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‘Marea de tierra’, cuando la Luna y el Sol deforman la corteza terrestre

Gerardo Martínez Avilés

Tuve la fortuna de impartir la última charla de enero del ciclo de conferencias del semestre Primavera del Centro Astronómico Clavius de la IBERO. En esta ocasión, conversamos sobre un fenómeno que, aunque a muchos pueda sonarnos familiar, tiene muchas implicaciones de las que la mayoría de las personas no está consciente; se trata de las fuerzas de marea.

Lo primero que nos viene a la mente cuando mencionamos a las mareas es el ascenso y descenso del nivel del mar. Cuando éste sube, llamamos al fenómeno marea alta; mientras que cuando desciende, lo llamamos marea baja. Es un hecho conocido que en este subir y bajar del nivel del mar están implicadas las posiciones de la Luna y el Sol, ya que son estos dos astros los principales responsables, debido a su fuerza de gravedad, de modificar el nivel del agua.

Pero no es solamente el agua del mar o de grandes lagos la que se ve afectada por las mareas. Existe otro movimiento, mucho más difícil de percibir, llamado ‘marea de tierra’, que es precisamente una deformación de la corteza terrestre debida a la influencia gravitacional de la Luna y el Sol, y que puede llegar a ser de hasta 50 centímetros en su amplitud.

Este fenómeno tan familiar, y a primera vista inocente, tiene consecuencias que, a largo plazo, pueden cambiar radicalmente muchas de las condiciones que en la Tierra damos por sentado. Un ejemplo es que, debido a la interacción de marea entre la Luna y la Tierra, nuestro satélite se está alejando de nosotros. La Luna se separa de la Tierra a una velocidad de 3.8 cm por año debido a la marea. En un futuro lejano, de unos siete mil 200 millones de años, el tamaño aparente de la Luna en el cielo será más pequeño de lo que es actualmente, lo que hará que los eclipses totales, como los conocemos hoy en día, sean imposibles, y sólo existirán los llamados ‘eclipses anulares’.

Una segunda consecuencia de las fuerzas de marea es que el giro de la Tierra sobre sí misma se está haciendo más largo. En otras palabras, la duración del día es mayor. Se ha calculado que el día terrestre ha aumentado dos horas en los últimos 600 millones de años y si continúa a la misma tasa, en varios miles de millones de años más, la Tierra se frenará, llegando a un estado conocido como ‘acoplamiento de marea’. Cuando esto ocurra, nuestro planeta le mostrará siempre la misma cara a la Luna, mientras que habrá otro lado de la Tierra que no verá nunca a nuestro satélite.

El acoplamiento de marea es bastante común en el sistema Ssolar. Una gran cantidad de satélites de los planetas le dan siempre la misma cara a los planetas a los que pertenecen. Pero, además, si un cuerpo celeste como un satélite o un asteroide se acerca demasiado a un planeta, y atraviesa una línea imaginaria que se conoce como ‘Límite de Roche’, las fuerzas de marea pueden ser tan intensas como para romper al cuerpo que se acerca en varios pedazos.

Esto ocurrió en 1994 cuando un cometa llamado Shoemaker-Levy 9 se acercó tanto al planeta Júpiter, que la marea de este planeta gigante rompió al cometa en varios pedazos que, después de haber sido fotografiados por el telescopio espacial Hubble, se estrellaron contra la atmósfera de Júpiter.

Las mareas también están presentes en sistemas de estrellas que, al estar tan cerca una de otra, ambas orbitan un centro común. Estos sistemas binarios pueden tener mareas tan intensas que una estrella puede devorar el material de su estrella compañera terminando como una explosión conocida como supernova. De hecho, se cree que en casos en donde agujeros negros devoran estrellas debido a la interacción de marea, pueden dar lugar a destellos conocidos como ‘Brotes de Rayos Gamma’, que están clasificados entre los fenómenos más energéticos del Universo…¡Son increíbles estas fuerzas de marea!

Para consultar el video de la conferencia, puede acceder al siguiente enlace:https://www.facebook.com/ClaviusIbero/videos/708817739810350

*Dr. Gerardo Martínez Avilés, académico del Departamento de Física y Matemáticas, astrónomo y divulgador del Centro Astronómico Clavius, de la Universidad Iberoamericana Ciudad de México.

Este material se comparte con autorización de la IBERO

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