San Salvador Atenco, Estado de México. Desde el 2003 las comunidades del oriente del Estado de México han vivido un asedio constante por negarse a ceder sus tierras para la construcción del nuevo aeropuerto de la Ciudad de México, proyecto que ha pasado de mano en mano entre los distintos partidos políticos que han estado en el poder, pero el Grupo Atlacomulco ha sido el de mayor poder y el que más ha insistido en la construcción de infraestructura y del propio aeropuerto, a pesar de la resistencia que sigue en pie en esa región.
El despojo territorial que vivimos actualmente se reconoce por el sello distintivo de la vieja guardia priista que se concentra en el Grupo Atlacomulco, sin que esto quiera decir que son estrategias exclusivas del priismo, todos los partidos políticos han dejado ver de forma más clara, su intención de despojar a las comunidades de sus recursos en estos años, claro está que constantemente buscan dinamizar sus estrategias pero siempre parten de la base de su necesidad.
La ruptura del tejido social comunitario es la meta en estas estrategias, y pueden venir del gobierno federal, el estatal o desde el control de los cargos locales de las comunidades, para eso tienen grupos de personas pagadas, para esperar el momento oportuno e iniciar con la compra de voluntades, la especulación, el manejo de la ley agraria a modo, hasta la imposición. Romper con el trabajo colectivo es imperante porque el fin último es convertir la propiedad social en propiedad privada o propiedad que pueda enajenarse para la producción capitalista y así seguir con la acumulación.
Todo esto sería más fácil para los poderosos si el artículo 27 de nuestra constitución no existiera. Este artículo recoge el espíritu de la lucha que llevó a cabo nuestro caudillo Emiliano Zapata y que bien hizo en dejarlo claro en el Plan de Ayala. Gracias a esto, la propiedad social existe en nuestra patria, no así en otros países de América Latina. Aunque este derecho fue una herencia de la revolución, el reparto agrario tuvo sus bemoles que no pongo a discusión en este artículo porque aunque es el punto de partida, se trata de analizar a través de la experiencia de lucha y resistencia del Frente de Pueblos en Defensa de la Tierra (FPDT), las formas de despojo que se han ido gestando en la región oriente del Estado de México.
Lo que conocemos ahora como el Frente de Pueblos en Defensa de la Tierra, es un movimiento que cumple en 2016 quince años de su conformación, un movimiento campesino y popular que ha dado la batalla a todas y cada una de las estrategias ensayadas en su territorio. Cuando en el 2002, Fox Quezada (2000-2006), fue obligado por los pobladores, campesinos y ejidatarios de esta región a derogar el decreto expropiatorio, que en el 2001 impuso y que los despojaba de más de 5 mil hectáreas de su territorio, el grupo Atlacomulco no se quedó con las manos cruzadas e fue dando concesiones para la construcción de carreteras e infraestructura que siguen el plan original para la construcción del aeropuerto, aunque curiosamente la concesión amplia de las cuatro etapas del Circuito Exterior Mexiquense se otorgó hasta el 2006 – año de la represión que sufrieron las comunidades del municipio de Atenco por parte del gobernador en turno (Enrique Peña Nieto 2005-2011), Arturo Montiel Rojas años atrás impulso inversiones millonarias para iniciar esta mega obra de infraestructura.
En 2003 el FPDT comenzó a ser un actor político importante para la región, muchas comunidades se acercaban al movimiento para resolver desde problemas muy simples como límites de tierras, hasta solicitar la mediación con el municipal o estatal en turno. Que el FPDT fuera un movimiento exitoso, no era algo que agradaba a los poderosos así que han padecido de una vigilancia constante por parte de los gobiernos y sobre todo un asedio por su lucha política. Esta región ha tenido un ahorcamiento en el campo notable hoy día, también ha tenido que padecer la escasez de agua potable y la veda para siembra de riego, en estos años ha incrementado exponencialmente la especulación sobre sus tierras y particularmente sobre el polígono que se marcó en el 2001 como el deseado para la construcción del aeropuerto y de infraestructura.
