El 19 de septiembre de 1985, la Ciudad de México sufrió uno de los mayores desastres naturales. Eran las 7:17 de la mañana cuando se sintió el movimiento telúrico. Muchísimos edificios se derrumbaron y se registraron innumerables víctimas. En ese entonces, no había tecnología y menos información para ayudar a los afectados.
Como si fuera un déjà vu, 32 años después, el mismo día, la capital sufrió un movimiento similar. En esta ocasión, fue a la 1:17 de la tarde y también hubo edificios colapsados. Después de la primera experiencia, ¿los mexicanos estaban preparados para otro desastre natural?
En entrevista para UNAM Global, Juanita Huitrón, coordinadora y fundadora del Grupo de Rescate Internacional 19 de septiembre, recordó que en 1985 ella vivía con su familia enfrente de la Unidad Habitacional de Tlatelolco.
Durante el movimiento escucharon un estruendo y al asomarse se encontraron con una gran nube de polvo. “No sabíamos qué pasaba, pensábamos que había explotado un tanque de gas, cuando todo se aclaró vimos que el edificio Nuevo León estaba en ruinas y escuchamos los gritos pidiendo ayuda”.
Vi cómo mi hijo David salió corriendo y pensé mortificada “seguramente va a ayudar a sus amigos que viven ahí”. Con las herramientas que teníamos a la mano rescatamos a los que pudimos. Además, “no teníamos luz, agua, gas, no había servicios, y estábamos preocupados imaginando qué haríamos cuando llegara la noche”.
Al principio Juanita y su familia creyeron que sólo había caído el edificio Nuevo León, pero después se enteraron que había colapsado toda la ciudad. “Vimos a unos jóvenes que andaban en motos, y al platicar con ellos nos contaron cómo estaba la situación”. Sólo de esta forma pudieron enterarse de la gravedad del asunto.
Los teléfonos residenciales y públicos no funcionaban, no había forma de comunicarse con sus seres queridos para avisar que estaban bien. Además, no existían brigadas de rescate que pudieran ayudar.
Curiosamente, unos días antes Juanita junto con su esposo había visitado el mercado de Tepito y compró unos walkie talkies, a pesar de que su familia insistió que no le servían para nada.
¿Quién iba a pensar que estos aparatos fueron de gran ayuda en las labores de rescate que realizaban ella, su esposo y su hijo David? “Fue algo difícil pero los walkie talkies nos ayudaron”.
Fue por esos días que Juanita rescató a muchas víctimas de entre los escombros. Poco a poco aprendió esta actividad y fundó el grupo de Rescate Internacional 19 de Septiembre, Topos BR-19.
2017
David Chávez Huitrón, hijo de Juanita siguió su vocación. Hoy es comandante operativo del mismo grupo de rescate. El 19 de septiembre de 2017 se encontraba junto con otros brigadistas en la guardia de honor conmemorando los 32 años del sismo en el Centro Histórico. Cuando terminó el evento, se retiró en su motocicleta y a unas cuadras empezó el sismo.
Inmediatamente se detuvo, sintió el fuerte movimiento, miró cómo la gente se asustaba y al terminar el sismo buscó si había algún accidente cercano donde ayudar. “Antes que pensar en mi familia decidí acudir a donde necesitaban apoyo”.
En la actualidad, se dijo orgulloso que exista una hermandad entre compañeros brigadistas, quienes pertenecen a una coalición llamada Protocolo Osiris, donde hay varios grupos de rescate y todo el tiempo se comunican.
Es por medio de radios que todos reportan los lugares donde se han caído edificios. Así, se enteró que en la calle de Álvaro Obregón esquina con Valladolid necesitaban ayuda, una estructura había colapsado.
Decidió auxiliar antes de que llegaran sus compañeros. En la primera hora, la mayoría de los celulares no tenían línea telefónica, pero sí había servicio de WhatsApp.
Además, con las personas que estaban presentes intercambiaban impresiones sobre qué compañía funcionaba y cuál no. Pidió ayuda para enviar mensajes desde otros celulares que sí tenían servicio. Así, se comunicó con otros compañeros brigadistas.
Actualmente
A nivel internacional, los mexicanos son conocidos porque en un siniestro salen de inmediato a socorrer a los más necesitados. En ambos sismos se dio dicha situación. No obstante, David cuenta que aunque hoy existe una mayor comunicación todavía falta bastante cultura de prevención en desastres.
A pesar de haber vivido un sismo en 1985, realizar simulacros y contar con una alarma sísmica, en el 2017 la población entró en pánico y muchos no supieron qué hacer.
Por ello, el gobierno necesita capacitar a sus propias fuerzas porque todos los equipos de rescate que existen son de iniciativas privadas, concluyó.
Este material se comparte con autorización de UNAM Global