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Los jóvenes populares de Cali viven el más crudo terrorismo de Estado ante la mirada del “país político”

Felipe Martínez

En la ciudad de Cali, el pasado 9 de junio, nuevamente la juventud popular que se manifiesta en distintos puntos de resistencia vivió un abierto tratamiento de guerra ante su levantamiento, el mismo que puede denunciarse como terrorismo de Estado. Y así puede calificase pues los métodos utilizados por parte de sus órganos policiales y militares pasan por encima de todos los derechos humanos, colocando en riesgo constante la vida de los jóvenes y las comunidades que habitan los barrios.

Aquel día, en el oriente de Cali fue donde se vivió la situación más compleja. En aquella coordenada están localizados los barrios Andrés Sanín–7 de Agosto, lugar estratégico para los jóvenes ya que conecta a un nuevo punto de resistencia bautizado como “La virgen de la resistencia”, con el “Puente de las mil luchas”. Según testimonios de sus pobladores, en esta zona la “fuerza pública” utiliza la estación del sistema de transporte MIO de Andrés Sanín, ubicada en la Avenida Cali, como centro de detención de jóvenes, también como base para concentrar tropas y guardar armamento, motos, tanquetas y patrullas.

Los jóvenes populares de Cali viven el más crudo terrorismo de Estado ante la mirada del “país político”

La vida no vale nada

“Estoy golpeada pero bien. El hostigamiento empezó desde el mediodía, llegaron de una disparando, ahí la gente empezó a resguardarse y después comenzó el enfrentamiento de balas contra piedras. Empezaron a querer dispersarnos del punto con gases lacrimógenos y también empezaron a disparar con los perdigones y balas, no respetaron a nadie. Da pesar ver todo lo que la Policía hace, esos ya pasan por encima de los defensores de derechos humanos, medios de comunicación y habitantes del barrio”.

Así relata lo vivido una fuente cercana a desdeabajo, quien nos dice que la situación en términos de derechos humanos cada vez es peor: “Los heridos que tuvimos a la altura de Andrés Sanín–7 de agosto, fueron alrededor de 35, también hubo 2 asesinados y 6 capturados”.

Elkin Fernández Vélez fue una de las víctimas del terrorismo de Estado y según el relato de la primera línea que prefiere mantenerse en el anonimato por temas de seguridad: “El señor recibió un impacto de bala en el rostro, la bala le entró entre el ojo y el tabique. En el momento de socorrerlo el Esmad empezó a lanzar gases a la zona donde estaba el cuerpo, de ahí se saca y se logra estabilizar por la brigada médica, pero al momento de llevarlo a un centro médico tiene un paro respiratorio y fallece”.

Una realidad espeluznante. Una defensora de derechos humanos en una entrevista difundida por internet* cuenta que al llegar al hospital con el cuerpo de Elkin, la mamá del joven, quien sería una señora adulta mayor, les dice: “me mataron a mi hijo ¿quién me lo va a devolver?, ¿ahora qué voy a hacer?, no tengo ni siquiera para enterrarlo”.

La otra víctima fatal, al parecer, es un joven que posterior a su asesinato es incinerado por los “agentes del orden” y después arrojado a un caño.

Si esto sucede en medio de acuerdos pactados entre la alcaldía de CalI y los jóvenes de la Unión de Resistencias Cali –primera línea somos todos–, como también en medio de la visita de la Cidh a Colombia, y bajo las cámaras y ojos de diferentes medios de comunicación locales e internacionales, imaginemos el terror que deben padecer a diario estos jóvenes por parte del Estado. Diabólico, sin duda.

“Nos sentimos muy indignados porque cada vez hay más violencia y menos respeto por la vida. No tienen ni ley ni orden. No respetan los acuerdos que se hacen, en los que se establece que respetarían los puntos, parando los hostigamientos por parte de la Policía y el Esmad. En este momento estamos discutiendo cómo vamos a proceder como Unión de Resistencias Cali –URC– frente al incumplimiento; necesitamos tener un dialogo verdadero para ver cómo se van a respetar los acuerdos”, nos dice con contundencia nuestra entrevistada.

