Amigas y amigos:
En el tortuoso caminar por la Montaña, hemos podido avanzar en estas cimas hermosas, donde cada mañana las nubes humedecen con sus besos a los cerros altivos donde nace el maíz. La alegría de la comunidad es ver cómo nacen las espigas de los nuevos frutos. A pesar de que ahora la lluvia llega como tormenta y se aleja por varios días, las sabias y los sabios del pueblo, nunca dejan de elevar sus rezos para que llueva maíz en la Montaña.
A lo largo de veinticuatro años, hemos tenido la dicha de compartir con las familias y las autoridades de los pueblos indígenas momentos sumamente densos, que han estado marcados por el trato discriminatorio de los gobiernos racistas; por las políticas etnocidas que justifican el despojo. La acción violenta del ejército y de las corporaciones policiales es una práctica recurrente, contra las comunidades que se organizan para defender sus derechos.
La persecución y encarcelamiento de las y los defensores comunitarios que entregan todo para proteger el patrimonio de las futuras generaciones, son parte de los dramas cotidianos que padecen las esposas, hijos, hijas, padres y madres, ante la imposibilidad de contar con un juicio justo.
El entramado delincuencial urdido por las mismas fuerzas represivas del Estado, avaladas por quienes nos gobiernan, ha reeditado otra guerra contra la población pobre del campo y la ciudad. Los jóvenes se encuentran en la encrucijada de la muerte: incorporarse a las bandas del crimen o sobrevivir en los surcos del hambre. Si le apuestan al trabajo y al estudio, el gobierno se encarga de truncar sus sueños. En estos territorios minados por la violencia, las desapariciones, los feminicidios y los asesinatos, se multiplican ante el desgobierno y la proliferación de las organizaciones criminales que han implantado el terror.
La lucha indómita de Valentina Rosendo ha dado sus frutos; más de media vida dio la batalla para alcanzar justicia. Desde estas hondonadas del olvido apareció el rayo de la justicia e iluminó este cielo marcado por el dolor y la muerte. Nada se compara con la fuerza y el testimonio vivo de las madres y padres que, en medio de la mentira y la traición de los gobernantes, han logrado derruir el muro infranqueable de la impunidad. Han desenmascarado las acciones perversas de todo el aparato gubernamental, que busca a cualquier costo sepultar la verdad sobre el paradero de los 43.
Amigas y amigos, siempre es un gusto invitarlos a la Montaña. Sentirlos cerca para abrazar con mayor fuerza todas las luchas. A pesar de que los tiempos nos abruman por tantos desafíos, les compartimos que el sábado 6 de octubre celebraremos nuestro XXIV Aniversario en compañía de las familias que nos han enseñado a amar esta causa. En este día presentaremos nuestro informe titulado “Montaña: Manantial de la resistencia, torbellino de esperanza”, donde al unísono reivindicaremos el grito que ha increpado al poder impune: ¡Porque vivos se los llevaron, vivos los queremos!
Atentamente
Las y los Tlachis
Publicado originalmente en Tlachinollan