Ciudad de México | Desinformémonos. Para que la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) pueda discutir institucionalmente el despido de Marcelino Perelló de sus actividades académicas, “es necesario abrir un proceso disciplinario, mismo que está en parte reglado por el sistema del Tribunal Universitario, lo cual es absolutamente posible”, afirma el abogado Federico Anaya Gallardo, experto en legislación universitaria.

Luego de que en la emisión del 28 de marzo de 2017 del programa «Sentido Contrario», transmitido por Radio UNAM, el ex líder estudiantil del 68 señaló que “si no hay verga no hay violación”, entre otras expresiones sexistas, su programa fue cancelado por la estación radiofónica, y ahora circula en la plataforma Change una petición para que también retirado de la plantilla de académicos de la máxima casa de estudios, pues, indica el texto, “sus valores, ideas y expresiones, pueden influir negativamente como modelo a seguir en su carácter docente y con ello poner en peligro al alumnado femenino ante la violencia física, psicológica y sexual que con sus ideas pregona”.

Dado que las plataformas son sólo mecanismos de presión, para que Perelló sea despedido de la UNAM será necesario abrir un proceso disciplinario que puede llegar al Tribunal y al Consejo Universitario. La primera instancia de este sistema, señala el abogado Federico Anaya, ocurre siempre ante la Facultad en la que está adscrito el académico, en este caso la Facultad de Ciencias, en la que imparte dos seminarios de Filosofía de la Ciencia como profesor de asignatura A.

Lo que procede, de acuerdo al Estatuto de Personal Académico, indica Anaya Gallardo, es que la Dirección de la Facultad, al conocer el caso, lo presente a su Consejo Técnico –órgano colegiado que deberá decidir qué sanción se aplica al profesor. Esta resolución puede ser apelada ante el Tribunal Universitario y las decisiones de éste se revisan por la Comisión de Honor del Consejo Universitario.

¿Quién puede promover este proceso?, se le pregunta al abogado. “Cualquiera, mujeres y hombres de todo el país, que se sientan agredidos por las expresiones de Perelló, pero sería conveniente que entre las y los demandantes personas de la comunidad universitaria UNAM, preferiblemente de la Facultad de Ciencias.

Los dichos de Perelló debilitaron los principios básicos de la Universidad y manifiestan una grave hostilidad en contra de las mujeres tanto dentro de la Universidad como en la sociedad en general. La misoginia que mostró es un acto contrario a la moral y al respeto que entre sí se deben los miembros de la Comunidad Universitaria. Todo esto encuadra en las causas de responsabilidad del personal académico señaladas por el artículo 95 del Estatuto General de la UNAM. Y, para el caso, sería también conveniente que la adhesión del área de estudios de género de la UNAM.

El Tribunal Universitario, insiste el entrevistado, es la instancia a la que se le debe demandar que realice su trabajo.

En México, se advierte en la petición que circula para Perelló sea despedido, “son asesinadas seis mujeres cada día. Entre 2011 y 2014 la tasa de femenicidios creció cinco veces, pasando de 2.4 a 3.2 por cada 100 mil mujeres… Al ser un espacio universitario en el que Perelló justificó un delito, fue misógino e incitó a la violencia de género, la Universidad Nacional Autónoma de México debe de retirarlo de su plantilla de académicos”. “Exigimos retirar de su plantilla docente a este hombre que con dolo, intención y cinismo utilizó un lenguaje sexista y ofensivo en contra de las mujeres, en un medio de comunicación adscrito a la máxima casa de estudios del país promoviendo la violación y la violencia de género”.