Tratamiento de guerra contra la población civil

El punto de resistencia del Paso del comercio, rebautizado como “Paso del aguante” también ha vivido el terrorismo de Estado con su rostro de brutalidad policial, militar y paramilitar permanente. Ejemplo de esta situación queda recogido en la denuncia formulada por la Red de Derechos Humanos Francisco Javier Ocampo Cepeda, a propósito de los hechos acaecidos el pasado 4 de junio, cuando se realizó un “operativo combinado entre la POLICIA NACIONAL, ESMAD, GOES y EJERCITO en contra de los manifestantes y la comunidad del sector, que dejó el lamentable resultado de cuatro (4) jóvenes asesinados por arma de fuego, más de 20 heridos, uno de gravedad, más de quince (15) jóvenes aprehendidos arbitrariamente, detenciones ampliamente ilegales por el uso desmedido de la fuerza, tratos crueles y degradantes a los que fueron sometidos, tres allanamientos arbitrarios, prensa agredida y amenazada, misiones médicas atacadas, desapariciones forzosas y hostigamiento permanente a la comunidad”.

Desde el testimonio de otra fuente cercana a desdeabajo, integrante de una de las barras de uno de los equipos de fútbol de la ciudad de Cali, quien también prefiere el anonimato a correr el riesgo de ser señalado, reseñado y puesto entre ojos por quienes dicen que están instituidos para la protección de toda la sociedad, pero que en los hechos hacen todo lo contrario, recrea un contexto de lo que sucede desde su mirada en la ciudad:

“Aquí les habla un servidor que ha estado en esta lucha de manera frontal. Uno ya no sabe por dónde empezar, un prólogo que podría hacer entender la dimensión de la situación es que aquí estamos viviendo la intención de criminales que por medio del narcotráfico quisieron manejar este país, situación denunciada por personas como Luis Carlos Galán quien sería asesinado por estos mismos actores del conflicto que hoy en día ya se posicionaron. Cali hoy sufre una arremetida paramilitar ejecutada por líderes regionales que hacen carrera para cumplir con los lineamientos de Álvaro Uribe.

Otro contexto podría ser que prácticamente esas masacres de hace tantos años, como la de las Bananeras, o más recientes como las de Córdoba o los Montes de María, que creíamos que eran de otro país, llegaron a nuestros ojos y a nuestra ciudad, la cual podemos decir es prácticamente la más rebelde contra el uribismo. Aquí nosotros desde el 28A sí salimos a cerrar los pasos para presionar, pero para que empezara rápido una negociación y unas mesas, para que las mismas empresas presionaran al gobierno para que se sentara, pero esto no sucedió así, al contrario, esto se miró con morbosidad, medio se vislumbraba que esto iba a ser de un arremeter fuerte, pero muchas personas no se imaginaban que esto podía ser una masacre; pero así fue.

Desde el 2 y 3 de mayo empezó la decisión de disparar y matar a la gente. Esto se da porque aquí el Esmad perdió la pelea en la calle. Por más lacrimógenos y sistemas Venom que tuvieran la gente les aguantó, entonces decidieron de manera sucia cambiar el formato a una cosa más infame y más bárbara, empezaron a disparar con Goes, Policía y gente de civil que se les dice hoy “gente de bien”, así empezaron las cosas y así empezaron las muertes. Aquí hay una pelea absolutamente desigual, no hay garantías de noche, fuerzas oscuras llegan en camionetas disparando, mandan sicarios en moto, allanan y sacan personas de sus casas en las noches y así.

