En tanto continúe la imposición de políticas migratorias restrictivas, de militarización y cierre de fronteras, seguirán ocurriendo tragedias como la de Texas, en la que medio centenar de personas migrantes murieron asfixiadas dentro de un tráiler, dijo la Mtra. Andrea Margarita Núñez Chaim, coordinadora del Programa de Asuntos Migratorios (PRAMI) de la Universidad Iberoamericana Ciudad de México.
El que la gente se vea orillada a ir hacinada dentro de tráileres, para atravesar estados que en la actualidad registran altas temperaturas, “es resultado de las políticas migratorias que hoy por hoy tienen a la frontera de México con Estados Unidos totalmente cerrada, específicamente para las personas mexicanas”.
Esto ocurre cuando desde hace poco más de un año se ha estado observando un incremento de migrantes mexicanos(as) que llegan a la frontera norte para solicitar asilo en Estados Unidos, porque están huyendo de situaciones de violencia en sus comunidades de origen, sobre todo en estados como Michoacán, Guerrero, Jalisco y Sinaloa, advirtió la Mtra. Núñez Chaim.
Mas estas personas, que son desplazadas de manera forzada y carecen de visa, al arribar a la frontera con EU se encuentran con que ésta se encuentra cerrada por el Título 42, una medida de salud pública que implementó el Gobierno de Trump y que ha continuado en la administración de Biden, por lo que no tienen ninguna posibilidad para cruzar de manera regular.
Pero como la migración no para, a pesar de que se cierren las fronteras, porque la necesidad de la gente de salir de sus países es mayor, siempre habrá redes de tráfico de personas del crimen organizado “que trabajan en total coordinación y colusión con diferentes autoridades en distintos países, no sólo en México, sino también en Estados Unidos”, advirtió la coordinadora del Programa de Asuntos Migratorios de la IBERO.
Dichas redes criminales son las que de cierta forma facilitan la migración, pero a costa de exponer a las y los migrantes a situaciones de hacinamiento, a muchos riesgos para su salud e incluso para su vida, además de cobrarles cantidades altas de dinero. A final de cuentas, lamentablemente, la migración se vuelve un negocio para las redes criminales y autoridades, beneficiarias de que las políticas migratorias sean cada vez más restrictivas, porque “lucran con las necesidades de las personas por buscar un lugar seguro para poder hacer su vida”.
La especialista en temas de migración aseveró que a corto y mediano plazo no habrá ningún cambio en la tendencia al alza de la migración forzada –provocada, entre otros factores, por la violencia-, porque lo que se necesita es un cambio de políticas integrales de muy largo plazo, en términos de prevención de la violencia, de atención a la pobreza, de acceso a la salud y a la educación.
Mientras esas políticas de desarrollo no se implementen, las personas migrantes, que probablemente estén amenazadas de muerte o cuyas familias estén pasando hambre, estarán dispuestas a asumir el riesgo de morir en su tránsito migratorio, “porque los riesgos de quedarse en sus comunidades, en sus lugares de origen, son mucho más altos”.
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