Foto: Ejido Tila Sexta
Ciudad de México | Desinformémonos. “Nos duele la situación que viven nuestras hermanas y hermanos que viven amenazas y agresiones armadas por parte de grupos paramilitares apoyados por los malos gobiernos, desde los primeros días de noviembre en los municipios de Chalchihuitán y Chenalhó”, señaló la vocera del Concejo Indígena de Gobierno (CIG) María de Jesús Patricio, Marichuy, frente al pueblo chol del ejido de Tila, en Chiapas.
Marichuy aseguró que los hechos en Chalchihuitán y Chenalhó son consecuencia de la “impunidad en los altos de Chiapas” y que por ello se produjo el desplazamiento de más de 5 mil personas del pueblo tsotsil, “que viven ya una crisis humanitaria causada por tener que huir de la agresión paramilitar”. Ante ello, exigió que cese el hostigamiento y agresiones contra los municipios afectados por el conflicto territorial de hace más de 40 años.
Por otra parte, la vocera del CIG se pronunció contra la recién aprobada Ley de Seguridad Interior (LSI) al asegurar que la militarización en las comunidades es para mantener a los indígenas “inmóviles, divididos y con miedo”, mientras que empresarios y gobernantes invaden y devastan las tierras, “se llevan los recursos naturales, destruyen los ríos, los bosques, extraen el petróleo, el gas y acaban las áreas de cultivo”.
“Para violentarnos, la ocupación militar se apoya con paramilitares y sicarios. Si pedimos seguridad y ayuda nos mandan más militares y el número de presos por defender sus derechos, muertos y desaparecidos aumenta de inmediato”, dijo la integrante del Congreso Nacional Indígena (CNI).
Destacó que con la presencia de las fuerzas armadas “siempre se agrava” la impunidad, así como la represión, la violencia y el despojo.
“Para los gobiernos capitalistas que mandan en el mundo de arriba, los seres humanos pensando, actuando y organizándonos somos problemas de seguridad interior, ya no sólo los pueblos indígenas, sino todas las sociedades urbanas y campesinas. De ese tamaño es el descontento que los de arriba prevén porque de ese tamaño es la embestida que engendran”, agregó la vocera.
Por ello, Marichuy llamó a los pueblos, comunidades, colectivos y organizaciones a manifestar el rechazo a la ley “represiva, así como a tejer abajo la resistencia que nace de la autonomía y de la dignidad”.
“Estamos quizá frente a la última oportunidad que tenemos de cambiar este país de manera civil, organizada y pacífica y no en medio de la guerra interna capitalista, generalizada y desenmascarada”, aseguró.