• Home
  • internacional
  • La larga lucha de las familias separadas por la política migratoria de Trump

La larga lucha de las familias separadas por la política migratoria de Trump

Noémie Taylor-Rosner

Foto: Robert Garrison, sentado en el porche de su casa en San Gabriel, California, el pasado 17 de septiembre de 2020, muestra una foto de su compañero francés, David.(Noémie Taylor-Rosner)

En su casa situada en los suburbios de Los Ángeles, Robert Garrison ya no sabe qué hacer. Ha pasado casi un año desde que este profesor californiano vio a su pareja David, un francés que vive en Perpiñán y con quien vive una aventura amorosa a distancia. “Normalmente tratamos de vernos cada seis semanas, ya sea en Estados Unidos o en Europa”, explica, “pero ya no es posible hacerlo desde que Trump cerró el territorio a los turistas europeos”.

El presidente de los Estados Unidos tomó la decisión en marzo pasado después de acusar a Europa de propagar el “virus extranjero” que originó la covid-19 en territorio estadounidense. Unos días más tarde, la Unión Europea cerró a su vez sus fronteras exteriores con los Estados Unidos. Al igual que Robert Garrison, miles de parejas binacionales no casadas oficialmente han visto sus vidas afectadas por estas medidas.

En junio pasado, algunas de estas parejas decidieron lanzar una campaña internacional en las redes sociales denominada “El amor no es turismo” para llamar la atención de las administraciones de sus respectivos países sobre su situación particular. “Deberíamos poder disfrutar de las mismas exenciones que las parejas casadas”, afirma Garrison, quien dice que se siente “invisible” para la administración estadounidense.

El 17 de septiembre, el Gobierno francés dio esperanzas a las parejas binacionales al anunciar la inminente introducción de pases especiales. En cambio, “por parte de EEUU, no hay ninguna posibilidad de que podamos obtener una exención”, señala Garrison. Cansado de estos bloqueos, el profesor estadounidense planea emigrar a Francia dentro de unos años. “Lo contrario sería demasiado complicado para mi compañero. Conseguir un visado de Estados Unidos ya era difícil con Obama, pero desde que Trump resultó elegido, se ha vuelto casi imposible”, asegura.

Bloqueados por la “prohibición de viajar” y afectados por las sanciones contra Irán

Cerrar el territorio de Estados Unidos a los turistas extranjeros es solo una de las muchas restricciones migratorias adoptadas por la administración Trump desde la llegada del multimillonario republicano a la Casa Blanca en 2017.

En primavera, el presidente de los Estados Unidos suspendió los visados de trabajo temporales para “proteger los empleos estadounidenses” ante la crisis económica provocada por las consecuencias de la pandemia. Esta medida ha afectado a unas 167.000 personas, según una estimación del grupo de reflexión del Instituto de Política de Migración.

Más de tres años después de su polémica promulgación, el decreto presidencial 13769 para “proteger a la nación de la entrada de terroristas extranjeros”, también conocido como la “prohibición de viajar” o “prohibición musulmana” según sus detractores, también sigue prohibiendo la entrada a los Estados Unidos a los nacionales de seis países predominantemente musulmanes, incluido Irán.

En los Estados Unidos, donde reside la diáspora iraní más importante del mundo con casi un millón de integrantes, decenas de miles de personas viven separadas de un allegado como resultado del decreto migratorio. Este es el caso de Sepideh, una irano-estadounidense de 32 años que vive en Atlanta, a 11.000 kilómetros de distancia de su marido Saeed, quien vive en Teherán. La pareja [cuyos nombres han sido cambiados para preservar el anonimato], que se conoce desde hace varios años, se casó en septiembre de 2018 en Irán, a pesar de la “prohibición de viajar”.

“Habíamos planeado que Saeed se reuniera conmigo en los Estados Unidos, porque yo no me veía regresar a vivir a Irán, donde se violan los derechos humanos y de las mujeres. Estando casados, no pensábamos que el decreto migratorio sería un problema”, relata Sepideh.

Existe un proceso derogatorio especial para las personas separadas de sus familias, o para los enfermos que necesitan atención de emergencia. Este compromiso fue establecido por la propia administración Trump para convencer al Tribunal Supremo de validar la “prohibición de viajar” en 2018, cuando el decreto era impugnado en los tribunales. Sin embargo, desde la introducción de este proceso derogatorio, los visados solo se conceden con cuentagotas. “Contactamos un abogado, enviamos una carta a la administración, pero no hemos tenido respuesta desde hace meses”, afirma Sepideh. “Mientras tanto, nuestras vidas están suspendidas. Hemos tenido que posponer la compra de una casa o tener hijos”.

