Las Hermanas García llevan la Costa adentro de ellas
Mariano García no estuvo presente en el parto de su segunda hija, Celia, porque tenía que ganar un concurso de chilenas para asegurar el pago al hospital. Lo ganó y comprobó que las dos niñas traían una gran torta bajo el brazo: la torta tal vez no las protegería de los vaivenes económicos de ser músicas tradicionales, pero que sí les dotaría con la sabiduría para sanar corazones, no solo en su Guerrero, sino en otras partes de México y el mundo.
Marcos Martínez, renombrado compositor de la misma región de la Costa Chica, en las fronteras entre Guerrero y Oaxaca, describía Ometepec, el pueblo natal de Las Hermanas García, como “una pequeña Grecia.” Aunque los foráneos suelen despreciar la región por su violencia y marginación, estas costas y cerros siguen creando generaciones de poetas, compositores y músicos. Las paredes de los pueblos y ranchos están pintadas de poesía y existe una creatividad musical que apenas se conoce fuera de los fandangos y bohemios locales. Los pueblos amuzgos guardan la memoria en sus telares, igual que las afromestizas en sus versos que son añejos y nuevos, provocativos y gratos siempre.
Laura García, la segunda voz, guitarrista y directora musical de Las Hermanas García, habla con mucha nostalgia de su infancia en la Costa, cuando escuchaba a su padre, Mariano García, tocar y cantar los boleros costeños y las chilenas que ella y su hermana actualmente interpretan con tanto éxito en escenarios nacionales e internacionales. Mariano, el virtuoso requintista, cantante y arreglista, es amuzgo y nació en Cochoapa, Guerrero. Además de ser músico, Mariano es un respetado maestro de preescolar que prepara y asesora a maestros bilingües en su región. Desde muy chica, Laura quería acompañarlo a las tardes y noches de bohemia, en donde ella aprendió el repertorio costeño. Conoce el cancionero casi completo de Alvaro Carrillo, y también de Indalecio Ramírez, el albañil de Igualapa que es poco conocido fuera de la región, a pesar de ser el creador de temas interpretados en su momento por Javier Solís y por Vicente Fernández.
En un reciente viaje a España, Laura y Celia tuvieron la oportunidad de cantar temas de Indalecio Ramírez a un público en Granada, que incluía a gente muy conocedora de los boleros que han cruzado el Atlántico desde hace casi un siglo. Aunque conocen bien el repertorio de Álvaro Carrillo, no tenían idea del de Indalecio Ramírez. Escucharon fascinados a ‘Que sepan todos’, un bolero costeño en el que el poeta/albañil/compositor– despreciado por el mundo de afuera por ser “analfabeto”– habla de su decisión de aceptar al rival de la mujer que él amó, siempre y cuando la tratara bien. Este tema, compuesto hace más de 50 años, fue grabado por Las Hermanas García en 2016 y tiene más que siete millones de escuchas en Spotify.
Que sepan todos que por ti yo soy capazDe ser amigoDel que ocupa mi lugarPorque es más fuerte que mi orgullo, mucho másSaber que existeQuien te quiera como yo
Celia formó parte del Trío los García, cuando ella tenía tan solo diez años. Antes, ella sola había aprendido a cantar ‘Cucurucurú Paloma’ e ‘Ironía’, los dos temas que interpretaba en sus primeras participaciones públicas. Hoy es la primera voz de Las Hermanas García, papel que cumple con finura y gracia.
Cuando las conocimos en 2016, Laura tenía 16 años y Celia 14. Estábamos en medio de una investigación sobre los boleros de la Costa Chica, con miras a hacer una compilación de los mejores grupos de la región que todavía guardaban la esencia de Álvaro Carrillo.
Aunque no es la manera en que solíamos encontrar a los grupos que grabamos, nos interesaba conocer a los García por un video que alguien nos había mandado de Mariano García acompañado por su hija Laura, cuando ella tenía nueve años. Nos impresionó la intensidad emocional de una cantante tan joven y nos dio curiosidad la cara de enojada con la que cantaba la letra agarradora de ‘Luz de luna’.
