La ironía en la conmemoración de la caída del Muro de Berlín

Redacción Desinformémonos

Ciudad de México | Desinformémonos. Un nueve de noviembre de 1989 llegó a su fin el Muro de Berlín, el cual dividió a la capital alemana en dos bloques: uno capitalista y otro comunista. Irónicamente hoy, 27 años después, los cimientos ideológicos para alzar un muro en la frontera de México con Estados Unidos se establecieron con la victoria de Donald Trump, el nuevo presidente estadounidense.

Durante 27 años, 45 kilómetros de muro atravesaron la ciudad de Berlín para separar a trabajadores, familias y seres queridos, que si intentaban cruzar por alguno de los puntos de su longitud, eran asesinados. Ahora, el recién electo presidente de Estados Unidos pretende la construcción de un muro fronterizo de 3 mil 185 kilómetros, a lo largo de todo el límite territorial con México.

Por la conmemoración de un año más desde la caída del Muro de Berlín, millones de usuarios en las redes sociales relacionaron el hecho con la recién elección de Trump, quien asegura que la construcción del muro evitará que los mexicanos lleven drogas, crimen y actúen como «violadores» en Estados Unidos.

Mientras tanto, en Alemania se celebró el aniversario de la caída con la presencia del alcalde-gobernador de Berlín, Michael Müller, y la participación de alumnos de colegios tanto alemanes como noruegos y franceses.

El fin del Muro de Berlín representó el comienzo de las fronteras abiertas en el continente europeo, justo en momentos cuando varios países decidieron la construcción de vallas.

Pocos días antes de que cayera el símbolo de la división ideológica durante la Guerra Fría, los berlineses “occidentales” y “orientales” continuaban con la sensación de que el muro era indestuctrible. Cuando finalmente sucedió, el entonces alcalde del Berlín occidental declaró: “Anoche el pueblo alemán fue el más feliz del mundo”.

En la conmemoración de este año, el alcalde-gobernador invitó a la población a colocar rosas en las grietas de los fragmentos de muro que aún permanecen como símbolo, ahora de la memoria.

Mientras tanto, en Estados Unidos se desató el temor y se inyectó en el resto del mundo por las propuesta del Donald Trump, quien ahora tiene el poder tras ser elegido por los ciudadanos convencidos de sus propuestas. Entre ellas, se encontraba la construcción del muro.

La idea del límite fronterizo de Trump desarrolló otras propuestas que repercuten en la política migratoria, así como en los tratados económicos con México. El presidente estadounidense aseguró durante toda su campaña que él era el mejor constructor en el mundo, y que México sería quien pagaría con entre 5 y 10 mil millones de dólares su construcción.

Ahora, este 9 de noviembre se celebra la caída del Muro de Berlín, pero también se lamenta la construcción de un nuevo, de uno más grande. De una muestra más de involución.

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