Las mujeres, en las carreteras y ciudades, también hicieron su parte en el Paro o «Minga» Nacional. Desde el inicio de las jornadas el 30 de mayo, diferentes organizaciones de mujeres respaldaron y aportaron a la movilización. A doce días de la misma, se tienen reportes de algunas compañeras heridas por el Escuadrón Móvil Anti Disturbios (Esmad) entre ellas dos en estado de embarazo que perdieron sus hijos a causa de la brutalidad de la Policía.

Nuestras apuestas y demandas como mujeres en el Paro, aparte exigir los cambios en el modelo económico que atraviesa nuestros cuerpos y territorios, tienen que ver con exigir garantías al Estado para una vida libre de feminicidios y violencias. Estamos cansadas de la revictimización por parte de las instituciones, necesitamos el real y equitativo acceso a la tierra, el reconocimiento de las mujeres campesinas como sujetas de derechos y la judicialización y superación de la impunidad en términos de violencia paramilitar hacia las mujeres que hoy sigue en un 90 por ciento. Estas apuestas se encuentran hoy en el pliego nacional de la Cumbre Agraria, Campesina, Étnica y Popular.

Las instituciones como obstáculo

A pesar del esfuerzo de las mujeres por apostar en este Paro a una vida libre de violencias y el acceso a la justicia para todas, hoy el candidato a fiscal General Nestor Humberto Martínez dice que debe “revaluarse la criminalización de la violencia intrafamiliar”. En palabras de Martínez, esta desborda y atosiga el sistema penal.

Este es un claro ejemplo de la política patriarcal de las instituciones y quienes las gobiernan o aspiran hacerlo. Significa un retroceso a las luchas y logros del movimiento social de mujeres y son declaraciones que surgen justo en el marco de una movilización nacional en la que aparecen disputas concretas de las mujeres frente a políticas que en vez de aportar a la eliminación de violencias, las agudiza y pretende incrementar la impunidad. Bajo estas declaraciones la consigna de pararse duro sigue siendo justa y necesaria.

Los aportes de las mujeres en el Paro

Por otro lado, hay muchas formas en las que las mujeres populares hoy aportan a esta jornada de Paro Nacional: desde las carreteras resistiendo al Esmad, en los bordes de las vías al cuidado de sus hijos e hijas, desde la comunicación popular, el arte, la confrontación en las ciudades y desde las formas de organizar esta jornada de Paro.

Es importante decir que, aunque en ocasiones invisible, sin este trabajo lleno de convicción popular hoy no tendríamos este proceso colectivo que está enseñando al país que hay un pueblo que reclama sus derechos, que a pesar de la represión y las formas violentas con que el Gobierno de Juan Manuel Santos pretende su voz de indignación, continúa en las carreteras, campos y ciudades construyendo y forjando país para la vida digna.

Es en esta alegría rebelde que en una acción y una sola voz, el 8 de junio pasado las mujeres articuladas a las movilizaciones en las ciudades, movimos banderas y consignas en acompañamiento al Paro. La jornada llamada “Las mujeres paramos, somos resistencia y solidaridad con la minga nacional”, se dio cita a las 6:00 de la tarde en Bogotá, Bucaramanga, Barranquilla, Medellín, Cali, Neiva, Popayán y Cúcuta. Allí, al ritmo de consignas, la ‘mancha naranja’ del Congreso de los Pueblos, se sintió la fuerza de un movimiento que lucha junto al pueblo y transforma las maneras de transformar.

Sandra Solano Nivia es Licenciada en Lengua Castellana de la Universidad Surcolombiana de Neiva, candidata a Magister en Educación y Cultura de Paz y Vocera Nacional de la Confluencia de Mujeres para la Acción Pública.