(9 de agosto, 2014).- Cansada de las dificultades para sostener a su familia y pagar el alquiler de una pequeña habitación, Diana Maribel Rivera, de 38 años y originaria de la zona rural de este municipio nicaragüense, al occidente de la capital, Managua, decidió pactar con su hermana Suyapa del Socorro Muñoz el cuidado de sus dos niñas y un niño para emigrar a Estados Unidos en 2003.
El poco dinero y la falta de conocimiento de la ruta le permitió llegar sólo hasta Guatemala, donde se quedó trabajando por tres años para ayudar a su familia y reunir el dinero suficiente para lograr su objetivo.
En 2006, Diana regresó a visitar a su familia acompañada de un amigo guatemalteco identificado como Margoteo; con ellos celebró el Día de las Madres el 30 de mayo.
Al día siguiente, luego de recibir llamadas insistentes de un hombre no identificado, Diana regresó a Guatemala con la idea de ahora sí emprender el viaje hacia EU, pero desde esa fecha se perdió todo contacto con ella.
Este año, Suyapa (hermana de Diana) busca un lugar en la próxima caravana de madres de familiares migrantes desaparecidos o no localizados en su ruta hacia EU, en lo que será su segundo intento por encontrar a su familiar.
Se desconoce un dato exacto de mujeres nicaragüenses no localizadas en su ruta hacia EU, pero se estima que son cientos de migrantes que han tenido que salir de Nicaragua el tercer país más pobre del continente, expulsadas por la falta de empleo y la miseria, según reportes del Banco Mundial.
Aunque la mayor migración se da hacia el sur de Centroamérica (Costa Rica y Panamá), hay casos de personas que emigran a EU de forma irregular, explicó Pablo Cala, consejero de Proyectos para Refugiados del organismo Project Counselling Service (PCS), con sedes en Guatemala, para la región de Mesoamérica, y en Colombia, para Sudamérica.
Aunque en Nicaragua la principal causa de migración es la pobreza, en el resto de CA las razones son variadas, desde sociopolíticas (como en Honduras tras el golpe de Estado), la violencia, la omisión de los Estados de reconocer el problema del crimen organizado, y la falta de reconocimiento de México y EU a la crisis humanitaria en estos países provocada por la violencia, dijo Cala.
A PCS le preocupa que tanto los Estados expulsores como los que reciben a las personas migrantes no busquen alternativas para atender las causas de la migración irregular.
Cala aseguró que los reportes actuales indican que la migración va en aumento y preocupa que ahora viajen niñas, niños, adolescentes y mujeres exponiéndose a todo tipo de abusos en esa ruta peligrosa hacia EU.
En El Salvador, Guatemala y Honduras, las y los jóvenes huyen de las maras (pandillas) para evitar ser reclutadas y explotadas sexualmente o integrarse de forma obligada al crimen organizado.
Anita Zelaya, coordinadora del Comité de Familiares de Migrantes Fallecidos y Desaparecidos (Cofamide), explicó que en el caso de El Salvador al menos hay unos 350 casos de personas no localizadas.
Cofamide, con el apoyo del Equipo Argentino de Antropología Forense (EAAF) y otras organizaciones de Derechos Humanos, desde 2010 ha repatriado 24 restos de migrantes salvadoreños que estaban desaparecidos, y hasta ahora tiene 32 notificaciones de otros restos que no han podido ser llevados al país centroamericano, explicó Zelaya.
En Honduras, el Comité de Familiares de Migrantes Desaparecidos (Cofamipro) de la norteña ciudad de El Progreso, registra al menos 400 personas migrantes no localizadas.
Pero también desde 2010 a la fecha ha apoyado en la localización de al menos 200 personas, algunas fallecidas, pero las madres ya tienen a dónde llevarles flores, dijo Rosa Nelly Santos, coordinadora de ese comité.
Agregó que actualmente la migración hondureña está aumentando y en su mayoría son mujeres jóvenes que quedaron desempleadas de las maquilas, por lo que muchas madres solteras invierten su liquidación para emigrar a EU pese al peligro.
Las representantes de estos comités participaron en Managua los días 4 y 5 de agosto en un encuentro regional para compartir experiencias, unificar esfuerzos, establecer alianzas, y planear la seguridad de la próxima caravana de madres centroamericanas, prevista a recorrer México en la ruta hacia EU en noviembre próximo.
Previo a la partida de la caravana en octubre se planea otro encuentro en El Salvador, a fin de crear un Protocolo Especial de Protección a las madres de las y los migrantes desaparecidos, apuntó el coordinador de Proyectos de PCS, Pablo Cala.