Por Lucía Herrera
Durante la tarde del sábado se desarrolló en Mar del Plata una multitudinaria marcha de repudio a la decisión de la Justicia de otorgar prisión domiciliaria al genocida Miguel Etchecolatz, en una finca de su propiedad en el Bosque Peralta Ramos de esa ciudad costera. Se trató de una movilización unitaria, convocada por un amplio arco de organizaciones políticas, sociales, sindicales y de Derechos Humanos locales y nacionales, que se suma a las actividades que se realizaron el viernes, al escrache que protagonizaron el sábado por la mañana agrupaciones de izquierda, y las que continuarán hoy con un siluetazo alrededor de la casa donde se aloja el represor.
Unas 20 mil personas recorrieron las calles marplatenses, desde la plaza San Martín hasta la Rambla, reclamando que Etchecolatz cumpla sus tres condenas a prisión perpetua en una cárcel común, por su probada culpabilidad en 960 casos de Lesa Humanidad cuando comandaba la Jefatura de Inteligencia bonaerense, con 21 centros clandestinos de detención a su cargo. “La única casa para un genocida es la cárcel”, “Etchecolatz está en su casa, Julio López ¿Dónde esta?”, “Para los genocidas cárcel común”, “Si no hay justicia, hay escrache” eran algunas de las consignas de las banderas que encabezaban a las diferentes columnas.
Recorriendo 25 cuadras, detrás de la extensa bandera argentina con los rostros y nombres de los desaparecidos y desaparecidas marplatenses que tradicionalmente conduce las movilizaciones de Derechos Humanos en esa ciudad, la caravana llegó hasta la Rambla, donde tuvo lugar un acto en el cual hablaron varias referentes de Madres y Abuelas de Plaza de Mayo, y Rubén López, hijo de Julio López. En el escenario estuvieron presentes también sobrevivientes de La Noche de los Lápices, como Emilce Moler, Familiares de Detenidos y Desaparecidos por Razones Políticas, como Lita Boitano y Cristina Muro, nietos y nietas recuperados, como Horacio Pietragalla y Victoria Montenegro, hijos e hijas de víctimas de la patota de Etchecolatz, como Ana Pecoraro, Paula Píriz y Eduardo Nachman, y también integrantes del colectivo Historias Desobedientes, compuesto por familiares de genocidas, entre otros.
Durante el acto, Taty Almeida, de Madres de Plaza de Mayo- Línea Fundadora, subrayó la responsabilidad de los jueces que concedieron el beneficio de la prisión domiciliaria al ex comisario, José Martínez Sobrino, Julio Panelo y Fernando Canero, quienes “forman parte de este gobierno, con Macri como presidente, que desde que está no hace más que violar, todos los días, los Derechos Humanos”, dijo. Al respecto, cabe recordar que el hoy juez Martínez Sobrino fue denunciado por su participación en un caso de apropiación de bebés durante la dictadura, cuando el magistrado era secretario del entonces juez de menores Gustavo Mitchell, y concedió la adopción del hijo de la ciudadana uruguaya Sara Méndez, secuestrada en el campo de concentración Automotores Orletti.
Visiblemente emocionado, Rubén López, hijo de Julio López -sobreviviente de varios centros clandestinos de la órbita a cargo de Etchecolatz, cuyo testimonio en 2006 fue clave para el dictamen de una de las cadenas perpetuas a dicho represor, pero que no llegó a asistir a la audiencia condenatoria porque fue, por segunda vez, desaparecido y sin rastros de su paradero hasta el día de hoy-, expresó “hoy sé que mi vieja y mi viejo están juntos, orgullosos de lo que estamos haciendo”.
La Abuela de Plaza de Mayo Carmen Ledda Barreiro, quien además fue también secuestrada y torturada en el CCD “La Cueva” durante la búsqueda de su hija desaparecida y su nieto nacido en cautiverio, afirmó que “Etchecolatz y (Juan Miguel) Wolk saben dónde está mi nieto, dónde tiraron a mi hija. No lo dicen y ahí andan, tranquilos en sus casas. Exijo que reculen con esta medida y sé que cuento con ustedes para eso, para obligarlos a recular, para no dejarlos vivir en paz.”
Cada intervención de estas Madres era alentada por la multitud al grito de “Madres de la Plaza, el pueblo las abraza”. Y al respecto, una de ellas resaltó el gesto de unidad de la convocatoria, afirmando que “Así, no nos van a vencer, porque son ellos o nosotros”.
En medio de una fuerte ovación, Nora Cortiñas tomó el micrófono y expresó en primer lugar que entre la multitud sentía la presencia de esa generación desaparecida por la dictadura: “En ustedes, podemos mirarlos a los ojos, y decir que estamos siempre buscándolos, extrañándolos (…) Los tenemos a ustedes, dándonos fuerzas todos los días. Sería terrible no tener el apoyo de estas tres generaciones que nos acompañan. Gracias a eso todos los días nos levantamos y decimos: ‘Hoy hay que seguir luchando´. Yo, escuchando la voz de Gustavo, diciendo, ‘Mamá, dale, seguí, no aflojes´, y a cada madre la sigue también ese murmullo de su hijo o su hija. (…) Hoy estamos acá repudiando la impunidad de este genocida. Si querían traerlo a esta zona tan hermosa, hay una cárcel, la cárcel de Batán, que está bien a su medida”.
“A Batán, a Batán”, respondieron las miles de personas presentes. Norita continuó diciendo que iban a seguir haciendo “todo lo necesario hasta que sea revocada esta medida” y convocó al siluetazo que tendrá lugar hoy, a las 17 horas, en el Bosque Peralta Ramos.
“Seguiremos persiguiéndolos, no van a zafar (…) los crímenes que cometieron son horrendos, no se olvidan, no se perdonan (…) Vamos a seguir exigiendo la verdad y la justicia, ese es el compromiso que tenemos con nuestros 30 mil desaparecidos (…) Vamos a voltear esta política contra la defensa de los Derechos Humanos, vamos a tirarla abajo (…) ¿Qué se creen, que los vamos a dejar tranquilos veranear donde esllos quieran? ¡No! No a la domiciliaria, cárcel común y efectiva ya”, reclamó, cerrando el acto con el tradicional grito, acompañado por miles de voces: “30 mil compañeros detenidos desaparecidos, PRESENTES, AHORA Y SIEMPRE”.
ESCRACHE AL GENOCIDA EN LA MAÑANA DEL SABADO
El de la tarde del sábado fue el segundo acto de repudio de la jornada. Por la mañana, organizaciones autoconvocadas realizaron una nueva manifestación frente a la casa del represor Miguel Etchecolatz, en el Bosque Peralta Ramos, ante un amplio operativo policial, y quemaron un muñeco de trapo además de tirar bombas de estruendo frente al domicilio.
La protesta comenzó en la entrada al barrio Bosque Peralta Ramos, ubicada en la calle Mario Bravo y calle Don Arturo, donde cerca de 200 personas de las agrupaciones “Votamos Luchar” , “Fogoneros”, “Frente de los derechos Humanos y la Dignidad” y “Frente Antirrepresivo” caminaron hasta la casa de Etchecolatz para pedir “cárcel común, perpetua y efectiva”, y una vez allí tiraron bombas de estruendo y prendieron fuego un muñeco.
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