Ciudad de México | Desinformémonos. A partir del 30 de septiembre, los migrantes haitianos varados en Baja California que no hayan conseguido los documentos necesarios para su estancia en México serán deportados por el Instituto Nacional de Migración (INM), denunció Wilner Metelus, activista de los derechos migratorios y presidente del Comité Ciudadano de Defensa de los Naturalizados y Afromexicanos.
De acuerdo con Metelus en entrevista con Apro, sólo mil 200 de los siete mil migrantes haitianos en Baja California cuentan con una visa humanitaria, mientras que el resto no puede tramitarla por no tener pasaporte.
Además, quienes sí poseen la visa humanitaria no pueden abrir una cuenta bancaria ni acceder a los servicios del Instituto Mexicano de Seguro Social (IMSS), así como tampoco les permiten inscribirse en una universidad, resaltó el activista.
La “mayoría” de los directores de los albergues tienen la instrucción de expulsar a los migrantes de Haití para “dejar espacio” a los mexicanos deportados de Estados Unidos, agregó. “Si no hay respuesta de protección, centenares de haitianos se van a convertir en indigentes”, señaló Metelus.
Añadió que algunos de los migrantes haitianos con los que se comunicó podrían solicitar asilo en México, pues sufrieron amenazas de muerte por motivos políticos en su país, pero a pesar de ello, el trámite es casi imposible porque no hay ninguna oficina de la Comisión Mexicana de Ayuda para Refugiados (Comar).
Gran parte de los haitianos que llegan a Baja California vienen desde Colombia, Venezuela, Ecuador y Bolivia, pues es donde residían luego del temblor del 2010 que terminó con la vida de más de 200 mil personas y redujo a escombros gran parte del territorio nacional. Sin embargo, por las crisis económicas que atraviesan dichos países, los haitianos perdieron sus trabajos, lo que los motivó a trasladarse a Estados Unidos. Por otro lado, Brasil les ofreció empleo en las construcciones para las Olimpiadas que se celebraron en Río el verano del 2016, pero luego de que concluyeron fueron despedidos.
Los migrantes ahora prefieren quedarse en México a cruzar la frontera por temor a las políticas antimigratorias del presidente estadounidense Donald Trump, lo que provocó que permanezcan varados en el límite territorial y los albergues permanezcan saturados y sin las condiciones humanas necesarias para su estancia.