México ante Trump y otras adversidades

Jesús Amador Valdés Díaz de Villegas*

Hace pocas horas acaba de realizarse el anuncio del triunfo de Donald Trump como Presidente electo de los Estados Unidos, y durante el transcurso de las elecciones los mercados financieros vivieron un conjunto de fuertes movimientos a nivel internacional, derivados de las manifestaciones realizadas durante el proceso electoral, hecho que causó gran preocupación en las autoridades hacendarias y de los bancos centrales de varias naciones del mundo.

A las 00:23 horas de México del día 8 de noviembre, de acuerdo a los datos de Bloomberg, el peso mexicano marcaba una depreciación del 13%, disminuyendo en 4.35% para las 11:00 am. Sin embargo el proceso de depreciación del peso mexicano empezó mucho antes de que se iniciara el proceso electoral en los Estados Unidos. Durante el 2015 el peso cayó en un 16% situándose de 14.83 pesos por USD, el 2 de enero; a 17.25 pesos por USD en el mismo año, tendencia que se ha mantenido durante el 2016 con apreciaciones de cortísimo plazo en el período.

Es cierto que el efecto Trump provoca estímulos a la depreciación de peso mexicano con relación al USD, sobre todo cuando en su discurso de campaña señaló la posible separación de los Estados Unidos del TLCAN, el establecimiento de un arancel de 35% a las empresas estadounidenses que produjeran en nuestro territorio y exportaran a nuestro vecino del norte, además del anuncio de la construcción de un muro que ya existe pero que desea hacerlo más imposible para los indocumentados que aspiran al sueño norteamericano y que ven cerradas las posibilidades de avanzar en sus respectivos países.

Sin dudas el planteamiento de campaña del Sr. Trump es preocupante, aunque es necesario a partir del día 1° de enero del 2017, en su discurso de toma de posesión, si esto son sólo palabras de un discurso de campaña o hasta qué punto llevará a cabo algo de lo que prometió a sus electores, considerando el establishment. Estos planteamientos de llevarse a cabo tendrían consecuencias sumamente negativas para nuestra economía sobre todo por el nivel de apertura sobre el cual descansamos y el mercado doméstico estrecho que poseemos.

Sin embargo en este momento más que el triunfo de Trump, la economía mexicana se ve sujeta a tres factores adversos que son los de mayor preocupación:

  • Un precio del petróleo bajo a nivel internacional, que ubicó a la mezcla mexicana el día 8 a 45.38 USD por barril. Hecho que influye en la renta petrolera y por tanto en las finanzas gubernamentales.
  • El posible incremento de la tasa de interés por parte del FED en el mes de diciembre, que puede generar un movimiento importante de capitales de México a Estados Unidos.
  • La política monetaria y fiscal contractiva doméstica, que si bien tratan de buscar el control de los niveles de endeudamiento gubernamental y el control del tipo de cambio, desinhiben el crecimiento económico, efecto que se verá reflejado en la afectación al empleo con su repercusión en el nivel de vida.

México necesita de un reordenamiento de su política económica, la cual debe impulsar el crecimiento económico e impulsar el crecimiento del mercado doméstico. Si bien es cierto que Trump es un factor de incidencia negativa estamos inmersos en un conjunto de factores endógenos y exógenos que van más allá del factor Trump y que imponen un análisis a profundidad ante un mundo que nos presenta una situación adversa paras las economías en vías de desarrollo.

* Dr. Jesús Amador Valdés Díaz de Villegas, profesor del Departamento de Estudios Empresariales de la Universidad Iberoamericana Ciudad de México.

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