Caminos de la Memoria

Huellas de la Memoria

Las Rondas del Zócalo: Se hace memoria al andar

I

Es 5 de agosto del año 2020. Es el año de la pandemia pero no les importó, como no les importó tampoco marchar aunque fueran pocas familias el pasado 10 de mayo, cuando a toda la población le sugerían “quédate en tu casa”.  Llegaron de a poco a poquito. Habían acordado llegar a las 11 de la mañana pero las dudas del traslado y los nervios a un posible contagio, hicieron que la actividad se alargara casi a las 12 horas cuando el sol ya calaba fuerte.

Un fotógrafo de prensa llama a las 11:45 al teléfono de una de ellas porque no las ve en la plaza, en esa inmensidad de concreto que se llama Plaza de la Constitución, mejor conocido como el Zócalo, una de las más grandes del mundo. El timbre del teléfono da lugar a una vocecita que apenas se oye, y dice: “acá estamos” y una pequeña silueta levanta su brazo como una espiga movida por el viento. Son tres, apenas tres mujeres que tímidamente desdoblan sus plásticos en los que cada una tiene su “tesoro más preciado”: la imagen de su hija, hijo, hermana, padre o madre. Seres queridos que un maldito día alguien les arrebató de manera violenta de su lado.

Y están ahí, en una esquina del Palacio Nacional, se miran entre ellas presionadas por el tiempo y por el sofocante calor que a esa hora del mediodía cala con fuerza. Una de ellas apenas murmura debajo del tapabocas mirando el asta de la bandera y las tres empiezan a caminar en silencio a ese sitio. Y de pronto, como si ésa fuera la señal, salen de todos lados, llegan desde distintos puntos varias familias hasta llegar a una veintena. Las tres mujeres ya no se sienten solas, se sonríen, se tocan con el codo y, algunas, hasta se atreven a abrazarse para luego hacer las primeras rondas dando vueltas frente al asta de la bandera.

II

Estaban hartas del encierro obligado por la pandemia del Covid. Pero había más, estaban llenas de coraje porque el poco avance logrado en la búsqueda de sus familiares se paró, se detuvo para evitar contagios pero, algunos funcionarios lo tomaron como pretexto para no hacer nada. Y también estaban tristes y decepcionadas, pues la confianza depositada en el Presidente se les desvanecía poco a poco.

Teresa Vera, hermana de Minerva desaparecida en Matías Romero desde el 29 de abril de 2006, nos cuenta que la propuesta de la caminata o ronda en el Zócalo ya se había platicado hace algunos años, específicamente entre los miembros de uno de los colectivos de familiares, la Plataforma de Víctimas, pero no lograron concretarlo.

Tere, que no ha faltado a ninguna ronda desde que iniciaron, piensa que el Zócalo es un inmejorable lugar para visibilizar a las personas desaparecidas y exigir su búsqueda inmediata. Recuerda que volvieron a platicar sobre el tema el año pasado en algunos grupos de whatsapp de familiares: 

—¿Oigan y por qué no hacemos algo como las madres de Argentina?

 —¿Qué cosa?                                                                                                               

 —Caminar como símbolo y forma de protesta. Caminar para denunciar.

Unas familias dicen que prefieren cuidarse, guardarse hasta que se vaya el condenado Covid, para salir a la búsqueda en campo. Aún contra su voluntad de seguir rastreando, pues la familia no quiere que salgan y corran el riesgo de enfermar. Pero la plática sigue y dejan libre y abierta la decisión de salir, caminar como otra forma de reclamar, hacer memoria y decirle también a la gente de la calle lo que pasa y sigue pasando en el país.

Al fin, la cita se concreta. Le ponen fecha y deciden que darán vueltas al Zócalo. Son poquitas familias pero ya lo verán otras y tienen la esperanza de que se irán sumando.

III

Hoy es miércoles 7 de abril de 2021 y la pandemia sigue. Ha pasado un año de esta terrible enfermedad que se ha llevado a más de doscientas mil personas en México. Pero las familias que hacen la Ronda en el Zócalo, hablan de la otra pandemia: la desaparición forzada que no para, que a diario hace desaparecer en este país con total impunidad, de la que hoy el mismo gobierno reconoce la existencia, con más de 83 mil desaparecidos y desaparecidas.

Este día se volvieron a convocar. Es la novena ronda. Nos volvemos a ver con Tere. Nos tapamos del sol con la sombra que refleja el asta de la bandera mientras esperamos a más familias. Algunos familiares llegan por primera vez desde el estado de México con su tristeza a cuestas.

El motivo de caminar, gritar, visibilizar y denunciar los une y los encuentra. Vienen de distintos lugares y sus casos de distintas épocas: Tere exige saber dónde está Minerva, desaparecida en Oaxaca; Julio Mata Montiel, viene desde Guerrero, es de la Asociación de Familiares Detenidos Desaparecidos y Víctimas de Violaciones a los Derechos Humanos en México (Afadem), carga una lona con el retrato en blanco y negro de Rosendo Radilla, detenido y desaparecido por el ejército el 25 de agosto de 1974 en Atoyac, Guerrero. Vienen los familiares de Leonel Baez Martínez, Ángel Gerardo Ramírez Chaufón, Jesús Armando Reyes Escobar, trabajadores de Sanborns desaparecidos el 29 de noviembre de 2019 en la colonia Lindavista de CDMX… y los nombres siguen. 

Aunque todavía son poquitos familiares, organizados en colectivos o no, llegan. Dicen que se dieron cuenta por las redes sociales que habría esta actividad y vinieron, no saben quien convoca pero no les importa, lo que quieren es encontrarse con otras familias, hacerse fuertes, acompañarse. En un descanso algunas piden irse a la sombra y tomar agua, mientras un grupo de seis siguen dando vueltas y sus gritos retumban en la plancha del Zócalo.

Julio Mata Montiel nos dice que no importa cuántos sean. El mes pasado apenas marcharon tres o cuatro personas. Lo importante es la constancia y mantener el ritmo para que vayan sumándose poco a poco.

IV

Rascándole al recuerdo de otros años, una mujer que busca a su hermano me platica que hace ya varios años las madres del Comité Eureka hacían alguna vez la ronda para recordar la huelga de hambre que dicho Comité realizó el 28 de agosto de 1978 en el atrio de la Catedral frente al mismo Zócalo.

Ya más reciente, se tiene registro que, a 40 años de esa misma huelga, el colectivo H.I.J.O.S México, junto con Eureka, convocó a la ronda en la Plaza de la Constitución el 28 de agosto de 2018.

Hoy los esfuerzos por visibilizar la exigencia de búsqueda de las personas desaparecidas, se entretejen con la memoria de la lucha encabezada por las madres de Plaza de Mayo a la vez que ofrecen un reconocimiento a la lucha y a la huelga de hambre del Comité Eureka. La impunidad que reina en México ha obligado a que surjan nuevas generaciones de grupos y colectivos de familiares dedicados a la búsqueda quienes, en su digna rabia, mantienen viva la exigencia de presentación con vida y muestran que se hace memoria al andar.

Colectivo Huellas de la Memoria

Colectivo que registra las historias de personas desaparecidas y los procesos de búsqueda de sus familiares en México y América Latina. La propuesta es grabar mensajes de lucha y esperanza en las suelas de los zapatos, usados por los familiares durante la búsqueda y denuncia de las desapariciones, y convertirlos en objetos de memoria viva.

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