Que en México le den una pala y le digan “búsquelos usted”, a su desaparecido, es una infamia, hacer eso con los familiares es la mayor infamia que una puede conocer: Nora Cortiñas
La democracia mexicana se encuentra enferma y sus síntomas son la desaparición, el asesinato de periodistas y personas defensoras, diagnostica una de las mujeres emblemáticas de la resistencia en la dictadura argentina de los años 70, Nora Cortiñas, cofundadora del movimiento Madres de Plaza de Mayo.
Si alguien sabe de desaparición y la lucha por la verdad es ella, quien a sus 87 años de edad sigue demandando la presentación con vida de su hijo Gustavo, desaparecido por su lucha política un 15 de abril del año 1977, fecha en la que ella se transformó de ama de casa en defensora de la libertad y la democracia.
Tras cuatro décadas de la exigencia por la presencia de las personas desaparecidas, el derecho a la verdad y la justicia, Nora sigue dándose cita en la Plaza de Mayo, frente a la Casa Rosada, la casa de gobierno argentino, donde cada madre de alguna hija/o desaparecida se transformó en la madre de 30 mil jóvenes desaparecidos, que la dictadura de Jorge Rafael Videla arrebató de sus familia.
En su visita a México para participar en el Foro Internacional sobre las Madres de Plaza de Mayo, Nora ausculta al México de 26 mil personas desaparecidas, 126 periodistas asesinados, de los cuales 19 son mujeres y 29 personas defensoras también asesinadas, en la última década.
Lo que ocurre en México, asegura la defensora argentina, podría acercarse al Terrorismo de Estado, donde el crimen organizado sirve para eliminar del paso a quienes incomodan u obstaculizan los planes de los poderosos, del dinero y la política.
Para Nora, el crimen organizado no es un ente ajeno a las estructuras de poder, no cree en la “infiltración de instancias políticas”, su lectura es que “son lo mismo”, aunque desde el gobierno se busque ubicarlo como separado.
En entrevista con Cimacnoticias, Nora Cortiñas disecciona la grave violación de Derechos Humanos en la República Mexicana, convencida de que esta es parte de la estrategia de quienes detentan del poder político y económico, para sembrar el miedo que paraliza a las sociedades, que impide la resistencia ante un régimen voraz, que hunde en la pobreza a la mayoría de su población.
Lucía Lagunes Huerta (LLH): ¿Cómo encuentras a México, en materia de Derechos Humanos?
Nora Cortiñas (NC): Veo a México a través de las noticias, que cada tanto nos revela la noticia terrible de los asesinatos de periodistas, como el reciente de Javier Valdez, la de desaparecidos como los de Ayotzinapa, que recibimos y acompañamos en Buenos Aires.
Me parece que lo que ocurre en México podría acercarse al Terrorismo de Estado. Los crímenes que se cometen (en México), los disfracen como los quieran disfrazar, son responsabilidad del Estado.
Aunque nos quieran confundir, a nosotros desde afuera, pero a los familiares (de las y los desaparecidos) con que son producto del narcotráfico, el Estado es responsable ya sea por omisión o colusión.
¿Qué pasó con los desaparecidos?, ¿dónde están, cómo fueron desaparecidos, cuándo?, son la preguntas a las que queremos respuesta los familiares y esas respuestas tienen que venir del Estado. Por eso, cuando uno se entera que (en México) a los familiares les dan una pala para que vayan a buscarlos, nos indigna, porque es una indignidad de parte del gobierno, es el Estado el que debe dar noticias sobre el detenido/desaparecido.
LLH: ¿Por qué nombras terrorismo de Estado?
NC: Porque muchas organizaciones militares y policiacas dependen del Estado, no operan de por sí. Nosotras, las Madres de Plaza de Mayo, lo sabemos: ni un particular, ni una organización privada puede llevar a cabo estos asesinatos ni la desaparición sin que autoridades estén involucradas.
Los grandes crímenes que se cometen en nuestros países, donde están perseguidos los jóvenes y los pobres, son el Estado quien los comete, los asesinatos y las desapariciones. Esta es una acción que persigue a los que molestan. Los pobres molestan, las personas que reclaman justicia social molestan, es así como se les persigue con desaparición y muerte.
Democracia enferma
LLH: ¿Cómo miras la democracia mexicana?
