En pleno siglo XXI se está repitiendo la historia de Lino Figueredo un niño cubano de 12 años al cual en 1870 el imperio español separó de su familia, le puso grilletes, lo mando a trabajar en las canteras, lo azotó, la viruela invadió su cuerpo y siguió cargando piedras, las piedras de la ignominia que pringaron la frente de España, que todavía sigue manchada. Ahora es Ahed Tamimi, la nueva Lino Figueredo, la frente que se mancha ahora es la del régimen sionista de Israel.
¿De qué se le acusa a la joven Ahed Tamimi? De expresar a golpes en el cuerpo de un soldado israelí la rabia que sintió cuando otro soldado disparó en el rostro de un familiar una bala de acero recubierta de goma, que le dejo heridas graves y en estado de coma ¿Quién tiene derecho a juzgarla por eso? Nadie, solo el gobierno de Israel tiene la oscura voluntad de acusarla de agresión a un soldado israelí, cuando es él quien mata e invade impunemente en el territorio de Palestina.
¿Quién juzga al soldado que disparó en el rostro a su familiar? ¿Quién juzga al gobierno de Israel que ha sido causante de miles de muertes en territorio palestino? Nosotros los pueblos libres del mundo, que gritamos ¡Viva la héroe Ahed Tamimi! ¡Viva Palestina libre!
Las manos me tiemblan de rabia al conocer que una joven que desde los once años defiende la dignidad del pueblo Palestino fue condenada a 17 años de presidio ¡17 años de presidio! Es qué los dirigentes sionistas de Israel no tienen hijos, la verdad es que no tienen corazón, pero Ahed Tamimi sí, tiene un corazón que habla con estas palabras: “si la mujer es fuerte, el hombre también lo será (…) La mujer palestina lucha, se resiste, combate, como Leila Khaled” (histórica militante del Frente Popular para la Liberación de Palestina).
Imperio norteamericano que tanto dice defender los derechos humanos calla, mira hacia otro lado ante este hecho abominable, pero no importa, físicamente Ahed Tamimi sufre presidio político, lo que el régimen sionista de Israel y el gobierno gringo no saben es que con esa condena la han multiplicado, ya que todos los jóvenes revolucionarios del mundo somos ahora Ahed Tamimi.
Las piedras que la héroe de Palestina lanzaba a los soldados de Israel ya vuelan más alto, golpean más fuerte, dejan marcas imborrables en la historia de la liberación de los pueblos oprimidos del mundo.
Ahed Tamimi, con su mirada que no muestra temor, con su ejemplo inquebrantable golpea las consciencias de los que no se atreven a luchar por miedo a la represión, y al mismo tiempo inflama el valor de los que luchamos por un mundo en el que no se repita de nuevo este atropello a la dignidad humana.
Camarada Ahed Tamimi, lo más probable es que nunca leas estas líneas que escribo sufriendo un gran sentimiento de impotencia que invade mí cuerpo, deseo conocerte algún día, y más aún deseo ganarme tu respeto y amistad con un comportamiento revolucionario intachable que este a la altura de tu ejemplo.
Escrito por Álvaro Samuel / latrincheranoticias.wordpress.com
Fuente: Álvaro Samuel, CubaSÍ