otra parte relata los destrozos ocasionados en las rucas, sus viviendas
Para finalizar habla del orgullo de ser mapuche y de una resistencia que va creciendo con ella
Naomi, una niña mapuche de 11 años, le contó a FM Alas la represión sufrida en Pu Lof, seis meses antes de la desaparición forzada de Santiago Maldonado.
“Yo me llamo Naomi y tengo 11 años. Fue un momento muy difícil porque, con mi mamá, estábamos en la guardia, y yo tuve que salir corriendo tocando el kulkul. Había muchos policías, demasiados. Camiones, camionetas, de todo. Empezaban a llegar, uno, dos, tres y así. Yo fui abajo, toqué el kulkul, y los lamién se despertaron. Éramos poquitos porque la gente había ido a buscar animales y hacer esas cosas. Algunas lamién subieron para ver, y había drones, de todo. Ni bien quisimos avisar, no nos dejaban mandar mensajes.
Fuimos a la casa y llegaron las chicas de la guardia, porque ellas igual dieron lucha. Bajaron corriendo y nos encerramos en la casa. Pusimos mesas, todo. Y vino un hombre y nos decía, ‘dénnos los datos, dénnos los datos’. ‘No, nosotros somos mapuche y listo’. Entraron y tiraron gas, matafuegos. Yo tenía un nene a upa y le tapé la boca, casi todo respiré yo y después andaba vomitando. Fue muy difícil, porque me querían sacar al nene, y se lo di a mi mamá. Le estaban pegando a mi mamá y le pegaron al nene que tiene 8 años. Yo puse la mano, y me pegaron en la mano.
Nos quisieron sacar por la ventana, a mí me sacaron de los pelos, me tuvieron arrodillada y me metieron un caramelo a la fuerza. Yo lo escupí y me decían ‘callate, quedate quieta, quedate arrodillada’. Y vino un comisario y me bajó la capucha, y dijo ‘ésta es menor, dénle algo para que se calme’.
Y antes de eso, a una lamién la habían agarrado de los pelos, y la habían sacado. ‘No te das cuenta, tengo un nene’, gritaba ella. Y un subcomisario igual la agarró de los pelos y la sacó. Y le decía ‘lo hubieras pensado antes, pelotuda’. Y la dejaron ahí. Y yo le traje mantas, y todo, porque salimos así nomás.
Vinieron a caballo y eran un montón. A nosotras nos golpearon, a mí me pegaron con un garrote en la cabeza. A mi mamá la tenían casi desnuda en el piso, a una lamién no la dejaban ir al baño. Yo le pedía ir al baño y no me dejaban ir. Le pedí que me acompañe mi mamá y me decían que no, que se podía escapar. Mi mamá le decia ‘pero tengo las esposas’. Y de ahí me llevaron al baño pero me dijeron ‘bueno, vamos’. Y una señora nos pide los datos. Y yo le digo ‘no, con usted no pienso ir, porque no la conozco y usted no me conoce a mí. Me voy a quedar acá si no me dejan ir’. Le preguntaron a una chica que estaba ahí si era mi tía y dijo que sí, y fuimos.
Otra chica quiso ir al baño y no la dejaron. Y decía ‘ay, ahora todos quieren ir al baño’. Entonces la chica dijo ‘bueno, hago acá nomás si no me dejan ir al baño’. Y se estaba bajando los pantalones y le dijeron ‘no, no’, y la llevaron al baño. No nos dejaban ir al baño y nos decían ‘¿quieren atención médica?’. Y nosotras le decíamos ‘no, no queremos nada de ustedes. Porque ustedes entraron acá, nos golpearon y ahora quieren que tengamos atención médica y encima de ustedes’.
A mí me dejaron arrodillada. A mi mamá se le tiraron encima un montón de policías. Eran muchos efectivos, se nos reían en la cara.
Tiraron la mesa, tiraron todo. Entraron y tiraron esa cosa. Yo tapé al nene porque nos hacía vomitar. Yo, hasta ayer, no comí nada porque tenía eso. A mí me dejaron ahí, un rato, tirada en el piso. Después se llevaron nuestros caballos. Me tenían tirada ahí y yo les decía ‘los nenes, los nenes’. Yo no los veía porque me llevaron a otro lugar. Y sí, vi a uno de los chicos que le estaban dando garrotes, que es uno de los presos. Yo lo vi todo, todo lleno de sangre, acá, a los costados, y acá.
Nosotras gritábamos y la señora que estaba con nosotras nos decía ‘callate, callate’.
La casa donde dormíamos quedó destruida. Y malvados encima, porque en las otras casas no había nadie, y ellos fueron y las rompieron. Rompieron un vidrio de una puerta que íbamos a poner en nuestra casa. Dieron vuelta las casas, rompieron los colchones. Los nylons estaban en buenas condiciones, pero ahora no se puede dormir ahí porque te entra aire por todos lados. Tiraron las mesas, partieron las puertas, tiraron una pared. Y nosotras estábamos ahí y vimos todo eso. Entraban por todos lados.
A mí me sacaron de los pelos. Y a una lamién le dijeron de todo. Nosotras nos defendimos. Porque a mi mamá la agarraron de los pelos y con una lamién los empujamos. Nos agarraron y nos sacaron para afuera. Nos golpearon un montón.
Me pegaron con los garrotes, me dejaron un chichón. Estoy toda ramillada, me arrastraron por el piso. Tengo todo lleno de espinas y moretones. Mi mamá está toda llena de moretones también.
A una lamién -que tenía un bebé- se lo querían sacar. Nos querían sacar los bebés y yo lo tenía agarrado así. Y hacían fuerza los gendarmes.
Pero esto no es nada, más adelante va a ser peor. Nosotros no vamos a salir porque acá es donde nacieron nuestros abuelos”.
Este material se comparte con autorización de Resumen Latinoamericano
DE QUE MIERDA DE GUARDIA ME HABLAN, DE OTRO PAIS? LA ADUANA SERA¡¡ Y PUSIERON A UNA NIÑA DE 11 AÑOS?