NC: La veo enferma. Cuando se habla de democracia y hay hambre, hay gente durmiendo en la calle, no hay democracia, hay gobierno constitucional. Una democracia es cuando la gente tiene vida digna, esa es una verdadera democracia.
LLH: ¿Qué papel juega el crimen organizado?
NC: El crimen juega la lógica de la economía, (los gobiernos) los dejan porque entra el dinero en las arcas del Estado, por eso los gobiernos miran para otro lado, porque les conviene, así no se hacen responsables, aunque lo son.
LLH: ¿El papel de la sociedad?
NC: La sociedad, a veces, se ve confundida con los discursos del Estado, quien echa culpa para afuera de sus instituciones (a las organizaciones criminales), así el Estado no se hace cargo. Entonces, la gente vive confundida, en vez de reclamar al Estado trata de resolver por sus propios medios.
Que en México le den una pala y le digan “búsquelos usted”, a su desaparecido, es una infamia, hacer eso con los familiares es la mayor infamia que una puede conocer.
Crimen de crímenes
LLH: ¿Cuál es el efecto de la desaparición en este contexto?
NC: La desaparición es el crimen de crímenes, porque es cuando a una persona le quitan todos sus derechos, está desprovista de todos sus derechos, similar a la política nazi. Con esa política, lo que se busca es eliminar a los molestos y que no les encuentre, para que reine el terror en la población.
LLH: Pero, el otro efecto es la transformación política de amas de casa…
NC: Sí, claro, cuando dicen que las madres hacemos política, sí porque se los llevaron por razones políticas y aprendemos en este caminar a visualizar la política en otro niveles. En Argentina, cuando empezamos a ver, por ejemplo, la relación entre las desapariciones con la deuda externa, mi hijo es parte de esa deuda externa. Cuando en la Argentina empieza la dictadura, la deuda era de 6 mil millones de dólares (110 mil 899.962.000.00 pesos mexicanos), cuando termina debíamos 45 mil millones de dólares.
¿En qué se lo gastaron?, nos preguntamos, pues piden dinero para pagar a los oficiales el extra por torturar, para comprar las armas con las que torturan, para comprar los aviones de la muerte y toda la parafernalia que se necesita para mantener años el terror del Estado en la población.
Cuando termina vemos la deuda que creció en esos años y eso también lo aprendemos las madres. En México la deuda puede crecer para comprar armas para combatir el crimen, este es parte de la funcionalidad de poner como enemigo al crimen organizado y así confundir a la población.
LLH: ¿De qué tendría que estar alerta la sociedad?
NC: Creo que no nos tenemos que insensibilizar, ni encontrar como natural que se desaparecen personas. Hacer cumplir a los gobiernos con las convenciones (Internacional para la Protección de todas las personas contra las desapariciones forzadas e Interamericana sobre Desaparición Forzada de Personas) y castigo a los culpables.
Estar alertas de cómo se nombran las cosas, porque se va construyendo un lenguaje que hace olvidar todo lo pasado, que diluye las responsabilidades del Estado.
Nosotras en Argentina tuvimos logros muy importantes. Cuando terminó la dictadura, con Alfonsín, tuvimos el primer paso para demostrar que se podía hacer justicia si el gobierno quería. Se creó la Comisión Nacional sobre Desaparición Forzada de Personas, que aglutinó todas las denuncias que habían hecho los organismos de Derechos Humanos a un ente oficial. Así se logra el primer juicio en democracia en Argentina a las 3 primeras juntas asesinas.
LLH: Justicia es una palabra que ahora se escucha mucho en México, ¿cómo lograrla?
NC: El juicio y castigo a todos los culpables, no hay otra salida.
LLH: ¿Qué dirías del gobierno de Peña Nieto?
(NC).- Que no quiere controlar el país porque es su ideología, porque hace negocios para enriquecerse, sin importarle la seguridad ni la justicia que tenga su pueblo.
Por ejemplo el feminicidio, también se acerca a un terrorismo. Es a través del miedo que las mujeres dejan de ir a trabajar, etcétera, porque no puede denunciar en una comisaría, porque se burlan de ella. En esto también tiene responsabilidad el Estado, él es el que debería garantizar que no pasara, pero mira para otro lado.
Por muchas razones no se pueden bajar los brazos.