Además de estar separada, la joven pareja también se ve seriamente afectada por el restablecimiento de las sanciones estadounidenses contra Irán. Estas sanciones incluyen bloqueos en las transacciones financieras y las importaciones de materias primas. “Mi cuenta bancaria ha sido congelada por la administración estadounidense con el argumento de que soy iraní, por lo que no se me permite poseer fondos en los Estados Unidos”, señala Sepideh. “Pero es absurdo, porque también tengo la ciudadanía estadounidense, trabajo y me pagan en los EEUU. Durante varios meses, sin embargo, me fue imposible reembolsar mis préstamos y pagar mis facturas. Me vi obligada a pedir ayuda a mis familiares y amigos”.

En Irán, “el rial ha perdido el 70% de su valor en dos años y la inflación está en máximos históricos. Las sanciones estadounidenses ejercen un gran impacto en la economía del país”, comenta por su parte Saeed. Para el Día de San Valentín, el joven trató de enviar flores a su esposa a través de un sitio de entrega estadounidense. “El precio de un ramo en los Estados Unidos representa aproximadamente un tercio de mi salario iraní”, comenta este ingeniero, que vive relativamente bien en Irán.

Sepideh y Saeed tienen puestas sus últimas esperanzas en la victoria de Joe Biden en las elecciones presidenciales de noviembre. El candidato demócrata, que cree que la “prohibición de viajar” es un abuso de poder racista dirigido específicamente a “inmigrantes negros o de piel marrón”, ha prometido anular el decreto de ser elegido.

Ganadores de la tarjeta verde en la incertidumbre

No obstante, no todas las familias separadas por la política migratoria de Donald Trump pueden contar con una posible victoria de Joe Biden. Este es el problema que se plantea particularmente a los inmigrantes que han ganado una tarjeta verde bajo el programa de visados para la diversidad, más conocido como “lotería”, el cual fue interrumpido temporalmente por la administración Trump en la primavera, dejando a decenas de miles de ganadores en el limbo. “Si las personas elegidas al azar no completan todo el procedimiento administrativo a finales de diciembre de este año, su tarjeta verde será cancelada y se perderá definitivamente. Sería una pérdida terrible porque en Irán, los participantes tienen menos de un 1% de probabilidades de ser seleccionados”, explica Heidi Mehrmand, una irano-estadounidense que vive cerca de Los Ángeles y cuya hermana se ve afectada por este nuevo decreto migratorio.

Su hermana estaba a punto de emigrar a los Estados Unidos con su marido y su hijo, que padece la enfermedad de Crohn, cuando su tarjeta verde, ganada en la lotería, fue suspendida. “Benyamin necesita dos medicamentos: uno ya no puede importarse a Irán debido a las sanciones estadounidenses y el otro es extremadamente caro debido a los impuestos a la importación tan altos», explica Heidi.

Al igual que cientos de otras partes civiles, gastó miles de dólares en abogados. A principios de septiembre, la familia de Heidi avizoró un rayo de esperanza: el juez federal Amit Mehta cuestionó la legalidad de la congelación del programa de lotería, que a Donald Trump le gustaría ver desaparecer a largo plazo. Sin embargo, pese a esta victoria judicial, todavía no se ha ganado nada. Como no hay consulado de Estados Unidos en Irán, “mi hermana ahora tiene que desplazarse a Armenia, donde la embajada de EEUU realiza las entrevistas para el visado. Sin embargo, todos sus documentos se encuentran en Abu Dabi, donde fueron tramitados previamente. Nuestros abogados están intentando que su expediente sea transferido”, añadió.

“Heidi está muy unida a su hermana y sobrino. Esta separación le pesa mucho. Está muy preocupada por la salud de Benyamin”, explica Katherine Cash, una amiga de la familia. “Un día me dijo que preferiría ser puesta en coma artificial y despertarse cuando su hermana estuviera allí, en lugar de seguir sufriendo con esta situación”.

Este artículo ha sido traducido del francés.

Publicado originalmente en Equal Times

Este material periodístico es de libre acceso y reproducción. No está financiado por Nestlé ni por Monsanto. Desinformémonos no depende de ellas ni de otras como ellas, pero si de ti. Apoya el periodismo independiente. Es tuyo.

Otras noticias de internacional  

Dejar una Respuesta