Estos desalojos confirman la pretensión del gobierno de restablecer el derecho al mismo tiempo que lo pisotea de manera grosera. La prefectura ni siquiera dejó la posibilidad a l@s habitantes de la ZAD de tener acceso a las bases mínimas del derecho a la vivienda, en este caso no se respetó el procedimiento de entablar acciones legales nominativas y amparos en caso de voluntad de desalojo. Esto ocurrió a pesar de que los habitantes de la mayor parte de la ZAD se habían identificado en varios momentos durante los últimos años.
El doble juego lamentable de la prefectura exhibe hoy en día toda su hipocresía: anuncia una cierta voluntad para que la situación evolucione de manera « serena y aliviada » mientras nos manda a 2500 policías para arrasar con nuestras casas y habitaciones. Se nos anunció una selección que se operará según categorías que son meras ficciones, que no sirven más que para llenar las necesidades de un story-telling represivo en el cual el gobierno se encerró. No hay aquí radicales de un lado y campesinos del otro, sino un conjunto de maneras entremezcladas de compartir este territorio. A diferencia de lo que afirma el ministro del Interior Gérard Collomb, nadie vino a regularizarse de manera individual estas últimas semanas a expensas de l@s demás. El conjunto del movimiento propuso un marco de convención colectiva para el conjunto de l@s habitantes y de los proyectos.
Pero el gobierno no podía limitarse a admitir que el proyecto de aeropuerto fuera inútil, tenía a fuerzas que vengarse en contra de l@s que lo forzaron a abandonarlo. La tierra se muere, las formas económicas más brutales atrofian nuestras vidas, y en todas partes hay personas que aspiran a salir de esta situación. Eran 30 000 el 10 de febrero pasado quienes se comprometieron a apoyar el futuro de la ZAD. Pero el mensaje político del gobierno esta mañana es claro: se tiene que cerrar cualquier posibilidad de espacios de experimentación.
Nuestra rabia es profunda esta mañana ante el derroche lamentable que representa la destrucción en curso de casas y espacios de vida que habíamos construido aquí. Nuestra conmoción es fuerte al pensar que la experiencia colectiva de la ZAD puede ser puesta en peligro ante esta ola policiaca. Sin embargo, ZAD no desaparecerá. Habitamos aquí, estamos enraizados a estos campos y a este bosque y no saldremos de aquí. Saludamos el valor de las personas que ya llegaron para juntarse aquí con nosotr@s y que respondieron a nuestros llamados. En 2012, la arrogancia aplastadora del Estado terminó por revertirse en contra de él. En un contexto en que las huelgas, las marchas y las ocupaciones en todo el país se han acrecentado, apostamos al hecho de que este desalojo se vuelva un nuevo motor de rebeldía que se difunda desde hoy y ahora. Esta operación de destrucción se revertirá en contra de sus autores.
Llamamos a todas y todos que l@s puedan a venir a la ZAD para reunirse con nosotr@s desde ahora o en los próximos días. Hubo más de 80 concentraciones previstas en toda Francia tarde-noche del 9 de abril, particularmente a las 6pm en Nantes y en Rennes, las grandes ciudades más cercanas. La respuesta ante este desalojo también habrá de realizarse a largo plazo. Se convocó a una marcha este sábado en Nantes y a una convergencia en la ZAD el próximo fin de semana.
Zone A defendre – http://zad.nadir.org/spip.php?
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