Caminos de la Memoria

May-ek Querales Mendoza

La memoria se construye desde abajo

El pasado 30 de agosto, Día internacional del Detenido Desaparecido, Huellas de la memoria presentó en exposición casi la totalidad del acervo que se ha elaborado desde que inició el proyecto en 2014.

Las exposiciones son una parte muy importante de nuestro proyecto, se componen por pares de zapatos (en cuyas suelas hemos grabado las palabras que las personas que se han aproximado a nosotres dedican a los seres queridos a los que están buscando) y la impresión grabada a la que nombramos Huellas. 

Cada exposición ha representado la posibilidad de llevar las palabras de las y los buscadores hacia espacios en los que hay comunidades realizando procesos de concientización sobre la desaparición forzada. Varias exposiciones han sido solicitadas por quienes trabajan bajo la lógica de la cultura de paz; otras han sido llevadas a espacios de difusión labrados por buscadores cuyas huellas ya forman parte de nuestro acervo y, durante 2018, tres conjuntos de Huellas circularon por espacios internacionales de divulgación recorriendo algunos países de Europa y América Latina.

Reconocemos que no hay una sola forma de hacer memoria y, desde ahí, nuestro principal eje de trabajo ha sido la producción de un camino más entre los territorios que disputan las cifras y datos con los que se pretende construir la historia oficial. En este camino, las exposiciones han generado una posibilidad para que los asistentes observen los efectos que produce la desaparición forzada. Los zapatos y sus Huellas permiten ubicar la edad de varios buscadores, el género de otros, las relaciones familiares fracturadas por la desaparición y, a través de las palabras trazadas en las suelas, los lazos afectivos que rodean a la persona desaparecida.

Este año, por primera vez desde que surgió el proyecto, nuestro colectivo logró un espacio propio para montar la exposición. Esta ocasión, el montaje fue antecedido por el esfuerzo físico de cada integrante del colectivo para hacer habitable el espacio que conseguimos: mover escombros, cincelar las paredes para retirar aplanado en mal estado e instalar luz en las habitaciones, fueron sólo algunas de las actividades que permitieron la exposición.

Como en otras acciones que hemos realizado, cada integrante del colectivo y varias personas solidarias colocaron sus manos, su energía, sus desvelos y su esfuerzo al servicio de la disputa que intentamos sostener desde abajo frente a la memoria oficial. En el trabajo que rodea la exposición actual, la metáfora “construir la memoria” se encarna en los esfuerzos físicos que se colocaron para que el espacio tuviera las condiciones necesarias para albergar las huellas de las y los buscadores que hasta ahora nos han compartido sus historias y  exigencias de justicia.

Una vez logradas las condiciones mínimas en el espacio se procedió entonces al trabajo de ordenamiento cronológico de las Huellas.  Previo al montaje es necesario acomodar los zapatos y sus huellas, en el colectivo nos guiamos por una lógica histórica. En el ordenamiento agrupamos por época y por persona desaparecida. Como resultado podemos señalar que la desaparición forzada empezó a practicarse en México desde la década de 1960 y que la práctica fue abrumadora durante 2010; así mismo las Huellas reunidas nos han permitido encontrarnos con la existencia de familias completas que se han volcado a la búsqueda.

Lo hemos mencionado en otras ocasiones pero nunca está de más recordar que nuestro objetivo principal no es estético, buscamos honrar la memoria de quienes han dedicado su vida a la búsqueda de personas desaparecidas por el Estado desde la década de 1960. Los zapatos sobre los que hemos trabajado representan procesos de lucha y resistencia contra la desaparición forzada como forma de persecución sistemática y de producción del terror durante la Guerra Sucia, el periodo de la supuesta transición democrática en México y la época que se inicia con la guerra contra el narcotráfico. Bajo esta lógica, los zapatos y su respectiva Huella son colocados en la exposición de acuerdo con el momento en que se produjo la desaparición.

El día de hoy no podría decir qué imagen me resulta más abrumadora: las huellas desplegadas en la instalación; o las huellas y los zapatos de las y los buscadores ordenados en las cajas en que las resguardamos de la humedad cuando no están exhibidas.

Nuestro proyecto aún es joven y el acervo que hemos construido representa apenas un mínimo porcentaje de las más de 73mil personas desaparecidas en el país. No sólo eso, en el trayecto, hemos sido honrades por buscadores de Suramérica y Oriente que han depositado en nuestras manos sus historias de búsqueda para señalar la represión en sus países. A seis años de iniciado el proyecto Huellas de la memoria estamos convencides de que la memoria se construye desde abajo, desde las voces y palabras disidentes; y esperamos que nuestro trabajo abone a los procesos que encabezan las y los sobrevivientes.

Colectivo Huellas de la Memoria

Colectivo que registra las historias de personas desaparecidas y los procesos de búsqueda de sus familiares en México y América Latina. La propuesta es grabar mensajes de lucha y esperanza en las suelas de los zapatos, usados por los familiares durante la búsqueda y denuncia de las desapariciones, y convertirlos en objetos de memoria viva.

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