Austin, Texas. El gobernador de Texas, Rick Perry, anunció hoy el despliegue de mil soldados de la Guardia Nacional en la frontera con México para reforzar la seguridad en medio de una crisis humana sin precedente, ante la llegada al país de decenas de miles de menores no acompañados, la mayoría provenientes de Centroamérica.
En rueda de prensa en el capitolio estatal, en Austin, Perry informó que la movilización de los soldados, tanto de la Guardia Nacional de Texas como de la Guardia Estatal, se realizará en los próximos 30 días para llevar a cabo la operación Seguridad fuerte.
El gobernador, posible aspirante a la candidatura presidencial republicana, dijo que en meses recientes las medidas de seguridad en la línea divisoria se han visto rebasadas por el arribo de unos 57 mil menores migrantes no acompañados que cruzaron a Estados Unidos entre octubre y junio pasados.
Sostuvo que cárteles y bandas criminales explotan esa situación para la trata de personas y cruce de drogas.
No me voy a quedar de brazos cruzados mientras nuestros ciudadanos están bajo asalto, destacó. El precio de la inacción es demasiado alto para que lo paguen los texanos, agregó.
Perry explicó que las tropas de la Guardia Nacional trabajarán junto con los agentes estatales del Departamento de Seguridad Pública para garantizar la seguridad de todos los residentes.
Los soldados ayudarán también a combatir a los cárteles de la droga y a disuadir la entrada de delincuentes extranjeros.
Horas antes del anuncio, el vocero de la Casa Blanca, Josh Earnest, aseguró que se redujo sustancialmente el flujo de menores no acompañados llegados al país, y precisó que durante las dos primeras semanas de julio fueron detenidos sólo 150 menores en promedio. En comparación, dijo, en junio se aprehendía a 355 al día.
El presidente Barack Obama tiene programado analizar el viernes con los mandatarios de Guatemala, Otto Pérez Molina; El Salvador, Salvador Sánchez Cerén, y Honduras, Juan Orlando Hernández, formas de cooperación para frenar el flujo de niños migrantes.
Perry, crítico de la respuesta de la Casa Blanca a esa crisis, dijo que el Estado tiene la responsabilidad de actuar luego de las palabras vanas y las promesas vacías del gobierno federal.
El despliegue de las tropas de la Guardia Nacional, que tienen capacidad para aplicar la ley bajo el mando del estado, costará a Texas unos 12 millones de dólares al mes.
Los efectivos sólo disuadirán y entregarán a los migrantes y no detendrán a ninguna persona, aseguró John Nichols, jefe administrativo militar de Texas. Aclaró que podrían capturar a personas si alguien se los solicita.
Legisladores demócratas acusaron al gobernador de militarizar la frontera. La militarización es la respuesta equivocada a la llegada de esos niños, expresó el representante federal Joaquín Castro. Mantengo la esperanza de que nuestro estado pueda proporcionar una respuesta más útil que enviar soldados armados para dar la bienvenida a los niños que buscan refugio de la violencia, apuntó.
El jefe de la policía del condado de Cameron, Omar Lucio, dijo desconocer si las tropas llegarían a esa parte de la frontera y preguntó qué beneficios aportarían en caso de que lo hicieran. Esas personas están entrenadas para la guerra, no para labores policiacas, aseveró Lucio, cuyo condado comprende la ciudad de Brownsville. Creo que el dinero estaría mejor invertido si se diera a las agencias encargadas de hacer que se cumpla la ley cerca de la frontera.
Más de 3 mil agentes de la Patrulla Fronteriza operan en el sur de Texas. Perry ha pedido a Obama en reiteradas ocasiones que despache a la Guardia Nacional hacia la frontera.
Como gobernador, Perry puede desplegar a las tropas de la Guardia Nacional, pero corresponde al estado pagar por ellas.