SAN BERNARDINO CHALCHIHUAPAN, Pue. (proceso.com.mx).-Un comando policiaco entró a las 4:00 horas a esta comunidad para buscar casa por casa a pobladores que participaron en la gresca ocurrida el pasado 9 de julio.
A patadas, los elementos abrieron puertas, causaron destrozos y apuntaron con armas a mujeres, ancianos y niños sin mostrar órdenes de cateo ni de aprehensión.
Los policías estatales ingresaron por la fuerza al menos a siete viviendas de donde se llevaron a cinco pobladores identificados como Florentino Tamayo Ponce, Raúl Contreras Montes, Vicente Juárez Varela, Álvaro García Xelhua y Fausto Montes.
Aunque la investigación que llevó a cabo la Comisión Nacional de Derechos Humanos evidenció que los policías llegaron al operativo del 9 de julio preparados para reprimir a los lugareños, que fueron los primeros en disparar y que persiguieron a los manifestantes hasta el pueblo, el gobierno de Moreno Valle desató esta nueva persecución contra los habitantes de Chalchihuapan.
También quedó establecido que el niño José Luis Tehuatlie Tamayo murió por un cartucho de gas de largo alcance disparado por los policías y que otros ocho pobladores resultaron heridos de gravedad por los mismos proyectiles lanzados por los uniformados.
De acuerdo con los primeros testimonios, el operativo de 13 vehículos particulares sin placas ingresó al pueblo y en poco más de media hora catearon simultáneamente las casas para llevarse a los lugareños, la mayoría en ropa interior pues los sorprendieron mientras dormían.
Una mujer de 76 años denunció que incluso los policías le apuntaron con una pistola en la cabeza; otra, que la empujaron y la amenazaron a pesar de que llevaba a un bebé en brazos, que los agredieron e intimidaron, además de causar destrozos cuando entraron a su casas.
Creí que lo habían levantado, que era un secuestro, relató un familiar de uno de los detenidos.
Precisó que los elementos vestían de negro y no se identificaron ni mostraron documentos.
Ni siquiera decían los nombres, sólo ¡es él! Y los echaban a las camionetas, narró.
Al sonar de las campanas, los lugareños se concentraron en la plaza del pueblo. Entre llanto, las mujeres contaron el terror que vivieron cuando los policías entraron a sus humildes viviendas rompiendo cerraduras. Además les lanzaron luces a la cara y les apuntaron con sus armas.
En una casa, los agentes rompieron una puerta con un mazo y los vidrios de la ventana, aun cuando en el interior estaba un bebé de tres meses y tres niñas de 4, 6 y 9 años, que llorando relataron que los hombres vestidos de negro las empujaron cuando trataron de defender a su padre.
El edil auxiliar de Chalchihuapan, Javier Montes, no se encuentra entre los detenidos. Los elementos sí ingresaron a su casa, pero no lo encontraron.