Desinformémonos I Santiago Cruz Castillo, rarámuri de 26 años salió huyendo de la violencia que vive su comunidad. Los rarámuris son sofocados por el narcotráfico que invade sus territorios; sólo hay tres opciones para sobrevivir: huir, trabajar para ellos o enfrentarlos.
Santiago Cruz Castillo solicitó asilo político en El Paso, Texas, luego de que el crimen organizado lo despojó de sus tierras en La Laguna de Aboreachi, municipio de Guachochi, al igual que a cientos de indígenas y mestizos de la Sierra Tarahumara. Santiago llegó solo, es soltero y su familia se quedó en la sierra: “Llegué el 24 de noviembre a Estados Unidos, por la violencia que hay en las comunidades. Se ha ido mucha gente porque empezaron a quitar la tierra por la actividad delictiva, por la violencia, matan, desaparecen y no nos dan protección, nadie. Tenemos que salir”.
Santiago optó por viajar a Juárez, lo invitaron, lo contrataron y lo llevaron a esa frontera. Trabajaba en un rancho cercano a Ciudad Juárez, pero le pagaban muy poco y trabajaban mucho, se desesperó. “No estaba a gusto, eran muchas horas, pagaban muy poco y no nos trataban bien”.
El 24 de noviembre decidió pasar a Estados Unidos, estuvo en el centro de retención y posteriormente hizo contacto con el abogado experto en migrantes, Carlos Spector, quien lleva su caso y están en proceso de solicitar el asilo político.
Antes que Santiago Cruz, llegó otra familia del ejido La Trinidad, del municipio de Guadalupe y Calvo, a solicitar asilo. Luego de cinco meses, aún mantienen retenido a David Ríos Laija, uno de los integrantes de esa familia.
Carlos Spector dijo que hace seis meses llegó la familia Ríos, de Guadalupe y Calvo, después de que el padre, quien era comisario de la comunidad, fue desaparecido por un grupo armado: “Vinieron en septiembre, la viuda Aureliana Leija y sus dos hijos. David Ríos Leija, de 22 años es estudiante de Medicina, son cristianos, es una familia limpia, son mestizos. El otro es Elías Ríos de 19 años. Ellos huyeron por la situación política del papá”
David aún está retenido por las autoridades migratorias de Estados Unidos. Spector denunció que no lo quieren liberar a pesar de que ya pasó el examen de miedo creíble, porque los criterios se endurecieron con el gobierno de Donald Trump.
Antes, dijo Spector, “la migra” local firmaba la salida y libertad condicional, pero ahora decidieron que los solicitantes de asilo político deben ser aprobados por el director asistente nacional de migración en Washington para ser liberados.
“Es una forma para no otorgar a ninguno el asilo. Esa es la política nueva y una fórmula de represión y de deportación masiva, aplicando la ley en una forma extremamente rígida y represiva. La familia quiere irse porque el muchacho quiere irse, pero tiene la Corte el 8 de marzo. Ahora han emprendido una campaña para liberarlo”.
Specto informó que Santiago Cruz es el primer rarámuri que solicita asilo político, pero hay otros 300 tarahumaras que se encuentran en cárceles del suroeste de Estados Unidos, sin defensa alguna porque no cuentan con traductores.
En septiembre de 2016 la revista Proceso informó sobre el estudio “La migración forzada mexicana hacia la frontera norte” que documenta sobre los más de 300 casos de personas desplazadas que cada mes se atienden en la garita de San Isidro en Tijuana, Baja California. La mayoría huye por la violencia y buscan asilo en Estados Unidos. Sin embargo, apenas el uno por ciento lograba su objetivo, antes de las restrictivas medidas impuestas por el actual presidente Donald Trump.
con información de la Revista Proceso