Foto: Manifestación contra el capitalismo verde en Xapuri.(World Rainforest Movement)
“El maquillaje verde de las corporaciones: las emisiones netas cero y las soluciones basadas en la naturaleza son un enorme fraude”, afirma un reciente informe de GRAIN.
La organización internacional advierte que con el auge del “maquillaje verde” promovido por las trasnacionales, estas pretenden bloquear el control sobre sus emisiones de gases de efecto invernadero (GEI).
Según el documento grandes contaminadores como Nestlé y Shell prometen ahora “emisiones netas cero”, pero solo para satisfacer las necesidades de relaciones públicas de los financistas que les entregan fondos.
Mientras que desde la firma del Acuerdo de París (2015), no se ha hecho nada por avanzar hacia los objetivos establecidos del acuerdo, denunciando las pretensiones de dichos contaminadores.
“Las corporaciones del sector alimentario y de los agronegocios son los principales actores en esta gran estafa”, indican.
De otro lado, también revelaron que ninguna corporación financiera global ha adoptado políticas para frenar la quema de combustibles fósiles, por ejemplo.
Sin embargo, el dinero canalizado a las compañías de dichos combustibles ha aumentado cada año desde que se adoptó el Acuerdo de París.
Los riesgos
El maquillaje verde corporativo no logrará la reducción de emisiones, sin embargo, alienta el riesgo de generar acaparamiento masivo de tierras forestales y agrícolas, particularmente en el sur global, advierte GRAIN.
La organización señala que las acciones en favor del clima continuarán siendo afectadas, hasta que las personas recuperen el control del financiamiento, los territorios y los gobiernos, que las corporaciones detentan ahora.
“[La solución] debe estar en el cambio de sistema; cambiar una fuente de energía por otra o una tecnología por otra, sólo cambia las disputas corporativas por el control de las nuevas fuentes de energía y tecnologías y cambia de lugar las zonas dañadas”, explican.
Y remarcan el caso del mecanismo de REDD+, al cual no solo califican de fracaso sino de agravar la situación de bosques y comunidades porque no pone freno al real incentivo de la deforestación.
“[El problema es] cómo retomar el control sobre los fondos, los recursos y los gobiernos que hoy son prisioneros de las corporaciones, de tal modo que se apoyen soluciones genuinas a la crisis climática y que sirvan a las necesidades de la gente”.
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Publicado originalmente en Servindi