Los archivos del terror y Martín Almada

Myriam Fracchia*

Se recordará siempre al paraguayo Martín Aldama como el que ha investigado y encontrado, el 22 de diciembre de 1992, los Archivos del Terror, en Lambaré, a menos de una hora de Asunción. Ha fallecido este 30 de marzo a los 87 años este pertinaz abogado, pedagogo y defensor de derechos humanos, sindicalista y escritor. Fue además uno de los presos políticos de la feroz dictadura de Stroessner (1954-1989), desde que consideraron subversiva su tesis doctoral «Paraguay, Educación y Dependencia» en la Universidad Nacional de La Plata (Argentina). Allí fue detenido en 1974 y estuvo en el campo de concentración de Emboscada, en Paraguay, hasta 1977. Lo liberaron por su huelga de hambre y denuncias internacionales y lo exiliaron a Panamá. Posteriormente, trabajó para la Unesco y regresó al país tras la caída de Stroessner, en 1989.

La importancia de los Archivos del Terror radica en que contiene abundante documentación sobre el Plan Cóndor o la coordinación regional represiva que se oficializó en 1975, en Chile. Lo conformaron Paraguay, Chile, Uruguay y Argentina. En 1976 se sumó Brasil y en 1978, Perú y Ecuador. Se firmó en el contexto de una sucesión de golpes de Estado institucionales de las Fuerzas Armadas, Brasil (1964), Argentina (1966), Uruguay (1973), Chile (1973) y Argentina (1976) y Paraguay (1954). Estas dictaduras estaban regidas por la Doctrina de Seguridad Nacional para combatir al enemigo interno y buscaban “maximizar los resultados de la denominada ‘lucha contra la subversión’ en el nivel regional” (Ministerio Público Fiscal, 2015).Esto implicaba “facilitar la destrucción de sus opositores, fueran individuos u organizaciones,” a los cuales perseguía y expropiaba sus recursos económicos, además de desprestigiar a las organizaciones. Algunos de sus efectos fueron “los fusilados, los desaparecidos, los presos políticos, los traslados transfronterizos, los niños apropiados, la dislocación y el efecto devastador en las relaciones sociales”(Ib.).

El Plan Cóndor constituyó un eficiente sistema de comunicaciones entre los organismos de inteligencia de los aparatos represivos de la región:contaba con una poderosa red de radio militar (“Condortel”), con sede en el canal de Panamá, que utilizaba sistemas de codificación bilaterales y fue nutrida técnicamente por Brasil y con equipos de télex. Todo ello sirvió para el intercambio de información acerca de los opositores exiliados y la planeación de las actividades de coordinación represiva. Además de las reuniones Cóndor, usaba las sedes diplomáticas, agentes militares y de inteligencia agregados fuera del territorio para perseguir a los opositores propios y colaborar con los ajenos. Así mismo, realizaban también “el contacto urgente” que “se tradujo en que el país de origen de los detenidos enviase cuestionarios para sus interrogatorios, viajaran a interrogar, participaran en secuestros y eventualmente participaran en la repatriación forzada de las víctimas” a través de lo que denominaban “operaciones conjuntas”, que incluía también ejecuciones sumarias.

El Plan Cóndor como modelo de represión transnacional constituyó el punto de llegada de la preocupación de estas dictaduras debido a los efectos de las redes de articulación (Junta de coordinación Revolucionaria) y de las campañas de denuncias internacionales de los opositores, que le generaron sanciones económicas y descrédito a sus gobiernos. El Plan Cóndor se basó en la experiencia chilena de la Dirección de Inteligencia Nacional estructurada “en torno a la obtención de información por medio de tortura, la desaparición de personas y el establecimiento de centros de detención” (Ib.) y que asesoraba directamente a la Junta Militar.

El descubrimiento de los Archivos del Terror impulsó la promoción de juicios contra los responsables de crímenes de lesa humanidad sobre todo en Uruguay, Argentina y Chile por su participación en la desaparición de personas. Las víctimas y/o sus familiares pudieron documentar la detención y/o desaparición del familiar y accedían a la reparación económica. Ayudó a ello a que también en Europa, el juez Baltasar Garzón concentró expedientes y pruebas de los familiares de las víctimas (Palau,2015; Calloni,2024). Sin embargo, “no logró romper la impunidad en Paraguay para llevar a juicio a los involucrados en la dictadura”, lamentaba Aldama, según Calloni (2024), con quien investigó estos Archivos, a pesar de que éstos contenían una enorme documentación sobre la dictadura de Stroessner. Este logró reelegirse siete veces a partir de la imposición permanente del estado de sitio. Instauró una compleja estructura represiva que vigilada todas las actividades públicas o privadas de la población. Fueron documentadas por los Archivos del Terror así como también las represiones a movimientos sociales, de estudiantes, de obreros, organizaciones políticas y Ligas Agrarias Campesinas.

Aldama se refería a Paraguay: “Somos una sombra oscura, y falta una gran investigación, no sólo de estas dictaduras, sino de un pasado injusto donde se produjo un genocidio, como en la llamada Guerra de la Triple Alianza (Argentina, Brasil y Uruguay, a fines del siglo XIX) y la Guerra del Chaco, con Bolivia, en todos los casos manejados por potencias extranjeras, como Estados Unidos y Gran Bretaña por intereses económicos y geopolíticos” (Calloni,2024).

Bibliografía

Calloni, Stella (2024), “Murió Martín Almada, quien descubrió los Archivos del Horror“, en La Jornada, 31 de marzo, p. 18.

Codehupy(2023), Ventanas abiertas. Informe de la Comisión de Verdad y Justicia sobre la dictadura de Stroessner en Paraguay.1954-1989.Versión Esencial.Asunción. Dirección URL:https://www.codehupy.org.py/wp-content/uploads/2023/01/Ventanas-Abiertas_WEB.pdf (Consulta el 2 de abril de 2024).

Ministerio Público Fiscal (2015), Plan Cóndor.El alegato del Ministerio Público Fiscal, Argentina. Dirección url: https://www.mpf.gob.ar/plan-condor/#inicio (consulta 1 abril 2024)

Palau, Rosa (2018),” Paraguay: Archivo del Terror. Los archivos de la policía de la dictadura“, pp.41-57,en Antonio José Marques,A.J.; I.Stampa y S. Troitiño(Orgs.)(2018), Trabajadores, archivos, memoria, verdad, justicia y reparación.São Paulo – Rio de Janeiro, Ministerio de Justicia-Archivo de la Nación, CUT (Central Unitaria de Trabajadores-Brasil).

*Servicio Paz y Justicia (SERPAJ)-México, UNAM

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