Al grito de “pan, trabajo, techo y dignidad”  los madrileños, los catalanes y los integrantes de movimientos diversos en varias ciudades españolas, tomaron de nuevo las calles para mantener vivo el reclamo.

En Barcelona, cientos de personas se reunieron en la Plaza de Catalunya para marchar por el Paseo de Gracia y refrendar así las demandas que hace un año pidieron para cambiar de forma radical las políticas neoliberales y de austeridad que instrumentan y ejercen  los gobiernos central y local, representados por Mariano Rajoy y Arturo Mas. 

“La gente no siente reflejada en sus vidas las mejoras que el gobierno triunfalmente anuncia” dice el portavoz de la marcha, Luis Blanco, «en todo caso, las mejoras las siguen teniendo las empresas multinacionales y las que pertenecen al Ibex – 35,  quienes  son los que siguen acumulando los beneficios”.

El grito unísono de la manifestación fue por “trabajo y papeles para todos”, haciendo eco de  la situación de miles de migrantes que viven en esa ciudad. 

La marcha terminó de forma pacífica con la lectura de un manifiesto. En el trayecto de la misma,  se detuvieron en la sede de la Unión Europea y en las oficinas de Convergència Democràtica de Catalunya (CDC).

Por otro lado, en Madrid, cientos de personas se reunieron en la Puerta del Sol, para reclamar también “pan, trabajo, techo y dignidad”, en el marco conmemorativo de las Marchas de la Dignidad.

Asociaciones diversas, agrupadas en varias plataformas, como los afectados por las hipotecas, el Sindicato de Estudiantes, la Asociación de Víctimas del Franquismo o el Sindicato Solidaridad Obrera formaron parte de esta protesta que, aunque no tan multitudinaria como la primera vez, volvió a reunir a miles de personas pidiendo un cambio en el sistema político y el respeto a los derechos básicos de todos los ciudadanos sin ninguna excepción, informó el periódico Diagonal.

Las causas para salir a las calles,  de cientos de personas de todas las edades y condiciones sociales,  son:  la alta tasa de desempleo entre los jóvenes, la diferencia de salarios entre hombres y mujeres, la precariedad laboral, la instauración del sistema 3 + 2 que encarece la educación, los desahucios, los rescates bancarios y los tratados internacionales firmados a espaldas de los ciudadanos.

La manifestación de cuatro columnas,  salió de la Puerta del Sol hacia la Plaza de Lavapiés, donde finalizó con la lectura de un manifiesto en el que se recordó que “las marchas de la dignidad están en las calles para demostrar la fuerza del pueblo contra el poder económico existente».