De las inversiones que se impulsaron por estos gobiernos podemos analizar a OHL- conglomerado de siete empresas españolas que en México se denomina OHL concesiones- fue la beneficiaría para construir las cuatro fases del circuito exterior mexiquense, que a su vez concesionó a Alter Consultores, SC, la desincorporación de propiedad social de dos de sus proyectos. Siendo el director de esta última empresa Julio Antonio Virgen Camaño, quien fuera delegado en el Estado de México de la Procuraduría Agraria (PA) durante del gestión como gobernador de Peña Nieto. Esta empresa buscó la compra de tierras en Acuexcomac, San Salvador Atenco y la colonia Francisco y Madero, comunidades pertenecientes al municipio de Atenco, en el 2012.
Intentando engañar a los campesinos, acudiendo a hablar con ellos casa por casa, hoy día se sigue con esa práctica desde distintas instancias de gobierno para la compra de tierras y las ofertas son millonarias. Incluso han corrido el rumor durante estos años sobre una segunda expropiación o la venta de otras comunidades cuando en realidad no ha sucedido.
Otra estrategia de acoso a los campesinos es por la vía de la oferta de agua. En San Salvador Atenco, Acuexcomac y en otros núcleos agrarios, la Conagua ha frenado desde el año 2000 las mejoras de los pozos de agua que se utilizan para riego. En el ejido de Atenco existen siete pozos de riego agrícola, todos constituidos por sociedades ejidales de las unidades de riego agrícola; se ubican en la Cuenca del Valle de Texcoco, Cuautitlán, donde hay una veda permanente para abrir nuevos pozos para los ejidatarios, con el argumento de que hay sobreexplotación de agua del subsuelo. Sin embargo en la zona Texcoco-Chimalhuacán se han desarrollado complejos comerciales con uno o más pozos de agua potable para abastecerlos. Y en los desarrollos de viviendas “de interés social”, en particular los de Casas ARA, se han abierto más pozos, a pesar de lo devastada que está la cuenca hidrográfica del oriente del Estado de México.
Los ejidatarios son objeto también de cobros exagerados e injustificados por concepto de energía para el funcionamiento de los pozos. Como no pueden pagar, les cortan el servicio. También han sufrido el robo de instalaciones eléctricas: transformadores y tableros, como en El Espíritu Santo.
La pérdida de capacidad de riego en sus parcelas, por los motivos descritos, frena la capacidad productiva y lleva a los ejidatarios de El Espíritu Santo a concebir como algo viable la venta de sus tierras. Pero los pobladores vecinos plantean donarles el excedente de agua de otros pozos para apoyarlos; ello, como parte de su resistencia y lucha por defender la tierra.
En el 2008 llaman la atención las obras de drenaje túnel emisor oriente, realizadas supuestamente para evitar la saturación de agua. Estas obras son el punto de partida de un proyecto ecológico que lanzó la Comisión Nacional del Agua (CONAGUA) denominado Zona de Mitigación y Rescate Ecológico en el ex Lago de Texcoco, en el cual el 80% de su presupuesto estaba destinado para la compra de tierras. Hoy el polígono que se marcó este proyecto es el mismo polígono que presentó Peña Nieto para la construcción del Nuevo Aeropuerto.
Del 2008 al 2010 La CONAGUA compró ilegalmente terrenos ejidales en las comunidades de Ixtapan y Nexquipayac, y mencionó que fue ilegal porque algunos ejidatarios del Nexquipayac señalaron que el acta que se presentó sobre la asamblea que debió de llevarse a cabo para ostentar el dominio pleno de los terrenos para cada ejidatario, no se reconoce, ni se tiene conocimiento de cuándo se llevó a cabo. Abiertamente se buscó a cada uno para “apoyarlo” en los trámites del cambio de uso de suelo. Hoy día hay un amparo impuesto en contra de esta asamblea, ya que está tiene que tener ciertas características para que pueda llevarse a cabo y los ejidatarios que no vendieron han denunciado que hay inconsistencias legales en la misma; como que no se ha comprobado la asistencia del 50+1 de ejidatarios, y no posesionarios o avecindados. Se les llama coloquialmente entre los pueblos asambleas duras, porque tienen la función de tomar decisiones importantes para el ejido y para la comunidad respecto del uso y manejo de sus tierras.
