Foto: Algunas estatuas son protegidas en la ciudad de Lviv en previsión del ataque ruso a la ciudad. (Edu León)
Referente del pensamiento internacionalista, el profesor del MIT, lingüista, filósofo, politólogo y activista Noam Chomsky (East Oak Lane, Filadelfia, 1928) ha concedido distintas entrevistas a su colaborador C.J. Polychroniou para el medio estadounidense Truthout desde que comenzó la invasión de Ucrania por parte del ejército ruso. Para Chomsky, en este momento es imprescindible crear un puente de plata —”no la victoria, sino una vía de escape”— para que Vladimir Putin detenga la escalada y así evitar “la devastación total de Ucrania”.
Chomsky expresa su convencimiento de que EE UU es hoy el factor determinante para que no prosperen las negociaciones de paz entre el Gobierno de Vladimir Putin y el ejecutivo de Volodimir Zelensky. En ese sentido, considera que la insistencia de Washington sobre el “derecho soberano de Ucrania a unirse a la OTAN” es una barrera para la resolución pacífica de una crisis que amenaza con ser aun más devastadora de lo que ya es.
“Las propuestas de Zelensky”, dice el pensador estadounidense en referencia al reconocimiento por parte del mandatario ucraniano de que no es factible la entrada de su país en la OTAN y que está abierto a negociar sobre la soberanía de las autoproclamadas repúblicas de Donetsk y Lugansk, acortan “considerablemente la distancia con las exigencias de Putin” y, defiende Chomsky “brindan la oportunidad de llevar adelante las iniciativas diplomáticas que han emprendido Francia y Alemania, con un limitado apoyo chino”.
“Las negociaciones pueden tener éxito o fracasar. La única forma de averiguarlo es intentarlo. Por supuesto, las negociaciones no llegarán a ninguna parte si Estados Unidos persiste en su inflexible negativa a unirse”, dice Chosmky, quien también critica que la prensa insista en que el público “permanezca en la oscuridad negándose incluso a informar de las propuestas de Zelensky”.
Para Chomsky, el motivo de la negativa de EE UU y Reino Unido a admitir la necesidad de una negociación inmediata que proporcione esa escapatoria a Putin puede basarse en su deseo de provocar un “cambio de régimen” en Rusia, de ser así, valora, es tanto criminal como insensato: “Criminal porque perpetúa la brutal guerra y corta la esperanza de poner fin a los horrores, insensato porque es muy probable que si Putin es derrocado alguien aún peor tome el poder”.
Sin embargo, este pensador introduce otra perspectiva aun más tétrica, como es la posibilidad de que Washington esté satisfecho con cómo se está desarrollando el conflicto: “En su locura criminal, Putin proporcionó a Washington un enorme regalo: establecer firmemente el marco atlantista dirigido por Estados Unidos para Europa y cortar la opción de una “casa común europea” independiente, una cuestión de longa data en los asuntos mundiales que se remonta al origen de la Guerra Fría”.
Mientras Europa ha alcanzado las más altas cotas de servilismo respecto al Pentágono, denuncia Chomsky, los Estados del sur global no han reaccionado con la misma contundencia. La perspectiva de un cambio en el orden global es otra de las claves de esta guerra, en la que China aun está jugando un papel muy menor. Para Chosmky, es “probable” que el país dirigido por Xi Jinping “persista en sus programas de incorporación de más y más partes del mundo al sistema de desarrollo e inversión basado en la iniciativa del Cinturón y la Ruta, la “ruta marítima de la seda” que pasa por los Emiratos Árabes Unidos hacia Oriente Medio, y la Organización de Cooperación de Shanghai”. Frente a esta estrategia comercial, subraya Chomsky, “Estados Unidos parece decidido a responder con su ventaja comparativa: la fuerza”. En un despliegue paralelo a la guerra en Europa que se basa en “cercar” a China con bases militares y alianzas.
La humanidad al completo será víctima de la guerra si prosigue su escalada, lamenta Chomsky, que cree que el conflicto está siendo el combustible necesario para el negacionismo climático y el sector de la energía fósil: “Si hay voluntad, es posible evitar la catástrofe y avanzar hacia un mundo mucho mejor. La invasión de Ucrania ha sido un duro golpe para estas perspectivas. Si constituye un golpe terminal o no, es algo que debemos decidir”, concluye este activista.
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