Foto: Cuartoscuro
Ciudad de México | Desinformémonos. Con los hashtags #CuarentenaConDerechos, #NiUnaMás y #VivanLasMujeres, mujeres, organizaciones civiles, refugios y activistas respondieron al presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO), quien en la conferencia matutina del 6 de mayo negó que la violencia machista ha incrementado durante la cuarentena por coronavirus.
«En el caso de la violencia en general y la violencia contra las mujeres no hemos nosotros advertido un incremento», dijo López Obrador, a pesar de que tan sólo en marzo la Línea Mujeres de Locatel registrara cuatro veces más llamadas por violencia de género que el promedio mensual de los últimos años.
Durante el confinamiento, “en las denuncias no ha habido un incremento”, aseguró el mandatario. No obstante, la Red Nacional de Refugios (RNR) reportó que durante este periodo recibió 80 por ciento más de llamadas y mensajes de solicitudes de mujeres víctimas de violencia.
«Las solicitudes han sido mayormente sobre atención y acompañamiento ante las violencias machistas, de mujeres en situación de violencias como familiares y amistades que fungen como redes de apoyo», señaló la Red.
Incluso las cifras oficiales del Secretariado Ejecutivo del sistema Nacional de Seguridad Pública (SESNSP) registraron un incremento de 23 por ciento de las llamadas al 911 por violencia de género.
«Es una mala señal que el Presidente de la República diga que la violencia contra las mujeres no ha aumentado, cuando la línea de llamadas de emergencia 911, da datos claros y no controvertidos», señaló la directora ejecutiva de Amnistía Internacional México, Tania Reneaum, ante las declaraciones del presidente.
Las organizaciones y activistas que replicaron a AMLO lamentaron que el problema de violencia de género no sea reconocido por el gobierno federal, pues esto evita fortalecer las instituciones, redes y centros de ayuda que atienden a las mujeres víctimas.
Para muchas de las mujeres violentadas, el confinamiento por la emergencia de coronavirus significa quedarse las 24 horas con sus agresores, sin la posibilidad de salir en busca de auxilio y con un sistema federal deficiente para brindarles atención.