Mayor crimen ambiental de Brasil cumple mil 100 días sin solución

Juca Guimarães

Un establecimiento comercial destruido por el lodo tóxico proveniente de la ruptura de la represa de Samarco, en Minas Gerais / Lorena Zschaber

El desastre ambiental de la ruptura de la presa de relaves mineros de la empresa Samarco, en el municipio de Mariana, en Minas Gerais, que sucedió hace más de 1.100 días, acabó con la fuente de ingresos de centenas de trabajadores de la minería artesanal en los márgenes del río Doce.

Después de más de tres años del desastre socioambiental, estos trabajadores no han recibido indemnización por sus herramientas de trabajo. En algunos sitios, el área donde se ubicaba la minería artesanal quedó enterrada bajo más de 50 metros de barro tóxico.

“No me dieron nada. No me ayudaron hasta hoy. Perdí todo el ingreso de mi familia. Un puente fue arrastrado mientras yo estaba en el. El lodo empezó a arrastrarme. Nací de nuevo”, dijo el minero artesanal Vanildo da Silva, uno de los miles de trabajadores que fueron afectados directamente con el crimen cometido por la empresa controlada por las multinacionales Vale y BHP Billiton.

El día del desastre, Vanildo trabajaba en una de las minas artesanales de la región. Uno de sus compañeros estaba sumergido en el fondo del río y sólo sobrevivió porque se abrazó a una liana.

Según Vanildo, antes del desastre, la renta de un minero artesanal en la extracción de oro podía alcanzar R$ 3.500, el equivalente a cerca de US$ 900 por semana.  Tras la ruptura de la presa, todas sus herramientas y maquinarias quedaron enterradas bajo el lodo tóxico.

El minero artesanal recuerda su desesperación hace tres años cuando no sabía qué había pasado con sus compañeros.

“Fui atrás [de ellos] para socorrerlos. Estaban allí, frente a frente con el lodo y yo también me quedé allí. En el momento de la desesperación, la madre de uno de ellos me llamó para preguntar ‘dónde está mi hijo’? Yo le dije:  ‘Le pido que ore, pida a Dios’. Porque, para mí, todos estaban muertos”, cuenta.

Afortunadamente, ninguno de los amigos de Vanildo murió en el desastre, pero sus vidas cambiaron radicalmente, sin indemnización ni ninguna acción de reparación.

La Fundación Renova, creada por Samarco, afirma en su página web que ya destinó más de R$ 4,7 mil millones [US$ 1,2 mil millones] a medidas de reparación y compensación. También afirma que ya recuperó 1.000 nacientes en la cuenca del Rio Doce, entre las 5.000 que serán recuperadas en un plazo de diez años.

En una nota divulgada, la Diócesis del municipio de Colatina, en el estado de Espírito Santo, que viene denunciando los impactos del crimen ambiental, afirmó que la Fundación Renova no cumple su rol en los acuerdos firmados entre gobiernos y empresas.

El 5 de noviembre, fecha en que se cumplieron 3 años de la ruptura de la presa, el Movimiento de Afectados por Represas (MAB por sus siglas en portugués) divulgó una nota denunciando que la Fundación Renova registró solo 300.000 afectados, entre los más de 1 millón sin reconocimiento.

Entre los habitantes afectados, como denuncian en la nota, están también 3.540 indígenas y cientos de miles de trabajadores pesqueros que se quedaron sin trabajo pues ahora la pesca está prohibida en toda la cuenca y en una parte de la zona costera debido a la contaminación.

:::ESPECIAL Las marcas del barro: un año de resistencia en la cuenca del Río Doce

Edición: Mauro Ramos | Traducción: Luiza Mançano

 

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