A manera de presentación.
El libro titulado Más amor pedagógico (Gerardo Meneses, 2010), tiene artículos compilados por el pedagogo Gerardo Meneses. Lo que une el grueso de los escritos es el debate de la institución escolar y sus formas de trabajo gandayas, la pedagogía y sus sistemas de acción autoritarias, la educación con cánones de poder.
En Más amor pedagógico se critica que la escuela, la pedagogía y la educación se han alejado del Ser, del espacio poético y de la música, de la alteridad. También se analiza el desprecio por el Otro; la marginación de lo lúdico en la enseñanza.
Y hay más temáticas.
Pero, en realidad el libro es un acompañante del disco de rock Gramática y Geografía de Gerry Meneses and The estupid band. Música y lírica para llevar al salón de clase y darle/demoler a la pedagogía/educación gandaya/anquilosada.
En este contexto está la idea de la pedagogía del amor o de alteridad, tema principal de la entrega que a continuación presentamos.
No hay que olvidar que hacer pedagogía es una acción política y de poder. Y el poder se apropia de ella y la somete, excepto que mutile la diferencia y el control. La pedagogía del amor es alteridad. La pedagogía del amor o de alteridad está contra el micropoder. En la pedagogía del poder no hay pactos, consensos, disensos, no hay miradas, alteridad; únicamente control, acatamiento, regla, disciplina.
El poder no vive con alteridad. La alteridad es estar con el Otro por des-interés. El poder y la alteridad se encuentran directamente. La alteridad no se materializa. En la institución no hay alteridad. Institucionalizar es control y el control es poder. La alteridad no es norma porque con ésta se identifica al objeto y al sujeto. La alteridad no necesita de esta identificación. Lo fáctico permite la biografía para contabilizar y atrapar lo cualitativo, las subjetividades.