La pandemia desde el espejo

Daniel Francisco/Damián Mendoza/Fotos Marisol Cid

Antes del confinamiento las calles eran suyas. Marisol Cid tomaba su cámara y salía por una historia. No calcula sus fotos, las encuentra, mira y atrapa el instante. Late al ritmo de su obturador.

Del baile al barrio, de Veracruz a la Ciudad de México; de la arquitecta a la fotógrafa; del torbellino de la música, los rostros de Tepito, las fiestas, los sonideros; del poderoso blanco y negro, al encierro, al insomnio.

En sus fotos aparecen las proclamas de la lucha feminista: “Estado homicida”, “no más feminicidios”, mujeres en pie de guerra, con pancartas… pero también, la pareja que se ama en el centro de Coyoacán.

Su pasaporte para entrar a Tepito fue el baile. Hay ocasiones en las que sólo baila y tal vez tome una foto. En sus retratos desfila la expresión de un barrio, la fiesta, la devoción, la alegría, la familia. Hay miradas duras, ausentes. Marisol sabe que el permiso para tomar una foto se da con una mirada.

Y también está el espejo. Una mirada que reconoce todos los días. Su rostro rodeado de cenizas, sus hombros desnudos, un gancho de ropa junto a sus ojos, su cara fragmentada, espejo estrellado, dividido.

Instagram de Marisol Cid: https://www.instagram.com/_marisolcid/

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