En el 2010, San Salvador Atenco, otra de las comunidades del municipio de Atenco, se negó en asamblea ejidal a dejar que la CONAGUA presentara el mencionado proyecto, en esos años los integrantes del FPDT llevaban varios años luchando por la libertad de los presos políticos que dejó la represión, justicia para más de una decena de compañeras vejadas sexualmente y dos homicidios que se cometieron el 3 y 4 de mayo del 2006. A pesar de lo duro de los tiempos los priistas no habían podido cooptar al comisariado ejidal para poder hacer lo que en Nexquipayac pero cuando Enrique Peña Nieto entró al poder, se notó en la comunidad la compra de voluntades que operan hoy día una decena de priistas que esperaron en las sombras hasta poder retomar su estrategia, es notorio el dinero que ostentan sin saber de dónde lo obtienen.
En octubre de 2013, en una asamblea muy enrarecida, ganó el comisariado ejidal y el consejo de vigilancia una planilla de pobladores abiertamente priistas, estos mismos en estos años han borrado murales importantes para la resistencia del FPDT, símbolos que les recordaba su vileza, así también han especulado y han ido casa por casa para enrarecer más el clima en San Salvador Atenco. Sin embargo no han podio borrar a las familias que siguen resistiendo, informando, haciendo foros, y metiendo recursos legales para poder mostrar estas estrategias planeadas desde años atrás.
En 1992, el entonces presidente Carlos Salinas de Gortari impulsó la modificación al artículo 27 constitucional, y nació el Programa de Certificación de Derechos Ejidales y Titulación de Solares (PROCEDE). A la última fase de este programa se le conoce como Dominio Pleno, y es la legalización de la parcelación de las tierras ejidales o comunales. Muchas comunidades iniciaron la inscripción al programa pero no lo finalizaron porque su forma de trabajo es colectiva o no veían la necesidad de privatizar sus parcelas, este programa culminó en 2006 y para poder llegar al dominio pleno se requiere que los ejidos o comunidades lo aprueben en una asamblea dura.
En 2014 el comisariado ejidal de San Salvador Atenco, abiertamente de filiación priista, llamó a asamblea para poder aprobar el dominio pleno. Sin la presencia de todos los ejidatarios y con la presión de grupos de choque, se llevó a cabo el 1 de junio de ese año una asamblea amañada que en 20 minutos aprobó el dominio pleno, con la presencia de posesionarios – que no tienen voto en estas asambleas- y en un lugar privado, cuando la asamblea se tenía que llevar a cabo en un lugar público.
Integrantes de la comunidad demandaron la suspensión de esta asamblea por las inconsistencias legales. Actualmente se les ha solicitado que demuestren que son pueblos originarios y que pueden demandar que sus costumbres se sigan llevando a cabo en los cargos locales como es la asamblea ejidal, así también el FPDT ha cuestionado la Manifestación de Impacto Ambiental (MIA) que se presentó para justificar el proyecto del aeropuerto presentado en el 2012 por Enrique Peña Nieto , ahora como presidente de la República.
La “consulta” presentada por la SEMARNAT se hizo en Ecatepec sin que la mayoría de la población se enterará, lo que ha provocado nula información sobre las afectaciones que el aeropuerto traería, ni de la transformación territorial que conlleva un proyecto de estas dimensiones.
Como las comunidades del oriente del Estado de México, muchas comunidades en nuestro país acumulan una historia de agravios diferenciados, pero sobre todo de despojos desde arriba, auxiliado penosamente por gente de los pueblos, colonias y barrios, que desde abajo hacen labor para la venta de la tierra o de voluntades. En estas asambleas amañadas se ha buscado legalizar lo ilegitimo y han surgido dos cuestionamientos importantes pero también dos posibilidades que el FPDT ya ha caminado en estos años.
El freno que el despojo en estos tiempos neoliberales tiene, es la propiedad social que nuestras comunidades ostentan, el recurso legal es un derecho que tenemos que ejercer para demostrarles a los de arriba la incongruencia de su actuar, se requiere de una contra estrategia conjunta que busque evidenciar sus intenciones, es decir el conocimiento de estos proyectos de muerte y refutar cada una de sus intenciones se vuelve necesario pero no basta.
