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La Habana, Cuba. Las fotos pertenecen a la instalación Me paso, del artista de la plástica Enrique Amador, un joven exponente del arte popular cubano1. Muestran las profundidades de Pogolotti, un barrio enclavado en La Habana. El autor sustrae cualquier objeto que obnubile este universo, construido en complicidad por personajes que manifiestan sentimientos de soledad, (auto) abandono y, a la vez, voluntad.
El realismo en ese micromundo y la expresividad de los rostros los logra utilizando la técnica del papier maché. También experimenta con materiales alternativos o, mejor aún, reciclados, como pedazos de zinc, madera, cartón, papel periódico, recursos que convierten la creación artística en un camino de fácil acceso, y autónomo.
En la Casa Comunitaria de Pogolotti, esta muestra celebró los 101 años del barrio homónimo y los procesos de cambio que ha vivido, sobre todo a partir del triunfo de la Revolución Cubana. Antes, en 2011, la exposición resultó la más visitada en la galería habanera Domingo Ravenet.
Al abrirse las rejas de lo cotidiano, el público reconoce las diversas identidades, en ocasiones marginadas, y las historias, dolientes o degradantes, que cohabitan su espacio. Con códigos populares, que llegan a rozar el humorismo, el autor suscita la seria reflexión sobre la transformación social en estos ambientes y las prácticas culturales que se dan en ellos. Es una provocación, una invitación a detener las miradas que, muchas veces, corren raudas por el diarismo.
1 Otras muestras de este artista son: Ciudadano, permítame sus documentos(Exposición colectiva, 2011) en la Casa del estudiante de la Federación Estudiantil Universitaria (FEU) y “La suerte es loca…” (Exposición personal e instalación), en la Casa comunitaria de Pogolotti.
Publicado el 11 de junio 2012