Las chicas no solo cantan, sino interpretan los boleros que aprendieron desde la cuna. “Al principio, mi papá nos explicaba el sentido de cada bolero en términos que nosotras entendiéramos,” explica Laura. “Por ejemplo, para entender el dolor de la pérdida, nos pedía que imagináramos como si alguien nos hubiera robado una muñeca.”
Yo siento tus amarras como garfios, como garrasQue me ahogan en la playa de la farra y del dolorY siento tus cadenas arrastrar en la noche calladaQue sea plenilunada, azul como ninguna …
El primer CD de Las Hermanas García fue lanzado en el Festival Internacional Cervantino en 2016 y el segundo en el Palacio de Bellas Artes dos años después.
Hace unos meses, las dos chicas, ya con 23 y 21 años, tomaron la decisión de salir de la casa familiar y lanzarse para la CDMX para difundir su proyecto con mayor fuerza. Fue una decisión difícil, porque el requinto de su padre brilla; tampoco fue fácil para Mariano perder a sus compañeras de casa y también de los bohemios en donde él sigue tocando. Apoyadas por su madre, la compositora Eugenia Santiago, las chicas convencieron a Mariano y así pudieron salir bien de casa.
La respuesta del público a esta decisión ha sido contundente. Se extraña a Mariano, pero el proyecto ya pertenece a las dos mujeres y ellas han crecido mucho. En pocos meses han llenado escenarios grandes y chicos; ya salieron por lo menos tres programas especiales sobre ellas en diferentes canales de televisión cultural; se fueron a España y en diciembre de este año se presentarán en el Palacio de Bellas Artes con invitadas de lujo: dos mujeres caribeñas que son virtuosas del piano y de la flauta. Ellas dos comparten el mismo amor por la música costeña.
Para ambas hermanas, la estancia tan lejos de su tierra natal ha provocado un nuevo aprecio por su cultura costeña y por lo que aprendieron en casa cuando niñas. Quizá no sea casualidad que ‘Canción mixteca’ ya forma parte de su nuevo repertorio.
¡Qué lejos estoy del suelo donde he nacido!Inmensa nostalgia invade mi pensamientoAl verme tan solo y triste cual hoja al vientoQuisiera llorar, quisiera morir de sentimiento
En su búsqueda de acompañantes en la capital, han encontrado que la escuela formal de pentagrama puede impedir que los músicos entren rápido en el sentimiento del bolero y que puedan responder con adornos inspirados en su propia vivencia. Esta sensibilidad la tienen los músicos nacidos, como ellas, en la tradición. Tal es el caso de Ehekatl Arizmendi en el bajo sexto y de Miguel Camero de Huajintepec, que impresionó a los escuchas en el Centro Federico García Lorca en Granada con unas improvisaciones en el sax que, literalmente, no tienen nombre.
Celia y Laura disfrutan este viaje de descubrimiento personal y profesional, mismo que les permite explorar el escenario musical de la capital y conocer a mujeres que, como ellas, forjan el lugar que merecen en un mundo antes dominado por hombres. Ellas ponen los reflectores sobre más de un siglo de composiciones hechas por mujeres. Además, buscan compartir el espíritu del fandango y la bohemia costeños en donde actualmente viven. Ofrecerán un Fandango Costeño en el Foro el Tejedor el domingo 12 de noviembre a las 19:30, que es muy recomendable para todos los costeños y también para los muchos que queremos participar de su algarabía especial.
Mary Farquharson
Primero como periodista y más tarde como investigadora y promotora cultural, Mary Farquharson ha luchado por alumbrar el camino de mujeres en la música. Su lucha no es nada, sin embargo, al lado de las de las mismas artistas, quienes hablan con ella del auge actual de mujeres en los escenarios en México y el viaje nada fácil de realizar sus sueños. Mary es la co-autora, con Eduardo Llerenas, de la columna, ‘El vocho blanco’. Con la muerte de Eduardo el coche se paró, pero Casa Corason sigue hospedando a muchos músicos, especialmente a mujeres.