Construir alternativas es algo que tenemos que hacer o seguir haciendo pero con un objetivo común. La lucha que tenemos enfrente, es más que resguardo de nuestros recursos o cuidado de unas cuantas hectáreas, hay regiones que no tiene ejido, ni son comuneros, como es el caso de la Sierra Norte de Puebla, sin embargo la comunidad como organización social y el trabajo colectivo ha dado cuenta de la posibilidad que tenemos enfrente, cuando el FPDT derogó el decreto expropiatorio en 2001, fueron los pueblos enteros los que se movilizaron, sin importar si todos eran ejidatarios o comuneros.
Es el caso de Cherán Keri, en Michoacán el que nos da la pauta para entender que sólo uniendo fuerzas, quienes defendemos la tierra y nuestra patria, podemos contra el despojo; esta comunidad ha reforestado más de 3,500 ha de bosque de las casi 8,000 devastadas por el crimen organizado. Son sus pobladores y comuneros, poniendo enfrente la necesidad de recuperar su comunidad completa y no sólo una parcela o un ejido. Con el objetivo de ser autónomos, siguen gestando estrategias desde la producción y reproducción social y material de su comunidad. Muchas comunidades tienen hoy día más pobladores que ejidatarios o comuneros y tenemos que ponernos a discutir, quién decide por el destino de todo un territorio y no sólo de una parte de él.
Este cuestionamiento es necesario, no con eso quiero decir que se deseche la propiedad social, sino que se tiene que pensar en el bien común desde este cuestionamiento para poder impulsar cambios reales en nuestras comunidades.
Los megaproyectos impuestos en toda nuestra patria requieren de una defensa que mire con creatividad la lucha para revertir el juego legal en que meten a las comunidades, porque sólo lo legal no nos dará para salvar a nuestra patria del despojo sin límite al que nos enfrentamos , pero la lucha política sin un proyecto que camine en conjunto con otras luchas, tampoco nos salvará.
Discutir nuestras realidades concretas para poder ser creativos y objetivos en cuanto a los que nos hace falta hacer para transformar este mundo. El FPDT ha padecido muchos despojos pero también ha buscado nuevas formas de lucha, no ha dejado de caminar, y eso quiere decir que seguimos de pie. El FPDT también ha seguido insistiendo en la unidad, no una unidad a toda costa y sin principios, sino una unidad que tenga un objetivo común y que respete el andar de cada lucha, ese es un buen comienzo para empezar a dialogarnos.
Si en la historia que escribe el FPDT reconocemos realidades concretas que hoy padecen otras comunidades, debemos de tomar de su experiencia para poder seguir resistiendo pero sobre todo luchando. La compra de voluntades es generalizada pero sobre todo la ruptura intencional que los partidos políticos han provocado en las comunidades, en Michoacán se lucha contra un aparato de Estado corrupto, contra el crimen organizado, en Chiapas las comunidades zapatistas y adherentes a la sexta se enfrentan a paramilitares que llevan años de entrenamiento y que no es un partido el único que los entrena, en el Estado de México, las luchas se enfrentan a un grupo de priistas que lleva la batuta del poder hoy día, y así , todas nuestras resistencias padecen agravios diferenciados que buscan despojar desde abajo, desde arriba y viceversa. La compra de voluntades es operada desde abajo por los de arriba y los de arriba operan proyectos que los vende patrias coadyuvan a llevar a cabo, así nosotros también tenemos que luchar, no esquizofrénicamente, sino con una estrategia que nos permita responder a este tiempo neoliberal. Por supuesto, no tengo la respuesta pero espero que entre todos vayamos encontrándola.
El despojo es algo que viene incrementando sus formas más voraces, no es que el capitalismo haya sido más dulce antes, pero hoy tiene una necesidad imperante de apropiarse de todo, incluyendo nuestras vidas. Es imperante que decidamos como pueblos el destino de nuestras tierras y de todo el territorio mexicano, no podemos permitir que desechen la historia, la vida de muchos de nuestros antepasados y sobre todo el futuro de nuestros pueblos y su dignidad.