Movimiento Estudiantil dio un impulso a la vida democrática del país

Armando Guevara Ramos*

El Movimiento Estudiantil de 1968 representó un hecho sin precedentes en la historia reciente de México, al surgir una protesta pacífica que cuestionó y se opuso al sistema en contra del autoritarismo gubernamental, mismo que logró aglutinar a diversos sectores de la sociedad mexicana principalmente de la clase media.

Esta movilización provocó una respuesta represiva por parte de las autoridades, lo cual dio como resultado un capítulo doloroso en la memoria de nuestro país con la masacre de la plaza de Tlatelolco y todo ello marcó una pauta en la transformación democrática nacional.

El motivo que impulsó a crear el movimiento, fue cuando el 30 de julio de 1968, el gobierno de federal decidió intervenir en un conflicto de estudiantes entre la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) y el Instituto Politécnico Nacional (IPN), enviando tropas para controlar el disturbio1, así como el disparo, días después, de una bazuca a la puerta principal de la preparatoria de San Ildefonso.

De esta manera, el 9 de agosto se conforma el Consejo Nacional de Huelga (CNH) compuesto por más de 30 comités representados por varias universidades públicas como la UNAM, el IPN, Chapingo, las Normales, el Colegio de México, algunas de provincia y otras privadas como la Universidad Iberoamericana y La Salle, entre otras.2

En respuesta, el presidente Díaz Ordaz maquinó un plan nacional3 en el que instruía a sus diferentes cuerpos de seguridad para actuar contra cualquier disturbio estudiantil, detener a los líderes y provocar miedo como una advertencia para futuras protestas.

Entonces, para la marcha pacífica convocada por el CNH el día 2 de octubre, Díaz Ordaz  organizó la llamada ‘Operación Galeana’ para lo cual requirió del apoyo de varios cuerpos de seguridad y de un grupo de francotiradores mismos que apostados en los edificios de Tlatelolco tenían la orden de disparar contra el Ejército mismo, la Policía, civiles asistentes como mujeres y niños4, la cual culminó con consecuencias desastrosas, principalmente porque participaron distintas fuerzas de seguridad con diferentes órdenes de sus superiores como si se tratara de luchar contra un enemigo armado y no con jóvenes estudiantes.

Por otro lado, el Batallón Olimpia tenía como característica que sus agentes vestirían de civiles, pero con la distinción de usar un guante blanco en su mano izquierda, los cuales esperarían la señal de una luz de bengala y así no dejar salir ni entrar a ninguna persona. Pero lo más lamentable es que ni estas corporaciones de seguridad tenían conocimiento de que los mismos francotiradores abrirían fuego contra la multitud y contra sus mismos compañeros, entre ellos un general del grupo de paracaidistas que cayó muerto por una bala; posteriormente, sobrevino el descontrol total de los agentes de seguridad y de los manifestantes que desembocaron en la violencia y la masacre.5

En ese día del 2 de octubre, se produjeron una cuantiosa cantidad de detenidos, heridos y muertos, de la cual no se tiene registro ya que varios cadáveres fueron recogidos o desaparecidos por los equipos de seguridad y al día siguiente, las brigadas de limpieza se encargaron de lavar el lugar ocultando las evidencias de la tragedia.6

Finalmente, podemos señalar que este movimiento ha tenido gran trascendencia en la vida democrática del país, ya que a pesar del derramar sangre de personas inocentes, logró no sólo restarle legitimidad y credibilidad al sistema autoritario de ese entonces, sino también creció el proceso democrático de México, al surgir con mayor fuerza los partidos políticos de oposición; se crearon más instituciones en el ámbito electoral; surgieron organizaciones no gubernamentales (ONG) y medios de comunicación independientes, con lo cual inició el camino de nuestra incipiente democracia mexicana.

Referencias:

Becerra Ramírez, Manuel, “La cultura jurídica y el movimiento del 68”, Revista Alegatos, No.70, México, 2008, pág.372, recuperado de: http://azc.uam.mx/publicaciones/alegatos/pdfs/63/70-05.pdf

Moctezuma Barragán, Pablo: El movimiento de 1968, Alegatos, No.70, México, 2008, pág.324, recuperado de:http://www.azc.uam.mx/publicaciones/alegatos/pdfs/63/70-03.pdf

Aguayo Quezada, Sergio. 1968. Los archivos de la violencia. Grijalbo, S.A. de C.V. México, 1998…, p.217-222

Aguayo Quezada, Sergio. 1968. Los archivos de la violencia. Grijalbo, S.A. de C.V. México, 1998, p.218

Aguayo Quezada, Sergio. La charola. Una historia de los servicios de inteligencia en México. Editorial Grijalbo. México, 2001, p.136-137

Aguayo Quesada, Sergio, “De Tlatelolco a Ayotzinapa. Las violencias del Estado”, México, Comunicación e Información, S.A. de C.V., 2015, p. 103

*El Mtro. Armando Guevara Ramos es encargado de Adquisiciones de la Biblioteca Francisco Xavier Clavigero

 

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