“Apá, me siento mal; apá, ayúdame”, fueron las últimas palabras que Isaías Tello Barrientos le dijo a su padre, quien lo cargó para subirlo al carro y llevarlo de inmediato al hospital, pero la muerte lo alcanzó primero. Los doctores sólo confirmaron el deceso.
Isaías fue una víctima más de la impunidad con que operan los elementos de la Policía Municipal en Saltillo que pertenecen al llamado grupo Centauro, dirigidos por el comandante Weimar Jiménez.
El 29 de diciembre de 2015 Isaías fue atacado por elementos de este grupo policial, quienes lo confundieron con un ladrón que minutos antes había asaltado a un comerciante. Los agentes lo tumbaron de unas escaleras y el joven de 25 años resultó con fractura en ambos tobillos.
Al no poderse levantar, los agentes lo esposaron y lo arrastraron por el pavimento para acercarlo a la patrulla. Lo cargaron y lo subieron a la caja de la unidad 1353, donde lo llevaron ante el comerciante para que lo identificara. El afectado negó que fuera Isaías quien lo había asaltado y los policías regresaron a la calle José Rosas Moreno, en la colonia Satélite Sur, y lo bajaron de la patrulla para dejarlo abandonado en la banqueta.
A partir de ese día comenzó la agonía del joven; en el hospital le enyesaron ambas piernas, presentaba fracturas en los tobillos y la espinilla de ambas piernas. Sus familiares acudieron ante la Dirección de Seguridad Pública Municipal para exigir una indemnización por el daño que le causaron a Isaías, sin embargo el comandante Weimar protegió a sus oficiales y argumentó que los hechos no fueron así.
Señalan a policías por muerte de joven
Familiares de Isaías Tello Barrientos, quien falleció a consecuencia del ataque que sufrió a manos de policías municipales, advirtieron que no descansarán hasta que se castigue a los responsables.
Ya acudieron a la Dirección de Seguridad Pública Municipal para reportar los hechos, pero sus reclamos no fueron atendidos.
Impotentes ante la negativa de la Policía Municipal por responder, la hermana de Isaías interpuso una denuncia ante la Procuraduría, donde se abrió una carpeta de investigación sobre el caso.
Isaías pasó el Año Nuevo internado en el hospital, el dolor de sus piernas no lo dejó disfrutar las fiestas al lado de su familia. Apenas el lunes lo habían dado de alta. Había regresado a su casa, donde estuvo bajo los cuidados de sus padres.
Eran las 2:00 de la mañana cuando Isaías despertó a su padre gritándole que se sentía mal. Al llegar a la clínica ya había fallecido.
Los familiares de Isaías claman por justicia. En la casa marcada con el 889 de la calle José Rosas Moreno hay indignación. Fueron los policías los que ocasionaron su muerte y nadie responde.
“En la mañana pasaron cinco patrullas de la Municipal y se pararon afuera de la casa. Los oficiales comenzaron a burlarse y nos gritaban groserías, ni siquiera respetaron nuestro dolor”, denunció Leonor Tello, hermana de Isaías.
Leonor señala que «fueron elementos de las unidades M1353 y 14418 los que violentamente procedieron contra mi hermano, a quien aventaron por unas escaleras, a pesar de que el cajero reconoció su error y tanto él como los oficiales huyeron, dejando convaleciente a Isaías».
“Vamos a seguir luchando para que se haga justicia, fueron ellos los que le quitaron la vida, malditos asesinos, no tenían por qué atacarlo ni dejarlo así”, mencionó Leonor.
Con información del Zócalo de Saltillo.
Foto: Archivo Vanguardia