Foto: @MMMesoamericano
Ciudad de México | Desinformémonos. “Hoy, en vías de institucionalizar la violencia con la llamada Ley de Seguridad Interior, se ponen en manos de militares asuntos policiales y se pisotea la democracia», lamentaron las integrantes de la Caravana de Madres Centroamericanas, quienes rechazaron la aprobación del dictamen por el Senado al asegurar que las fuerzas armadas han provocado la muerte y desaparición de miles de migrantes en México.
De acuerdo con la Caravana, “las políticas de ‘seguridad’ que se reflejan claramente en la nueva propuesta de ley de seguridad interior en México, así como las políticas xenofóbicas y antimigrantes de los Estados Unidos, replicadas en la Iniciativa Mérida y el Plan Frontera Sur, han creado una situación de violencia, deshumanización y altísimo riesgo para los migrantes”.
Datos ofrecidos por los familiares que integran la Caravana apuntan a que hay más de 100 mil desaparecidos en tránsito a través de México, y que ello representa “los daños colaterales de la militarización del país”.
«A pesar de numerosos reportes e investigaciones a nivel nacional e internacional que concluyen que la militarización del país ha provocado el aumento de violaciones a los derechos humanos, desapariciones forzadas e impunidad, el gobierno mexicano ha decidido continuar con esa política”, señalaron.
Aseguraron que las principales víctimas son “las más vulnerables” y ubicaron entre ellas a los periodistas, defensores de derechos humanos “y, por su dimensión numérica, los migrantes en tránsito por México».
Frente a la amenaza que representa la Ley de Seguridad Interior para los derechos humanos, particularmente de los migrantes, exhortaron a los gobiernos mexicano y estadounidense “a dejar de utilizar sus amplios recursos en perseguir migrantes y atacar las raíces del desplazamiento forzado” y a que mejor inviertan en contrarrestar la violencia y la falta de oportunidades económicas “creadas por el categórico e irrefutable fracaso de las políticas neoliberales en México y Centroamérica».
La caravana está conformada por familiares de migrantes guatemaltecos, hondureños, salvadoreños y nicaragüenses que desaparecieron en su rumbo hacia Estados Unidos por territorio mexicano.