Fotos: Jesús Méndez
Oaxaca, Oaxaca, “Josué migró para tener su casa aprovechando que el dólar subió, así le hacen muchos por acá”, dice Francisco Javier Díaz Gallardo, después de mirar la última conversación telefónica que tuvo con su hermano y del cual estaba feliz. “Cuatro días antes de la tragedia hablamos con él, no sabíamos que cruzaría la frontera con Estados Unidos en el interior de una caja en un tráiler”, enfatizó.
Josúe Díaz Gallardo, de origen mixe y de 34 años de edad, es una de las 53 personas que murieron en la caja de un tráiler el pasado lunes en San Antonio, Texas. De acuerdo con las autoridades, es hasta ahora el único oaxaqueño que fue hallado sin vida. Conducía taxis colectivos, estaba separado de su pareja y tenía un hijo.
Su hermano Noel, quien vive en el condado de Denver, Colorado, en los Estados Unidos, fue el quelo identificó y pidió ayuda a la cancillería mexicana, pero hasta el momento el trámite ha sido lento y hay una falta de atención, denuncian.
Desde su hogar en Tlahuitoltepec, Oaxaca, ubicado a 114 kilómetros de la capital oaxaqueña, los padres de Josué, Elena Inés Gallardo Hernández y Ramiro Díaz Cardoso, aseguraron que viven un “dolor prolongado” por la desgracia ocurrida.
Su padre habló en ayuujk (mixe), su idioma, y refirió que su hijo merece una sepultura digna, por lo que exhortó a las autoridades federales a cumplir con su trabajo para que pueda cumplir esa misión.
Pidió a las autoridades de los Estados Unidos no incinerar a su hijo y traerlo de vuelta a su casa, para darle una santa sepultura, conforme a las tradiciones de este pueblo enclavado en la sierra norte de Oaxaca.
Acompañado de familiares y amigos como es tradición en la cultura mixe, en las fiestas y en los funerales, la pena se hace colectiva tras la pérdida de su hijo. Se elabora comida tradicional.
El tequio prevalece, los familiares y amigos que los visitan otorgan comida o dinero, pues en este municipio oaxaqueño la migración es alta, y cualquier familia puede vivir una tragedia como la que le tocó a la familia Díaz Gallardo.
Seis oaxaqueños viajaban en el tráiler abandonado
Migrar para mejorar su vida es el sueño de todos los que se fueron, así lo explican los familiares de Josué, quienes coinciden con los familiares de José Luis Vásquez Guzmán, desde la comunidad de San Miguel Huautla, de donde es originario y migró para mejorar sus condiciones de vida.
Lo mismo dijo Virginia López, madre de Javier Flores López, quien migró junto con José Luis y del que hasta el momento no se sabe nada.
Triste y preocupada, su madre Virginia López aseguró que acudirá en busca de ayuda para saber de él. Javier le comunicó que se iría a Estados Unidos en busca de una mejor vida para su familia, como lo han hecho cientos de migrantes de origen mixteco en Oaxaca, la zona de mayor emigración de este estado sureño de México.
“Vamos a Nochixtlán a ver qué nos dicen, a buscar noticias de él”, aseguró la madre, acompañada de los hermanos de Javier.
En San Miguel Huautla viven alrededor de mil personas. La gente vive del campo o de la cría de animales, no hay telefonía celular, por lo que ambas familias para poder tener información tanto de Javier como de José Luis tienen que trasladarse a Nochixtlán, ubicada a 60 kilómetros de distancia.
Las autoridades consulares también informaron que además de Josué y José Luis, hay cuatro oaxaqueños más sobrevivientes de la tragedia, dos originarios de Felipe Usila en la cuenca de Oaxaca, otro más en Tlahuitoltepec y dos en calidad de desconocidos.
De las 53 personas fallecidas por asfixia, exceso de calor y falta de agua, 27 de ellas son mexicanas y oriundas de los estados de Oaxaca, Guanajuato, Veracruz, Estado de México, Zacatecas, Querétaro, Morelos y Ciudad de México. Las otras personas emigraron de países como Guatemala, El Salvador y Honduras.