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Megaproyectos y extractivismo son «contrarios a la dignificación de la vida de los pueblos»: comunidades en resistencia

Redacción Desinformémonos

Ciudad de México | Desinformémonos. Los megaproyectos como el Tren Maya y el Corredor Interoceánico, así como los proyectos extractivistas, son «contrarios a la dignificación de la vida de los pueblos» por promover el despojo, la explotación y la destrucción de los territorios y la vida comunitaria, aseguraron comunidades mayas de la Península de Yucatán y pueblos de México y el mundo.

Durante un encuentro de pueblos en resistencia del campo y la ciudad en territorio maya, las comunidades aseguraron que los megaproyectos «articulan estrategias de reordenamiento» de los territorios con el fomento del turismo masivo, la agroindustria, la industria energética, inmobiliarias, megagranjas porcícolas y avícolas y proyectos occidentales de explotación y extractivismo.

Indicaron que para introducir los megaproyectos, las empresas y gobiernos destruyen la naturaleza pero también la vida comunitaria, al fomentar la división de los pobladores por «la ambición con promesas de beneficios económicos».

A las estrategias de despojo y destrucción se suma la llegada y profundización de la militarización y la proliferación de bases militares, «y con ellas el incremento de la represión, la intimidación y la violencia que impacta de manera más fuerte en el cuerpo territorio de las mujeres y las disidencias sexuales», señalaron.

Por ello, reunidos en Calakmul, Campeche, las comunidades exigieron respeto a su derecho a la libre determinación y el paro inmediato de los dos proyectos de reordenamiento del territorio: «el mal llamado Tren Maya que, insistimos, NO ES MAYA, porque no es para los mayas sino para los grandes capitales, y el Corredor Interoceánico».

A continuación el comunicado completo:

En este día 4 Ix, día de energía femenina, con el permiso de nuestros ancestros y ancestras, desde las tierras sagradas de Calakmul, nos hemos convocado y nos encontramos, primero para pedir perdón a nuestra Madre Tierra por lo que no hemos sido capaces de hacer por salvarla de las garras del capitalismo extractivista que la viola y la destruye, pero también para reconocer y compartir los esfuerzos organizados realizados y también para enlazar nuestro pensamiento, corazón y voluntad con otros, otras y otres que también luchan.

Reunidos y reunidas colectivos, colectivas, organizaciones, personas indígenas y no indígenas, del campo y de la ciudad que amamos el territorio y defendemos la vida, que llegamos desde distintas regiones: norte, centro y sur de Quintana Roo, norte y sur de Yucatán, sur de Campeche, Istmo de Tehuantepec, Tabasco y centro de México y también de Colombia, Nicaragua y Alemania; compartimos nuestra palabra con la intención de que esta llegue a los corazones de todas aquellas personas que como nosotros, nosotras y nosotres resisten y luchan contra los despojos, explotación y la muerte de este sistema capitalista, colonial y patriarcal hacia los pueblos del mundo y contra la Madre Tierra.

Nuestra historia de resistencia es ancestral, luchamos hoy, como antes lo hicieron nuestras abuelas y abuelos por la defensa de la vida y la dignidad, como lo hizo Jacinto Canek, como lo hizo Jacinto Pat, como lo hizo Maria Uicab. Aquí estamos y aquí seguiremos, porque la garra de la dominación colonial se extiende hasta nuestros días, la colonización no ha acabado y por lo mismo la lucha de resistencia sigue viva.

HOY DENUNCIAMOS:

Como hemos denunciado en muchas ocasiones, que en la península de Yucatán y la región sur sureste de México, estamos enfrentando la imposición de megaproyectos con visiones occidentales de desarrollo económico que nada tienen que ver con nuestras formas de vida y con nuestra mirada que como pueblos tenemos de lo que significa el desarrollo.

Este despojo, explotación y destrucción para nuestros pueblos está pensado desde arriba por los malos gobiernos pensando en el beneficio del gran capital sin importar que esas acciones vayan contra la vida en todas sus manifestaciones. Entre ellos el mal llamado Tren Maya y el Corredor Interoceánico, que articulan estrategias de reordenamiento de nuestros territorios como el fomento del turismo masivo, la agroindustria, la industria energética, inmobiliaria, mega granjas porcícolas y avícolas, proyectos occidentales de explotación y extractivismo contrarios la dignificación de la vida de los pueblos.

Declaramos que estos megaproyectos afectan de manera integral la vida de las comunidades porque además de todas estas estrategias de acaparamiento del territorio y sus bienes naturales, vemos venir con ellos la militarización, la proliferación de bases militares y con ellas el incremento de la represión, la intimidación y la violencia que impacta de manera más fuerte en el cuerpo territorio de las mujeres y las disidencias sexuales.

Afirmamos que estos proyectos no son casuales ni desarticulados sino que son pensados como un mecanismo de exterminio hacia nosotros y nosotras. Atentan contra nuestra vida como pueblos pero también contra toda la vida, porque talan los montes, deforestan, despojan y desintegran las comunidades, dañan los ecosistemas donde habitan los animales y los vientos sagrados, dañan a las abejas y la milenaria actividad de la apicultura, contaminan el agua con sus agroquímicos envenenando la tierra, el aire, el agua y nuestra salud. No nos quieren vivos, nos quieren muertos o al menos debilitados y esclavizados. No quieren que haya vida para nuestros hijos e hijas. En medio de todo este despojo, devastación, enfermedad y muerte ¿dónde vamos a reproducir nuestra cultura para que ellos y ellas tengan una buena vida?

Además, desarticulados, fragmentados, deshermanados, confrontados nos quieren. Al gobierno y su patrón el gran capital le conviene que no estemos unidos, por eso es que instalan el conflicto entre nuestros pueblos, nos dividen comprando consciencias aprovechándose de la necesidad económica. Mienten y engañan fomentando la ambición con promesas de beneficios económicos que nunca serán para nosotros.

EXIGIMOS:

Respeto a nuestro derecho a la libre determinación reconocido en los tratados internacionales firmados por México para los pueblos y comunidades indígenas y el paro inmediato de sus dos proyectos de reordenamiento del territorio: el mal llamado Tren Maya que insistimos NO ES MAYA, porque no es para los mayas sino para los grandes capitales y el Corredor Interoceánico.

Invitamos a todas aquellas personas que al igual que nosotros, nosotras, nosotres se preocupan e indignan por la gravedad de la situación que vivimos, a sumarnos a una lucha articulada entre los pueblos, del campo y de la ciudad, indígenas y no indígenas, estudiantes, trabajadores y trabajadoras, jóvenes, jóvenas. Articular los esfuerzos en defensa de la tierra y del territorio, de la madre naturaleza y del territorio simbólico y sagrado de los pueblos: las lenguas, las prácticas sagradas tradicionales y la memoria. Lo que en suma es la defensa de la vida.

Xpujil, Calakmul, territorio maya

4 ix, 7 keej

13 de noviembre de 2022

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