Aquí muchos la hemos sacado barata, yo solamente tengo un impacto de capsula que me quedó en una pierna, pero hay gente que la ha sacado muy grave, hay muchachos que tienen el rostro desfigurado, estamos hablando de más de un centenar de heridos de consideración, hay gente que la bala de fusil le ha entrado y salido en alguna parte del cuerpo, así mismo están las personas que habitan zonas residenciales donde viven las gaseadas permanentes que han generado hasta la muerte de algunas personas, como fue el caso de la unidad residencial Balde Peñas, en el norte de la ciudad.

Aquí nuestra primera defensa fue el internet, fue sacar tu celular para grabar y mostrarle al país y al mundo lo que estaba pasando. Allí evidenciamos que no se necesitan para nada los medios acomodados y pagos al servicio del establecimiento”.


El país político y el país nacional

Mientras acontece esta situación en la ciudad de Cali, así como en otras ciudades y regiones del país, dirigentes políticos alternativos manifiestan no estar de acuerdo con los bloqueos en las protestas. Su calciulado razonamiento es que esta coyuntura deberá fortalecer las elecciones presidenciales del 2022. Otros van cediendo y empiezan a desbloquear vías.

Un ejemplo claro, ejemplificante, de aquella diferencia entre país político y el país nacional realzada por Jorge Eliecer Gaitán. Es un real divorcio entre las dinámicas y aspiraciones de las gentes pobladoras de las barriadas populares y quienes actúan con la mente puesta en el control del gobierno.
Una realidad escandalosa, ante la cual una de nuestras fuentes primera línea responde de manera contundente:

“Como te dije hace varios días, a nosotros el Comité de Paro no nos está representando y hemos hecho varios anuncios sobre ello. Las decisiones que ellos tomen son totalmente arbitrarias, ellos las están tomando por beneficio propio. Nunca el Comité vino a alguno de los puntos a preguntar ¿qué necesidades tienen los pelados?, ¿por qué están aquí?, ¿qué necesidades tiene el pueblo o la mamá de los jóvenes que están ahí parados?

Ellos simplemente están hablando como queriendo buscar ese convenio ilegal, porque para mí es algo como ilegal porque están haciendo acuerdos que no están relacionados con todo el pueblo. Tienen la soberbia de creer que aquí es llegar a decir: “bueno, como yo soy el Comité del Paro, entonces yo los dirijo a todos” ¡No señor! Aquí nosotros seguimos en pie de lucha, aquí lo único importante es lo que nosotros como Unión de Resistencias Cali –URC–, saquemos como comunicados públicos, eso es lo que estamos conversando. Aquí literalmente estamos los voceros de cada uno de los puntos de concentración que existen en la ciudad. El CNP sigue haciendo acuerdos sin tener presente un sector del pueblo ni de los jóvenes, mucho menos tienen en cuenta a todos los muertos, heridos, desaparecidos y demás que hemos tenido.

Aquí ya los muchachos están peleando es por el hecho de hacer respetar tanto a sus muertos, como por seguir luchando por sus derechos, aquí en cada confrontación siempre hay heridos y muertos, entonces el acuerdo al que llegue el CNP es totalmente para beneficio de ellos, porque a nosotros no nos beneficia en nada. El hecho que están diciendo que van a desbloquear da risa, no sé si es que se van a venir ellos a desbloquearnos o es que ¿algún día se han parado en la primera línea? De aquí no se mueve ni la más mínima piedra hasta que por lo menos el gobierno respete la vida de los jóvenes, dejen tanto acoso en los puntos de concentración y por fin muevan a los militares de la ciudad; hasta entonces el paro sigue, los bloqueos siguen, y si nos van a seguir afectando más, pues nos vamos a agrandar más en bloqueos, es así de simple”.

El escenario está abierto y no hay más ciego que el que no quiere ver. La situación demanda hoy un actuar diferente para encontrarse con estos jóvenes ¿Perderán el apoyo de estos sectores populares quienes se autodenominan el cambio verdadero en el país? ¿De qué lado del poder caminarán?

*Ver: https://www.facebook.com/jahfrann/videos/532857871064560

Publicado originalmente en desde abajo

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